Epoca oscura aquella: muertes, desapariciones, torturas, por parte de un gobierno militar que tenía como objetivo reorganizar al país. Lo único que lograron fue censurar el don más divino que posee el hombre, la libertad.

Víctor Alfredo Bottaniz, aquel marcador de punta de River y Unión, a pocos días de comenzar el Mundial de fútbol de 1978 en nuestro país -junto a Maradona y Bravo-, por decisión de Menotti, quedaba fuera del mundial. Sin embargo su comportamiento y compañerismo hicieron que mismo se quedase junto al plantel durante el Campeonato. El actual ayudante de Ginarte en Atlético de Rafaela, hace referencia a cómo vivió aquel grupo dentro de un gobierno de facto que se destacó por no respetar los derechos humanos.

-A medida que los años pasan, ¿qué sensaciones te causa escuchar hablar del último golpe militar?

-Fue una etapa que yo viví muy de afuera. A medida que pasan los años indudablemente uno va tomando conciencia de lo que en su momento pasó, que realmente fue muy triste.

-Trabajando dentro de la selección, ¿cuáles eran los conocimientos que tenían sobre la realidad que se estaba viviendo en el país?

-Nosotros, cuando comenzamos la concentración en Mar del Plata, éramos custodiados por militares. Más allá de eso, la información que nos llegaba era casi nula. En realidad poco nos importaba, pero no por ignorantes, sino porque estábamos ilusionados con jugar un mundial que para nosotros era lo máximo.

-Más allá de esa "ignorancia", ¿cuáles eran los comentarios que realizaban entre ustedes sobre la situación que se vivía?

-No había comentarios, pasa en la actualidad también, en dónde el jugador de fútbol dentro de un vestuario o en una concentración sólo habla de fútbol. Referentes como Kempes, Fillol o Luque, el mismo Menotti, tampoco hacían comentarios. Recuerdo que un día en donde concentrábamos aterrizó un helicóptero del que bajaron Videla y Massera, y vinieron a saludarnos, y nosotros los recibimos muy bien. En aquel tiempo lo nuestro sólo pasaba por jugar el mundial y fue por eso la ignorancia para con el Proceso. Estábamos en otro mundo.

-¿Recibieron amenazas o intentaron agredirlos por darle la espalda a la situación que vivía la mayoría de los argentinos?

-Eran comunes las amenazas, muchas veces en el micro que nos trasladaba, se filtraban voces por la radio que decían "los vamos a matar", o "si juegan el mundial van a cobrar". Pero nosotros estábamos tranquilos porque nos cuidaba Gendarmería.

-¿Influía en el grupo el contexto que los rodeaba?

-No, para nada. Era para todos igual en el grupo; no se dio que un muchacho tuviese tal problema, o algún jugador tuviese problemas con un familiar suyo. En la selección de ese momento no hubo problemas.

-¿Salir a una cancha y ver en el palco oficial a militares, significaba algo para ustedes?

-No para nada, salir y ver al presidente para mí no significaba nada. Quizás hoy sí, pero en aquella época no; uno tan sólo quería aportar su granito de arena para que las cosas salieran bien. Por lo general el jugador de fútbol se aísla de la actualidad, de lo que pasa, pero no porque no le interese, sino porque el fútbol es algo muy atrapante.

-¿Te molesta que se diga que a aquella selección no le importó lo que sucedía mientras ustedes jugaban el mundial?

-Con el tiempo a todos nos importó. Pero en ese momento uno estaba aislado de todo eso, pero porque nuestro objetivo era uno solo, el mundial. Es difícil decirlo, pero para mí fueron los mejores seis meses de mi vida, en los que fui parte de un plantel de selección que terminó consagrándose campeón del mundo.

-Te sentás a tomar un café con Videla, ¿qué le decís?

-Por lo que sufrió todo un pueblo, yo no le diría nada, tampoco me sentaría a tomar un café con él. Fue nuestro presidente y eso me pone triste.