Regionales: REGI-01

David Miguel Mesegué, 35 años de
vocación al servicio de Barrancas

Gentileza Alfredo Luengo. EN EL MEDIO. Barrancas se encuentra a 77 km al sur de Santa Fe y es considerada como el punto equidistante entre la capital provincial y Rosario.

Ingresó a la comuna en 1965 y nunca cobró sueldo ni hizo aportes jubilatorios. Se define como un vecino honorable. Pese a soportar un desfasaje en la comuna no se queja y advierte que"vivimos 50 años de prestado. Ahora todo se terminó".


Barrancas.- La búsqueda no fue fácil y llevó varios minutos poder localizarlo. En la comuna no estaba y sus allegados comentaron que era probable que se encontrara recorriendo el pueblo.

A la vuelta de la sede administrativa, sobre una de las calles linderas a la plaza, se hallaba una desvencijada camioneta. Era una señal de que el hombre que buscamos andaba cerca y nos dirigimos a su domicilio particular, pero tampoco lo encontramos.

Entonces se nos ocurrió preguntarle a un hombre que iba en bicicleta, el que respondió con certeza: "Allá está, en el galpón", y señaló el corralón donde se guarda la maquinaria comunal.

Allí estaba probando una reliquia de color verde, recién pintada. Era un tractor Deutz a polea, y él supervisaba atentamente el funcionamiento de la fornida herramienta.

Nos recibió atentamente, nos dio la mano con firmeza pese a sus 76 años y se presentó: "David Miguel Mesegué, presidente comunal de Barrancas", el mismo que fue tapa de diarios de todo el país y el mundo porque dona su sueldo -al igual que todos sus colaboradores- desde hace más de tres décadas. Jamás tomó vacaciones y siempre utilizó su vehículo particular para las gestiones oficiales.

Atendió a El Litoral en su despacho, donde aclaró que "estoy poco", y apelando a su buena memoria relató que ingresó a la comuna el 12 de octubre de 1965 (con una interrupción de dos años en el período 1983-1985). Por ese año el presidente de la Nación era Arturo Illia, mientras que el sillón del brigadier Estanislao López era ocupado por el entonces gobernador Aldo Tessio.

"Cuando entré los cargos comunales no eran rentados, ya que los sueldos para los mismos se fijaron durante el gobierno de -Juan Carlos- Onganía, que era un gobierno militar, pero después nadie los derogó", explicó.

Fue presidente comunal en la época del proceso militar por expreso pedido de su pueblo y "siempre trabajé por él", argumenta este hijo de catalanes que vive en forma austera gracias a la explotación de su campo, donde siembra y tiene animales de cría.

"Se terminó el facilismo"


No obstante, aclara con decisión que pese a los cuestionamientos que tienen como blanco a la clase dirigente por estos días "la democracia es el mejor estilo de vida que ha creado el hombre, siempre que se conduzca bien".

Mesegué, que se inició como integrante de la comisión de fomento en 1946 y su formación política se forjó junto a Luis Germán Guena, otro dirigente del Partido Demócrata Progresista con una ejemplar trayectoria en Barrancas, aclara que "siempre fui racional, no emocional" al hablar del tema partidario.

Lejos quedó aquella época de esplendor para esta pequeña y tranquila población del departamento San Jerónimo que recibió un gran impulso por la pujanza que le dieron sus establecimientos de frenos hidráulicos y motores eléctricos que atendían el vasto mercado nacional.

Hoy la administración comunal se complica porque tiene un déficit que oscila entre los 15 y 20 mil pesos y hay un estancamiento de la actividad económica. "Y yo que me jactaba de tener una comuna sin problemas", ironiza.

"Lo importante es que la comuna no le deba a nadie, habrá que racionalizar gastos. Lamentablemente ahora no hay grandes obras", evaluó Mesegué.

Un detalle que llama la atención es que el pueblo tiene todas sus calles pavimentadas y la recaudación cayó en forma abrupta. "No llegamos al 30% de recaudación, cuando antes de esta crisis ascendía al 85%. La deuda de los contribuyentes por la tasa de contribución por mejoras trepa a $ 1.200.000 a pesar de que hay una moratoria permanente".

Un oscuro panorama


Para el experimentado dirigente es inquietante el incesante cierre de industrias y, según su visión, esto obedece al Mercosur, al que define "como un accidente" y a la importación indiscriminada que sufrió el país en los últimos años.

En su análisis es categórico porque considera que se agotó "un sistema de 50 años de vivir de prestado. Se terminó el facilismo, hay que trabajar y contener el gasto público".

En horas cruciales para el país, donde los ejemplos de dignidad y honestidad brillan por su ausencia y sólo asoman la impotencia y la desconfianza, este hombre admirador de Lisandro de la Torre sigue adelante porque "me debo a mi gente", confiesa convencido.

Su vida signada por la humildad parece un calco de una de las tantas máximas que están debajo del vidrio de su escritorio y que reza: "Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa bastón. Pero nunca, nunca te detengas".

César Benítez (Enviado especial).