Política: POLI-04

"Fue para perjudicarnos"


La historia del origen y sanción de la ley de Lemas contó con la hasta hoy poco clara alianza entre algunos diputados del justicialismo y los usandizaguistas, unión para la que cada uno de los protagonistas de la época tiene su versión. Pero en lo que todos coinciden es que Usandizaga se decidió a apoyarla para "sacarse de encima" al Changui Cáceres, con quien por entonces disputada el liderazgo del radicalismo.

"El único sector político que se pronunció en contra de la ley de Lemas desde el principio fuimos nosotros, los del sector radical blanco. Por entonces, en la UCR no había tantas líneas internas, solo estábamos los blancos y los amarillos de Usandizaga. El sector amarillo apoyó junto con el oficialismo de entonces esta ley, que nosotros siempre denunciamos con energía porque venía a debilitar los partidos políticos y la democracia. Fue una ley tendiente a perjudicarnos a nuestro sector interno en particular y eso ha sido manifestado hasta por el propio Usandizaga", recordó Cáceres.

El dirigente radical recordó que "Usandizaga estaba convencido de que iba a ganar la elección general de 1991 y no estaba dispuesto a arriesgarse, ni siquiera a ir a una elección interna, donde podía perder la minoría de los cargos. Los quería a todos para él", recordó.

Respecto a la posibilidad de que existiera un pacto entre Usandizaga y Reviglio para sancionar la Ley de Lemas, Cáceres respondió que "objetivamente no conozco qué nivel de discusión pudo haber habido, pero objetivamente los dos sectores votaron juntos. Hay gente que después se desprendió del sector político interno de Usandizaga y se volvió crítico de esta norma, y hay otros que seguimos manteniéndonos en contra de la vigencia de ley. Creo que el tiempo nos ha dado la razón. La ley de Lemas tiende a fragmentar, fracturar, atomizar y debilitar a los partidos políticos".

Cáceres recuerda que se veían venir la sanción de la ley de Lemas por parte del justicialismo en el gobierno, "pero jamás pensamos que podía haber tanta miopía desde un sector interno del partido, que tenía menos diputados provinciales que los blancos, porque pensábamos que a mediano y a largo plazo, los mismos que terminaron posibilitándola, iban a verse perjudicados. Era un suicidio".

El actual delegado electo al comité nacional del radicalismo cargó en la decisión de apoyar la ley de Lemas el principal motivo de la derrota de 1991."Usandizaga perdió por el monstruo que llegó a generar y lo reconoció. Creo que debe ser la única autocrítica que en todos estos años hizo este hombre. Pero de cualquier manera la ley se sigue utilizando. Llevamos ya varios años de autocríticas por parte de los que la hicieron y que son los quienes tienen la posibilidad de derogarla. Siempre viene, siempre viene, pero nunca llega".

"Los justificativos que se puedan haber inventado para sancionar la ley de Lemas, como el internismo de los partidos o para terminar con el dedo, son como los que se pretenden dar ahora para liquidar la política, los sistemas de partidos políticos y la democracia. El objetivo del achicamiento del gasto político de los que están transitando ese camino, consciente o inconscientemente, es liquidar la política, que es la última barrera de contención que tienen los sectores más humildes contra los poderosos", enfatizó Cáceres.

Finalmente, reiteró su postura de que la ley de Lemas debe ser derogada, más allá de las conveniencias coyunturales que se puedan obtener con su utilización. "El que busque los beneficios momentáneos que le puede traer es un miope. Desde el punto de vista coyuntural, lo que antes se hizo para perjudicarnos podría servirnos ahora. Pero eso no me importa. Esto sigue siendo tan aberrante como en su momento".