Rosario (C).- Al menos unos cuarenta efectivos de la Policía provincial que pasaron a retiro en marzo de este año por haber cumplido el tope de antigüedad en la fuerza se encuentran, a seis meses de haber sido separados de la actividad regular, cobrando íntegramente los haberes que percibían como personal activo aunque, claro está, sin trabajar.

La situación tiene varias aristas irregulares: la demora de la tramitación para el ingreso a la Caja de Jubilaciones de la provincia, la ilegítima justificación oficial que la permite y la liquidación durante tres trimestres de salarios por labores que no se realizan.

El mecanismo que permite que una situación provisoria se haya extendido hasta hoy nació a partir de un hueco que se produjo al modificarse la ley de jubilaciones de la provincia. Antes de esa enmienda, cuando los efectivos policiales cumplían su tiempo regular de servicio pasaban a una situación denominada de "retiro provisorio". En estos casos, hasta la inscripción en la Caja de Jubilaciones, los policías retirados cobraban el 65 por ciento del sueldo que tenían en actividad. Al entrar a la Caja como jubilados formales las diferencias acumuladas entre lo que se adelantaba y lo que debían cobrar como jubilados se liquidaban retroactivamente.

Pero esa figura de "retiro provisorio", explicaron fuentes inobjetables a El Litoral, fue barrida con la sanción de la nueva ley. Por tanto se ideó un "atajo" para los retirados: se invoca el artículo 110 de la Ley Orgánica Policial, que considera las situaciones de revista del personal, y se imputa al inciso d de ese apartado el pago de remuneraciones.

El inciso d regula lo que se llama "licencia por cese precario de actividad". Para beneficiar a un agente imputando su situación a ese apartado se deben cumplir dos requisitos: que la situación sea efectivamente extraordinaria y provisoria. Y que la apelación de ese inciso quede fundamentada por una causa razonable. Ninguna de las dos pretensiones reglamentarias se cumple en este caso.

El vacío legal hace que, con una fundamentación legal precaria, los policías de la provincia que se retiraron el 1° de marzo del año en curso cobren sus sueldos tal como cuando estaban activos. Aunque no presten servicio.

Fuentes policiales confiaron a este diario que, antes de este año, se habían registrado problemas con un mecanismo insólito utilizado por las autoridades para hacer frente a esta situación: los policías recién retirados cobraban con cheques aunque sin su recibo de sueldo correspondiente.

Eso ocasionaba problemas cuando el agente, por ejemplo, debía hacer un trámite en la obra social: Iapos se negaba a efectuar prestaciones ya que el solicitante, aunque cobrara, no tenía cómo acreditar su pertenencia al Estado por carecer de recibo de haberes. "Entonces nos empezaron a extender unas autorizaciones en papel común, emitido por cada Unidad Regional, para que Iapos nos atendiera", contó a este diario una de las personas que se encontró en ese caso.

Entre las personas que actualmente cobran sus sueldos completos como activos, a seis meses de haber obtenido el llamado "cese precario de actividad", hay varios altos oficiales, entre ellos algunos que ocuparon puestos de cúpula de unidades departamentales. Los sueldos liquidados en algunos casos llegan a los 1.900 pesos, que es lo que cobra un comisario mayor por sobre. Cuando está activo.

Fuentes de la Caja de Jubilaciones de la provincia señalaron a El Litoral que la situación planteada por los policías que cobran como activos no afecta los números del organismo. "En el futuro, cuando los pasados a retiro pasen a ser formalmente jubilados, se le puede pedir a la policía provincial que informe cuánto pagaron de más ahora, para descontárselo de sus haberes como pasivos".