Opinión: OPIN-02

Fuerte etapa de desafíos

Por Teresa Pandolfo


Finalmente a esta provincia llegará la tercera moneda. Las autoridades provinciales han mostrado empeño en denominar así a las Lecop -los títulos nacionales monetizados- que enviará la Nación para compensar sus deudas de coparticipación y, en el caso de Santa Fe, para cubrir el recorte del 13 % por igual concepto, previsto para el año próximo. Igual empeño ponen en marcar las diferencias existentes entre las Lecop y los bonos propios que algunas provincias debieron emitir para cumplir con sus acreencias. Las primeras tendrán circulación y respaldo nacional.

Los gobernadores aceptaron firmar un nuevo pacto con la Nación, pero vía una negociación que también tomó en cuenta la situación o las aspiraciones de cada uno de los Estados federales.

A Chrystian Colombo le llevó un mes aproximadamente convencer a Carlos Reutemann. El mandatario santafesino pudo obtener diferencias a favor por dos circunstancias: Juan Carlos Mercier ha podido reordenar las cuentas de la provincia y porque, en función de esa circunstancia, Santa Fe obtuvo por vía propia, un crédito del Banco Mundial a una tasa tan favorable como la que procura ahora Domingo Cavallo, para el endeudamiento nacional y el que presentan otras provincias.

Esta posición, mejor que la de otros, posibilitó al gobernador tensar la cuerda y que le mantuvieran las condiciones que había impuesto para firmar un tercer pacto, cuando la Nación le había cumplido sólo parcialmente los dos anteriores: el financiamiento del déficit de la Caja de Jubilaciones; el pago en efectivo de una parte de la deuda por coparticipación y que el recorte en la distribución de fondos correspondiente al 2002 fuera lo menos doloroso posible. Ese porcentaje del 13 % que no recibirá en efectivo se cumplimentará con Lecop u otro título nacional monetizado.

Todos tenían escaso margen para ceder, y el santafesino en el mantenimiento de una posición -siempre solicitó lo mismo- también cosechó críticas. Una de ellas provino de uno de los políticos con el que siempre se ha respetado: Alberto Natale, quien analizó el tema desde una óptica de conjunto del país por encima de la situación de Santa Fe en particular. Para el legislador demoprogresista este acuerdo debió llegar antes y sin tantas pretensiones.

Otro proceso


En Santa Fe comienza ahora otro proceso. En primer lugar, en medio de crecientes demandas sociales, deberá adelantar, en un año, la llegada al déficit cero. En segundo término, la población santafesina deberá acostumbrarse a manejarse con las Lecop.

Contrariamente a otras provincias, desde hace años que en Santa Fe no se utilizan bonos para las transacciones. Este nuevo esquema demandará hasta una tarea de docencia, en primer lugar hacia el sector público, el que será el que inicialmente las recibirá.

De todas maneras hay un compromiso nacional de colaborar en su cambio -por lo menos en un 50 % de la primera entrega- y, además, Reutemann le ha solicitado al Ministerio de Hacienda que prepare una lista de grandes empresas santafesinas que quieran cambiárselas al gobierno provincial por dinero y pagar con las Lecop los impuestos nacionales.

Desafíos


Pero el primer punto de los antes mencionados será difícil de alcanzar. El desafío del déficit cero tiene dos aspectos: el gastar sólo lo que ingresa lleva implícito la necesidad de recaudar más, pero ¿cómo?, es la pregunta, cuando ha caído la actividad económica a niveles antes nunca vistos. Tanto la reforma del Estado como el pase de recursos a las áreas sensibles dentro del presupuesto, aparecen como otras dos premisas insoslayables.

Un punto sobresale como sumamente sensible en las estrategias que están en análisis o consideración: la situación de los sueldos dentro del sector público. Las enormes diferencias entre éstos ha sido tema del gabinete en su última reunión. No sólo en los aspectos nominales: lo que gana un agente con la misma función y a veces con responsabilidades mayores si depende de la administración o si reviste en los poderes Judicial o Legislativo. Hasta ahora, desde afuera, se observa poca permeabilidad en la justicia para tomar en cuenta, y actuar en consecuencia, respecto de los datos de la realidad económica actual. Los últimos amparos que embargaron los fondos de la provincia son un ejemplo reciente.

Pero no son éstas las únicas situaciones que sobresalen. Quienes revisten en organismos enganchados por porcentajes a los poderes Judicial o Legislativo presentan una posición salarial muy superior a otros agentes dentro de la propia administración. Muchas veces estas asimetrías por porcentajes o plus especiales se han planteado y son difíciles de resolver, si no existe voluntad política consensuada para que ello ocurra.

Un cuadro más difícil


Fuera del marco del sector público el panorama es hasta peor. La ganadería y la industria frigorífica están en su peor momento desde hace años. 1.800 agentes que trabajaban en plantas faenadoras se encuentran en serios problemas. Las peores situaciones las soportan quienes trabajaban para Friar y Cepa.

Pero no es el único sector con problemas severos. En nuestra zona se habla fuertemente del achique que se viene por fusiones dentro de la industria láctea, un dato no menor para las economías de las localidades comprendidas.

La posición preponderante de Brasil dentro del Mercosur, con sus sucesivas devaluaciones, ha afectado fuertemente a otros rubros, como maquinaria agrícola, cosechadoras, las industrias del mueble y calzado, herramientas de mano y la producción porcina. El dato está: el gobierno nacional no le encuentra una salida a estos sectores frente a Brasil. Un funcionario comentaba a esta periodista que la idea de Domingo Cavallo de incorporar en el valor de convergencia -canasta de monedas- al real no había prosperado.

Como otros factores que suman en contra de la situación de las empresas, se puede señalar la inexistencia del crédito para éstas -aún para el financiamiento de compras- y la ausencia de inversiones extranjeras. Tampoco ayuda la convertibilidad para las exportaciones.

El momento es de una complejidad tal, que hablar de mantener determinado nivel de recaudación es sólo una expresión de deseo. Necesariamente, el sector público deberá procurar su propia reingeniería.

Un conocedor de los ánimos en el interior y que participa del gobierno señalaba días pasados a esta periodista: ``Entre el voto en blanco y el no pago de impuestos ¿cuánta distancia puede haber?''. Y la pregunta es genuina aunque el método elegido de protesta no sea procedente.

Los desafíos son muchos en estos momentos para nuestros gobernantes y en particular para la administración reutemanista. Seguramente muchos de los que rodean a Reutemann no quieran asumirlos, pero el propio gobernador sabe que internamente no puede tampoco tensar más la cuerda. Imperiosamente desde los sectores privados y algunos políticos allegados a éstos, está creciendo la visión de que no quedará otra alternativa que ir a una reingeniería del Estado y de sus acciones hacia el conjunto de la comunidad provincial.

El aspecto político


Fue una semana muy especial en muchos sentidos. Dentro del justicialismo hay movimientos de posiciones de algunos dirigentes sobre otros, ya con miras al 2003. Eduardo Duhalde apareció nuevamente para dar batalla contra Carlos Menem y su sector; pero no son los únicos con aspiraciones. En ese esquema de futuro, con todos los riesgos por delante, juega también Carlos Reutemann como dirigente del PJ.

Llamó la atención el regreso de algunos operadores que el mandatario había colocado en una suerte de freezer. La pelea futura desde Santa Fe, si la hay, será durísima. Todo parece indicar que para esa instancia, el gobernador ha decidido valerse de todos, sobre todo de aquellos que se manejan con relativa solvencia en Buenos Aires y dentro de los grupos de poder. Es un submundo difícil de conocer y de aceptar sus reglas dentro de la política. Unos tendrán unas funciones y otros otras, dentro de ese marco relacionado con la posibilidad de un proyecto presidencial si en su momento se lo decidiera. Habrá que medir costos y beneficios.