Persona y Sociedad: PER-01

No hace falta ver para leer

Luis Cetraro. PARA TODOS. La igualdad de oportunidades es cada vez más real para los ciegos. Melina, no vidente de nacimiento, frente a la computadora es una clara demostración.

En la Asociación Nueva Cultura se imprimen libros en Braille.

Al proyecto se unieron el Rotary Club, el Ceride y la Fundación Bica. Los ciegos contarán con idénticas posibilidades a la hora de estudiar. El servicio de impresión es gratuito.


Un santafesino ciego hasta el año pasado debía esperar quizás años para acceder a leer en Braille el libro del cual necesitaba estudiar. Ya no. La Asociación Nueva Cultura con el apoyo del Rotary Club Santa Fe Noroeste, el Ceride y la Fundación Bica imprime cualquier bibliografía en este sistema legible para los no videntes.

En otras palabras: desde ahora los estudiantes ciegos accederán al material de lectura al mismo tiempo que los demás, todo un ejemplo de integración e igualdad de oportunidades.

El proceso de impresión requiere de un sofware especial, que escanea las páginas de un libro cualquiera y las traduce a Braille para que la impresora, de origen sueco, puntee la hoja. Esta tecnología es cara, todos los periféricos tienen precio dólar, por lo cual es poco accesible para la mayoría, pero la Asociación Nueva Cultura espera que este servicio sea para todos, que pueda resultar útil para mejorar la educación de quienes padecen discapacidades visuales.

Graciela Palombi, el alma mater de esta iniciativa, siente un profundo orgullo de poder ofrecer a través de la entidad, esta posibilidad a los ciegos. "Fue un trabajo intenso, que requirió la presentación de proyectos a nivel nacional e internacional, pero hoy podemos decir que la igualdad de oportunidades se concreta, que las dificultades que tenían antes los estudiantes, como estudiar desde una grabación sonora, hoy se sortean y con tecnología propia".

Por ahora están impresos manuales de la EGB y la Constitución Nacional, pero se hacen libros a pedido, según las exigencias curriculares de cada ciclo o carrera universitaria. "Hoy podemos decirles a los padres que sólo tienen que acercarse a la Asociación y solicitarnos el material para que con el equipo de colaboradores lo hagamos posible", dice Palombi.

Con los avances de la época


Nueva Cultura también cuenta con una sala de informática donde desde temprana edad, los no videntes pueden acceder, mediante programas especialmente diseñados y gratuitamente, a los beneficios de la computación. Allí trabajan docentes integradoras, una analista de sistemas y terapistas ocupacionales.

Hasta no hace muchos años, ser ciego era sinónimo de acceder a una educación personalizada, sin escuelas, grados ni recreos. Luego, con la grabación en casetes y las maestras integradoras muchos no sólo pudieron acceder a la educación formal sino también a la literatura y al conocimiento por medio de los libros, pero aún había que esperar que otro se tomara el trabajo de leer en voz alta para que la voz se plasme en la cinta.

Hoy, el sistema de escritura de puntos en relieve creado por Louis Braille en 1828 se complementó con la tecnología informática del siglo XXI para que un ciego pueda leer lo mismo que leemos todos, sin depender de nadie. La Asociación Nueva Cultura propició este encuentro y lo ofrece como un servicio a la comunidad, como un ejemplo de que con tesón y perseverancia no hay imposibles.

"Es independencia"


En tercer año de Derecho está Sebastián Caminitti, de 21 años. La ceguera no le impidió practicar deportes y ser siempre un muy buen alumno en la educación formal, pero en la universidad se le presentó el problema de la extensión de los materiales bibliográficos. "Yo antes estudiaba en base a grabaciones, pero es mucho el contenido y no era fácil repasar algo. Siempre es mejor leer uno mismo a que lo haga otro", dice.

Seba recuerda que en quinto año estaba indeciso acerca de qué carrera seguir. Optó por abogacía "porque tenía algunos referentes de personas ciegas que eran abogados y, aunque me pareció larga, me inscribí en la UNL. Allí encontré mucha gente solidaria que me daba una mano con las grabaciones. En general estoy muy contento con mis estudios y ahora con esta posibilidad, más todavía. Es independencia".

Araceli B. Retamoso