Pantallas y Escenarios: PAN-01

Paranoia de alfil

Mercedes Pardo. RATONADA. Pasito Jagger para acá, pasito Jagger para allá, la banda sigue siendo de filiación Stone.

Los Ratones Paranoicos pasaron por Santa Fe. Tocaron sus temas más conocidos.


Hace años los Ratones Paranoicos, en el tablero de ajedrez del rock nacional, se vestían con el traje de las fichas del fondo. Nada de reyes, ni reinas. Sin embargo, hoy esos que supieron ser alfiles o torres cuasi aspirantes al trono se parecen cada vez más a peones que se mueven siempre en la misma dirección. Mezcla de terquedad y desorientación Juanse y compañía siguen optando por las mismas decisiones. Muestra de esto: "quisiera que esto dure para siempre/ casi tanto como una eternidad", cantan en su más reciente composición. Los Paranoicos seguramente lanzan el deseo de que su repertorio plagado de temas que se escucharon desde viajes de séptimo hasta boliches de onda y no, les siga rindiendo frutos para siempre; o al menos hasta que la magia de la inspiración vuelva. Algo que los Ratones extrañan.

En medio de tanto pop-rock europeo importado y la plaga de bandas locales que se parecen entre ellas, partiendo de ese look proletario-viejita, en los tonos stones de sus canciones, los Ratones siguen pidiendo pista a fuerza de títulos obtenidos en campeonatos pasados.

Ratones y bosteros


Contando la noche desde el principio, habrá que decir que la banda se pareció mucho al Boca Juniors de Carlos Bianchi. Empezaron siendo de banca, con los primeros 20 minutos de show a puro clásico, con versiones impecables de, Carolina, Ya morí e Isabel y terminaron sufriendo, pidiendo un poco la hora y decidiendo quién pateaba los penales.

El mismo partido de Boca fue lo que retrasó todo. Así, lo previsto para las 10.30 se estiró hasta la 1.30, seguramente hora en que Juanse, reconocido rocker-xeneize del ambiente, terminó de disfrutar el partido de los de la Boca y decidió encarar el propio con su banda.

Siempre bien acompañado, con Sarcófago en guitarras, Roy en la batería y el Zorro Von Quintiero en bajo, Juanse encaró un partido fácil en los papeles.

Sin problemas de sonido a lo largo de todo el set el cuarteto se siente cómodo en espacios chicos. Sin dudas, su lugar ya no pasa por estadios, ni mega-recitales. Los Ratones necesitan que su gente esté cerca y que su música suene fuerte alrededor de cinco metros.

Estáticos y con pocas palabras el grupo encara al público y suelta tema tras tema en una especie de lluvia de rocanroles con los que uno puede bailar, Rock del pedazo, saltar y hasta ver cómo la remake en vivo del viejo tema Enlace se toca en clave cuasi punk, para el delirio de la gente paranoica que copó la pista de baile del lugar.

Esos mismos deliraron, corearon durante gran parte el "Zorro, Zorro" para el bajista, acaso la fuente de energía básica en estos momentos del grupo, y se aburrieron cuando la banda improvisó y estiró innecesariamente algunos temas.

Penales sin sufrir


Bien Sarcófago, aunque con la guitarra a veces perdida entre las voces y la guitarra de Juanse, bien Roy que por su solo de batería que al final demostró que puede ser más que un baterista a la Charlie Watts, bien por el Zorro, esa mezcla de rocker-chef-mediático que pesa sobre el escenario y se junta con la delicadeza para interpretar su instrumento, y bien Juanse por la voz rasgada y por esos estribillos de amor, de delaciones y de trasnoches rockeras que al menos por ahora los fanáticos no parecen querer olvidar.

Al final, sabiendo que iban a penales, determinación con sabor a justicia, el grupo se retiró y volvió para relucir con tres pateadores: el invencible Rock del gato, El Cowboy, y la nueva incorporación, Para siempre. El partido era simplemente por el placer de tocar, pero se sabe que muchas veces ésos son los que más se quieren ganar.

De ahora en más, después de su Vivo Paranoico, la última creación en vivo, sólo la banda podrá decidir si se sientan cómodos en ese papel de rockeros clásicos invencibles o si les interesa volver al tablero y ser alfiles nuevamente.

Maximiliano Lichtenstein.