Sucesos: SUCE-01

Buscan explicación científica al caso de las vacas muertas

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Dicen que la mortandad es "habitual" en esta época del año.

Los científicos trabajan en procura de una explicación racional al extraño fenómeno. Los casos de las vacas muertas son numerosos e inquietantes.


Buenos Aires.- Científicos del Senasa y de organismos provinciales comenzaron a investigar las mutilaciones de órganos externos efectuadas en vacas muertas para despejar las dudas que surgieron en torno de los casi cien casos reportados en campos de Río Negro, La Pampa y Buenos Aires, a los que en las últimas horas se sumaron otros en Santa Fe y Entre Ríos.

Es que mientras los hallazgos de vacas muertas a las que les faltan ojos, ubres, lenguas y músculos de la quijada se extendieron en la última semana a lo largo de varios kilómetros en cinco provincias, con la misma velocidad se reprodujeron hipótesis inciertas y fantasiosas que atribuyen las mutilaciones al accionar de una secta, a engaños y hasta a extraterrestres.

Ante esta situación el presidente del Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa), Bernardo Cané, aclaró que la mortandad de vacas es "habitual" para esta época del año y sostuvo que la ablación de sus órganos podría obedecer a "casos aislados de prácticas esotéricas".

De todos modos, Cané indicó que participará en la ciudad bonaerense de Olavarría de una reunión de productores y expertos que estudian las muertes de unos cincuenta animales en la región.

El funcionario nacional mostró su interés en investigar el caso con rigor científico al señalar que "hay que ir y ver" de qué se trata, porque indicó que la mayoría de las informaciones sobre este tema fueron "erróneas, imprecisas y exageradas" a raíz de la inclinación de los campesinos hacia las leyendas de carácter mágico que los lleva a pensar en hechos paranormales.

"La gente de campo se suele hacer eco de estas oleadas de versiones, como cuando se habla del `petiso orejudo' o de los `enanitos verdes', pero faltan pruebas racionales" que avalen esas especulaciones, apuntó Cané.

Además, le dijo a la radio FM Aspen que no descarta la intervención de "prácticas esotéricas" sobre las vacas, que fueron encontradas sin sus órganos y con cortes muy limpios.

Cané coincidió también con el informe elaborado por Enrique Freixá, un veterinario pampeano del Senasa, quien recordó que la mortandad de vacunos es "habitual" para el invierno y que las mutilaciones responden a causas naturales, como la participación de animales carroñeros o pequeños predadores que no dejan huellas visibles en torno a los cadáveres.

El titular del Senasa también precisó que en el tema trabajan patólogos y científicos de la Universidad de Tandil

No hay radiación


En tanto, el técnico del Ente Regulador de Energía Atómica, Eduardo Quintana, se sumó a las apreciaciones de que "no hay nada anormal" en estos casos al señalar que no se encontraron campos de radiación en torno a los animales mutilados en La Pampa.

Quintana, quien realiza mediciones de radiación y otros estudios a pedido de la Subsecretaría de Asuntos Agrarios pampeanas, destacó que los niveles "son normales".

"No hay campos de radiación, más allá de los normales que se encuentran en cualquier lado", precisó el técnico al diario La Arena y reveló que "tomamos muestras de pasto y tierra para llevarlos a nuestro laboratorio en el Centro Atómico de Ezeiza para medir radiación gamma específicamente, que pueden emitir los materiales que forman parte de la corteza terrestre" en busca de posibles anormalidades.

Por otra parte, otro técnico que trabaja en el área, Roberto Rosquind, desterró nexos con las vacas mutiladas al precisar: "No conozco ninguna evidencia científica que indique que haya alguna posibilidad de mutilación debido a la presencia de material radiactivo, hasta lo que yo sé eso no existe".

Mientras los técnicos buscan respuestas, en un campo cercano a Hasenkamp, en Entre Ríos, se denunció ante la policía un nuevo caso de un vacuno mutilado, y otro similar se reportó en Bolívar, donde una vaca sin lengua, ni carne en la quijada fue hallada en el campo de Tomás Morán, según informaron fuentes policiales.

Entre el viejo chamán y el moderno "Chupacabras"


En torno del extraño fenómeno de las vacas muertas en los campos argentinos se han disparado todos los fantasmas del imaginario popular, pero con insistencia, desde los más diversos ámbitos, -también desde la ciencia-, se hace mención a "ciertas prácticas esotéricas" y se afirma o se niega una intervención extraterrestre.

¿Qué se quiere decir con esto? Desde tiempos remotos todos los pueblos de la humanidad han realizado prácticas sacrificiales que incluyen la muerte ritual de animales, si no de seres humanos, cuando son cruentos y cuando no, se eleva la ofrenda en forma de mieses y panes, por ejemplo, en honor de Dios, o de los dioses.

Por otra parte, de época reciente es la fantástica invención del "Chupacabras", -1995- personaje que según el ufólogo de turno tanto puede atribuirse a manipulaciones genéticas realizadas por el hombre, o por los grises o los dracos, presuntos extraterrestres, seres que habitan en el subsuelo y cogobiernan nada menos que en los Estados Unidos de Norteamérica. De ahí que habrá de ser visto el presidente Bush con mayor indulgencia, toda vez que está sometido a tamañas presiones extrainstitucionales.

La cuestión de los sacrificios cruentos incluye entre otros rubros los de carácter "reparador". No necesariamente era la expiación de los pecados de pueblos y personas lo que sellaba la suerte de terneras, cabras y ovejas, también iban al altar del sacrificio, para procurar una reparación al oferente avasallado en sus derechos, por ejemplo, en lo concerniente a la propiedad privada. ¿Conoce usted algún caso semejante en la Argentina de hoy?

El "Chupacabras", fantasmagórico personaje con el que se pretende explicar la misteriosa mortandad de animales en EE.UU y Puerto Rico, por ejemplo, según los ovniólogos del caso, éste sería un ser sobrenatural o un alienígeno, surgido de algún gabinete siniestro como el "patio de las pesadillas" donde los científicos de distintas nacionalidades se divierten con las más arriesgadas experimentaciones, o de otro modo sería obra -sin más- de esos seres llegados tres o cuatro generaciones atrás aburridos de dar vueltas por el espacio exterior.

Ahora, volviendo a la cuestión de las sectas y los sacrificios rituales, conviene recordar que éstos reconocen antecedentes que se remontan al origen de la humanidad.

Por ejemplo, en los denominados sacrificios de reparación el pobre cuadrúpedo era muerto y desangrado en el terreno. La sangre era recogida en cuencos de barro o bronce por los sacerdotes. Con ella salpicaban después el velo del templo y derramaban el sobrante a los pies del altar. Alí también se quemaba -o se comían- distintas partes del animal, seleccionadas, según uso y costumbre de cada época.

Estas referencias vienen a cuento sólo para explicar, a vuelo de pluma, lo que se quiere significar cuando se habla de prácticas esotéricas o fenómenos extraterrestres, mientras los hombres de ciencia se queman las pestañas buscando una explicación más consistente al inquietante fenómeno que hoy nos tiene en ascuas.

José Luis Pagés