Convocados por Amsafé La Capital, un grupo de directores de distintas escuelas se reunieron esta mañana con la jefa de la Regional IV, Cristina Giúdici de Pelusa, para plantear sus quejas por las auditorías que se realizaron en los comedores y que arrojaron como resultado un número indeterminado -al menos, aún no se dieron a conocer públicamente los casos- de irregularidades en la provisión de alimentos a los escolares.

El principal pedido apuntó a lograr que los supervisores participen de los controles que, hasta el momento, realizan pasantes de distintas universidades de la zona.

La reunión sirvió también para ratificar el trabajo que realizan los directivos en la provisión de comida a sus alumnos. "Es un trabajo responsable, que no tendría que estar bajo la órbita del director, porque su función debería ser exclusivamente pedagógica", opinó Hugo Sagardoy, titular del gremio a nivel local.

Los directores fueron recibidos en el local de la Regional, ubicado en Avellaneda al 3300, por su titular. La jefa regional, por su parte, se comprometió a elevar las quejas ante el ministro de Educación y a mediar para obtener respuesta a los planteos.

Directivos y gremialistas coincidieron en remarcar que no están disconformes con la decisión de controlar, sino con la forma en que se concretaron las auditorías. "Queremos que se hagan públicas las falencias que hay en los comedores: faltan cargos; en muchos casos no hay espacios físicos adecuados para que los chicos coman; no hay equipamiento..." enumeró Sagardoy. Además, subrayó que las autoridades no cumplen la normativa, ya que las partidas que se otorgan por ración (65 centavos) no se actualizan desde 1994. Y denunció que hay establecimientos educativos que ni siquiera tienen agua potable.

En este marco, expresó que "los directivos, los docentes y los cooperadores tienen que hacer un trabajo titánico para responder a esa realidad".

En tal sentido, Cristina Giúdici admitió que "puede haber habido fallas procedimentales. Esto no quiere decir que los controles no se tengan que hacer, pero hay que tener en cuenta la cuestión contextual que se da en los barrios marginales", reconoció la funcionaria.

Los supervisores también aprovecharon la oportunidad para plantear sus reclamos. "El Ministerio habla de ajuste, de optimizar los gastos, pero contrata pasantes para hacer las auditorías", manifestó Celia Reynoso, que cubre la zona noroeste de la ciudad.

Por su parte, Graciela Benetto, supervisora de las escuelas desde Coronda hasta Puerto Gaboto, denunció: "Hace cuatro años que no me pagan los viáticos para salir a recorrer las escuelas".

Ambas docentes dijeron que desde el Ministerio se intimó a algunos directores, a quienes se los obligó a devolver dinero, tomando como base la asistencia de comensales que se registró el día de visita del auditor. "La escuela N° 1.130 recibió intimaciones dos veces, y no tenía ningún desfasaje en el porcentaje de asistencia. Ocurrió que el auditor se fue antes, y los chicos llegan más tarde, porque muchos de ellos trabajan", explicaron.