Opinión: OPIN-01 Indocumentados argentinos
La palabra "indocumentado" suele relacionarse directamente con la situación de los inmigrantes que viven en el país en forma ilegal. Sin embargo, poco se sabe a nivel estatal acerca de la cantidad de argentinos que, a pesar de haber nacido en estas tierras, nunca fueron inscriptos en registro alguno.


Cuando se les solicita a las autoridades provinciales que den a conocer estimaciones o proyecciones sobre la cantidad de personas que no tienen ni tuvieron documento en esta ciudad o en el resto del territorio santafesino, reconocen que no cuentan con datos confiables. Incluso plantean que no se realiza ni se realizó un trabajo de campo específico para intentar echar luz sobre este problema que aqueja, seguramente, a miles de habitantes.

Pero la falencia no es sólo santafesina. A nivel nacional, los indocumentados no parecen ser una preocupación del Estado. En algún momento, desde Santa Fe se propuso al gobierno central que en el Censo 2001 se incluyera un apartado en el que se preguntara a la gente si tenía o no documentos, pero tal idea fue rechazada.

Se argumentó que para ello era necesaria una ley especial del Congreso, aunque ningún legislador se interesó por presentar esa propuesta para que fuera discutida.

El tema de los indocumentados ya no debería estar focalizado en los extranjeros. La recesión y el estallido de la crisis hicieron que en los últimos años se revirtiera la tendencia migratoria que traía a decenas de miles de personas -sobre todo desde naciones limítrofes- a buscar trabajo dentro del país.

Hoy se sabe que miles de bolivianos, paraguayos, chilenos y peruanos, la mayoría indocumentados, regresaron a sus lugares de origen porque ya no está a su alcance un fluido ingreso en dólares.

Por ese motivo el problema pasó a ser principalmente argentino. En Santa Fe, el Movimiento Los Sin Techo realizó a mediados del año pasado un relevamiento en distintos barrios de la ciudad, donde cuentan con un servicio de copa de leche. El resultado fue que en los barrios San Lorenzo, Villa Oculta, Villa Hipódromo, Belgrano, San José, Las Lomas, Villa Elsa y Loyola encontraron un total de 64 niños que jamás habían sido inscriptos como nacidos vivos, y por lo tanto carecían de todo tipo de documentación.

No tener documentos significa que estos chicos ven absolutamente reducidas sus posibilidades de estudio, de ayuda social y, cuando crezcan, de conseguir un trabajo digno.

Sin embargo, el Estado no parece demasiado interesado en conocer qué alcances tiene este problema. Resulta difícil comprender cómo una entidad particular y de alcance limitado, como Los Sin Techo, puede realizar un relevamiento, mientras que los organismos oficiales encargados del tema se ahogan en una maraña burocrática que les impide actuar como corresponde.

La Convención sobre los Derechos del Niño indica que toda persona será inscripta inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.

Desde 1994 estas premisas aparecen incluidas en la Constitución Nacional argentina pero, al menos por ahora, su aplicación sigue siendo una mera expresión de deseo.