Política: POLI-06

Cavallo a punto de perder los poderes especiales

Ayer casi se vota la derogación en Diputados. Hoy insistirían y podrían lograr número. El gobierno deberá negociar medidas con el PJ.


La unión de fuerzas de diputados del Justicialismo, el Frepaso, el ARI y un grupo de radicales cercanos al storanismo fracasó ayer dos veces en su intención de derogar los poderes especiales del Poder Ejecutivo, pero demostró que cuenta con los legisladores necesarios como para lograrlo en el futuro. Y eso podría ser hoy mismo, ya que Eduardo Duhalde aseguró que los diputados justicialistas bonaerenses iban a asistir a la sesión de la Cámara Baja "no sólo a prestar quórum, sino a votar en contra de mantener los poderes especiales".

El senador electo justificó el otorgamiento que el Congreso hizo a Cavallo de esos "superpoderes" en que con ello "si no se iba a salir de la crisis, se podía empezar a salir. Y la verdad es que no sucedió eso sino todo lo contrario".

Ayer a la tarde, el presidente de la Cámara, el radical Rafael Pascual, se apuró por dar por fracasada la sesión apenas se cumplió la media hora de espera reglamentaria, en medio de los gritos y los golpes sobre las butacas de todos los diputados presentes.

El tablero llegó a marcar 117 cuando Pascual todavía estaba sentado.

Luego de marcharse, cuando formalmente la sesión se dio por caída, la cantidad trepó hasta 125, apenas a cuatro del quórum.

Más allá de los números, la deliberación sirvió como demostración de fuerzas de una conjunción transversal de partidos que envió un mensaje claro al gobierno: los superpoderes tienen los días contados.

Confluencia


El bloque justicialista mostró diputados de todos los colores, desde el duhaldismo hasta el más puro menemismo. En tanto, la ausencia de la mayoría de los radicales exhibió la distancia que existe entre las críticas contra la marcha del gobierno, que abundaron durante las últimas reuniones de la bancada, y la puesta en práctica de jugadas en contra del Poder Ejecutivo.

Los poderes especiales fueron aprobados en el Congreso a fines de marzo pasado. De esa forma se delegaron facultades que son exclusivas del Poder Legislativo, como modificar tasas, cambiar leyes del ámbito económico, crear o eliminar exenciones impositivas y fusionar organismos. La ley fue una de las exigencias de Domingo Cavallo al asumir como ministro de Economía.

Su anulación reduciría el margen de gestión del gobierno nacional y lo forzaría a consultar al Congreso al momento de encarar medidas económicas profundas como, por ejemplo, una reforma impositiva o una modificación de la estructura del Estado.

Para la presidencia de Fernando de la Rúa significaría en la práctica la obligación de acordar con el Justicialismo, que a partir de diciembre controlará ambas Cámaras, cada paso significativo que intente dar en el ámbito económico. Los superpoderes vencen oficialmente en marzo próximo y sirvieron para sancionar unos 70 decretos.