El detenido sacerdote Julio César Grassi recuperó esta mañana la libertad por resolución de la jueza de garantías de Moron, Mónica López Osornio, que de todos modos sigue adelante con la investigación sobre presuntos abusos sexuales.

El propio cura salió del juzgado, ya con las manos libres y sin esposas, y anunció que irá a la Fundación Felices los Niños para "abrazar a todos los chicos".

Grassi estaba detenido, desde el 24 de último, y afronta un pedido de la fiscal Rita Bustamante de prisión preventiva.

El sacerdote sostuvo al salir esta mañana del juzgado de Morón que se siente "muy bien" y que abre ahora "un tiempo de espera" para que se produzca la "justicia definitiva" en su caso.

"Esto fue una gran equivocación, una gran mentira, una gran injusticia", afirmó el padre Grassi rodeado de decenas de periodistas, luego de conocer la decisión de la justicia que accedió a otorgarle la libertad.

Aseguró que "ahora hay que trabajar para que quede plenamente demostrada la verdad" y advirtió que luego de que ello ocurra, "pediré justicia para todos los que dañaron a la Fundación, pero con caridad, sin venganza".

"Me entregué todo para que los chicos de la calle estén bien asistidos, y ahora por eso llevo esta cruz, por ellos", añadió.

Grassi dijo que la jueza Mónica López Osornio, que dispuso su excarcelación, "es una persona extraordinaria" y afirmó que "agradezco a Dios" por la decisión que acaba de tomar la magistrada.

"Voy a seguir tabajando por los chicos más necesitados y porque se pueda demostrar plenamente mi inocencia", añadió.

(SUCESOS).