Persona y Sociedad: PER-01

Cuando la solidaridad puede más

La campaña del juguete de Guadalupe superó las expectativas de los organizadores. Más de 2.400 juguetes serán repartidos entre niños de barrios carenciados e hijos de presos. No sólo se superó la meta prevista, sino que, terminada la cruzada, aún siguen llegando obsequios a la parroquia.


"Estamos muy contentos, porque a pesar de todo lo que está pasando pudimos recolectar más juguetes que el año pasado", dice orgulloso el padre Edgardo Trucco, párroco de la basílica de Guadalupe.

La campaña que organizó la parroquia dio frutos más que satisfactorios: más de 2.400 juguetes son los que llegaron al centro de recolección, desde donde se repartirán a distintos sectores.

"Teníamos la meta de superar los 2.000, y lo pudimos hacer", cuenta el cura con satisfacción.

El trabajo comenzó hace más de un mes y estuvo a cargo de distintos grupos de la comunidad parroquial.

"Con todo lo que conseguimos pudimos llegar a barrios o instituciones que no teníamos previstos", sostiene el sacerdote.

Para ellos también pasará el Niño


Los juguetes, que ya fueron entregados a sus dueños, tuvieron varios destinos: 600 fueron para la cárcel de Coronda, con el fin de que los papás presos puedan entregarle un regalo a sus hijos en estas fiestas. Después, se repartieron entre el Jardín de Infantes Cristo Obrero, de Villa del Parque; niños de Chaco Chico; del Centro Clara Bosatta, de Piquete; la asociación Mariano Cabal; la escuela Padre Catena; los chicos del terraplén French y los de Villa Elsa.

La condición para recibirlos es que fueran juguetes nuevos, envueltos para regalo. "Creemos que estos chicos tienen derecho a vivir la experiencia de un juguete nuevo, aunque sea pequeño; pero que esté envuelto exclusivamente para ellos", explicó el padre.

La experiencia ya forma parte de una tradición que, desde hace diez años, organiza la parroquia. Los hechos demuestran que, a pesar de la crítica situación de muchos, todavía queda espacio para la solidaridad.