Opinión: OPIN-03

Cartas a la dirección

A Dino Strubbia


Señores directores: Llegaste un día desde tu casa paterna, en avenida Freyre y Crespo, al barrio, escasos 300 metros, y te enamoraste de la piba más linda de la cuadra, con la que te casaste y formaste una hermosa familia. Pese a que tu situación económica así te lo hubiese permitido, nunca te quisiste ir de tu casa de calle Crespo, que compraste frente mismo al parque Juan de Garay, del cual siempre fuiste un gran defensor. Me atrevería decir que nunca te gustó la idea de la construcción del edificio de la parroquia ni de las oficinas de la Municipalidad, donde se tramitan las licencias de conducir; siempre me decías: "Poco a poco nos están dejando sin parque". Te recuerdo como vendedor en el negocio de electrodomésticos de Gervasoni y Cía., en 9 de Julio y O. Gelabert. Tu viejo Fiat 1500 estaba siempre nuevo; nunca quisiste venderlo por ninguna plata, ni siquiera cuando llegaste al 0 km. Te gustaba el deporte de los "fierros", especialmente las motos; eras de los "pistoleros" de Gimnasia y Esgrima de Ciudadela, pero también te daba mucha alegría cuando Unión o Colón cumplían buenas campañas en los torneos de AFA, siempre decías que había que "alambrar" por lo nuestro. Fuiste un amante de la caza.

Cuando integramos la comisión pro busto a Juan de Garay, recuerdo que me dijiste: "Estoy seguro de que lo lograremos". Bastaron pocos meses de intenso trabajo, y el 15 de noviembre de 1968 se inauguró oficialmente. Siempre cumpliste con los objetivos que te trazabas, como integrante de la Federación de Cooperadoras Escolares, en la Asociación Cooperadora de la Escuela N° 14 Dr. Nicolás Avellaneda o en otras entidades en la que tuviste una directa participación.

Dino, cómo voy a extrañar las tardecitas de verano en las que nos cruzábamos al parque y manteníamos largas charlas bajo la sombra de los árboles; yo sé que algún día nos encontraremos allá lejos y juntos rememoraremos todos los tiempos vividos como vecinos. Disculpame si ahora te tutee porque siempre te respeté como un hombre de bien y querible, y me gustaba mantener esa distancia, característica que aún conservamos los mayores.

Así de simple, con estas palabras, este sincero homenaje a mi vecino de tantos años, que crecimos juntos, y que siempre recordaré. Pablo Gigliotti. Ciudad.

Mi primera maestra


Señores directores: Con orgullo debo decir: tengo 71 años, íy tengo mi primera maestra!

Allá en un pueblo llamado San Carlos Norte hice mis primeros palotes de la mano de una "maestra" que se llama Mercedes Bonazzola. Se quedaba toda la semana junto a Arminda Bertuzzi; ella fue la primera maestra de mi hermana Emma. Vivían muy sacrificadamente. No se conocían huelgas ni paros. No solamente las recuerdo, sino que tengo contacto con ellas, con un gran amor correspondido. Vaya para ellas mi gran agradecimiento y un fuerte abrazo. Valeria J. Coletto. DNI: 6.088.004. Santo Tomé.