El domingo pasado la abuela Juana Correa cumplió 103 años, rodeada de sus siete hijos -el mayor tiene 86 años- y familiares que año a año se van multiplicando. Esta vez la fiesta se hizo en la casa. Al mediodía se congregaron los hijos, y ya por la tarde no faltaron los nietos, bisnietos, tataranietos y dos choznos, además de vecinos y amigos. María Elisa, una de sus hijas, trasmitió a El Litoral la alegría de la familia.

No paraba de llegar gente. Si bien es una casa antigua y grande, no había lugar para más gente. Todos se trajeron un plato y bebida, y armaron la fiesta. Hasta hubo música... un amigo se trajo la orquesta completa.

María Elisa no paró de agradecer un instante a Dios por la salud de su madre y la alegría de haberse cumplido otro año más con ella. Está saludable, recuerda su infancia, su maestra, la escuela y sus días en el campo, relata.

Juana también recibió llamados y felicitaciones que le hicieron llegar desde distintas partes del país. Y recibió una visita muy especial: desde la parroquia Nuestra Señora de La Salette le enviaron al Sagrado Corazón de Jesús.

Juana nació en Colmegna (provincia de Santa Fe) el 24 de junio de 1898. Pasó su infancia en el pueblo La Sábana. Se casó cuando tenía 17 años con don Carlos Romeo Meza, de 24. Y en 1920 se trasladó a Santa Fe.

Según cuenta, la poción mágica que le permitió vivir tantos años felices es el amor que día a día recibe de sus hijos y familiares.