Opinión: OPIN-02

Diferencias entre la Argentina y Chile

Por Pedro J. Frías (*)


Nuevamente estoy en Chile y percibo las diferencias en cuanto a sociedad, Estado y economía. Creo útil arriesgarme a exponerlas para nuestra mejor comprensión. Ambos países han superado las hipótesis de conflicto y un marcado entendimiento asegura relaciones de mutuo provecho.

La sociedad


La sociedad chilena es más conservadora que la argentina, pero entiéndase bien: no quiero decir que no evolucione, sino que lo hace con moderación. El pragmatismo no se ha alojado en los intersticios de la gente, como va ocurriendo entre nosotros y ocurre en el mundo occidental más desarrollado. El pragmatismo -todo es igual- disuelve los vínculos sociales en los egoísmos particulares. No hay valores como expresión del bien, sino más bien autonomía personal y utilitarismo.

Entre el Estado y la Iglesia Católica no hay vínculos institucionales: Iglesia libre en el Estado libre. En la Argentina, en cambio, en la Constitución y en el Acuerdo con la Santa Sede se diseña una política de autonomía y cooperación. Pero esto no significa que en Chile no haya cooperación.

La cultura es abierta pero de calidad en los dos países, salvo el deterioro paulatino de la educación. En todas partes están los nuevos analfabetos, aun con título universitario.

Hay numerosas universidades del Estado, de la Iglesia y hasta de la masonería conozco una. El ingreso no es irrestricto, como entre nosotros, y los estudiantes pagan arancel. Ni siquiera durante el gobierno socialista de Salvador Allende, cambió este sistema, regido por la equidad en Chile. Las federaciones estudiantiles se preocupan sí, pero de que haya becas para los no pudientes.

El sector civil -llamado también el "tercer sector"- se está desarrollando sin pausa en los dos países. El voluntariado es rico en ambos, mereciendo más institucionalización y más recursos.

La comunidad mapuche sigue su "revolución" para "recuperar tierras". Hay 62 etnias registradas en el ente que las representa. Felizmente en la Argentina no ha habido imitadores. Entiendo que el gobierno del Neuquén ha seguido estrategias justas y útiles.

El Estado


Mientras el Estado es federal en la Argentina, en una evolución por etapas que ahora atraviesa momentos muy difíciles, Chile es unitario de descentralización avanzada. Podríamos decir que es un Estado regional. Allí las provincias se llaman regiones y los gobernadores intendentes. Se pide mayor descentralización y será inevitable, porque los municipios también exigen más competencias y posibilidades financieras. Lo que me sorprendió es la facilidad con que pude conversar con tales gobernadores en Puerto Montt, en Osorbo y en Valparaíso, anunciándome sin otro título que el de docente interesado en la experiencia regional, que tiene su gran expositor en Humberto Noriega Alcalá, Decano de Derecho de la Universidad de Talca.

Mientras Buenos Aires centraliza los poderes, el Congreso chileno está en Valparaíso, pero no son pocos los intentos para volverlo a Santiago.

En Chile gobierna la Concertación, coalición de socialistas moderados y Democracia Cristiana. La coalición argentina ha sido todavía más vulnerable. Pero en Chile, la derecha es una alternativa posible a nivel local porque su portaestandarte, Joaquín Lavín, Alcalde de Santiago, eligió una tercera vía para la antigua derecha.

El costo de la política es muy inferior al argentino. Lo he explicado muchas veces. Y no hay financiamiento público.

La economía


Poco sé, pero destaco que "la loca geografía" de Chile, según el inolvidable libro de Subercasseaux, es montañosa en sus tres quintas partes, como nuestro noroeste, pero tiene mejor nivel. Mientras en la Argentina la convertibilidad es una política de Estado, continuada por gobiernos de distinto signo, el pecho chileno retrocede ante el dólar. Aunque ahora no está en crecimiento notable, hay capitales. Es un país sereno.

Mis anotaciones admiten omisiones y discrepancias. Por ahora son mis leales observaciones.

(*)Director de la filial Córdoba del Instituto Argentino Chileno de Cultura.