Política: POLI-05 Legalidad, ética y responsabilidad


La difusión de las transferencias de fondos al exterior por parte del ministro de Hacienda José María Candioti -realizadas cuando todavía se desempeñaba en el ámbito privado- lo ha colocado en una situación que, más allá de sus explicaciones y analizada desde distintos puntos de vista, resulta comprometida y en alguna medida incierta.

Aún en su parco estilo, el gobernador Carlos Reutemann no pudo ser más elocuente: antes de escuchar al ministro y también después de ello, se desentendió de poner el cuerpo por él y le endilgó toda la responsabilidad de defenderse. Con su habitual manejo de los tiempos, el mandatario espera evaluar, más que las razones de Candioti, las repercusiones en la opinión pública y el ámbito institucional.

Al respecto, lo que pase por estas horas en la Legislatura será un dato crucial. El otro surgirá de lo que pueda aparecer en la declaración de impuestos del ministro, si es que -frente a su decisión de mantenerla en reserva- algún organismo habilitado la requiere y se exhibe su contenido.

Salvo en el hipotético caso de que los fondos hayan sido ocultados al fisco -cosa que, hasta ahora, no hay elementos para asegurar-, el comportamiento de Candioti está totalmente encuadrado en la legalidad. Sin embargo, y más allá de la atendible voluntad del funcionario de mantener ese tema en la esfera particular, exponer esa prueba de buena fe a una descreída ciudadanía resulta vital, máxime cuando involucra a quienes detentan una función pública con injerencia específica sobre los contribuyentes.

Por otra parte, no puede soslayarse el impacto que tiene en la comunidad una noticia como ésta, en momentos en que muchos empresarios e industriales se juegan su capital apostándolo a la producción y el sostenimiento de las fuentes de trabajo dentro de las fronteras del país. Y que, en otras escalas, se han visto postergados por quienes, con mejores niveles de información, hicieron rendir sus inversiones por afuera de ese esquema. Tal vez por inadvertencia, hay en ese mensaje a la sociedad una responsabilidad política, que no le cabe solamente a Candioti asumir.