Area Metropolitana: AREA-05 Estiman que la crecida será tan grave como la de 1973
La de junio del '73 fue la más grande registrada hasta el momento. La provincia carece de estudios sobre el comportamiento del Salado. Podrían atenuarse las consecuencias.


El Instituto Nacional del Agua (INA) estimó que la crecida del río Salado alcanzará valores similares a los registrados en junio de 1973 -la más grande hasta el momento-, cuando el pico máximo trepó a los 7.19 metros y tuvo un caudal de 2.430 metros cúbicos por segundo.

En diálogo con El Litoral, Carlos Paoli, director del organismo, y Ricardo Giacosa, responsable de los estudios del río Salado, afirmaron que esta situación perjudicará a los barrios que se han desarrollado sobre la margen izquierda del Salado (los del noroeste de la ciudad) que no tienen defensas. Con la diferencia de que en la década del '70 no estaban tan densamente poblados como en la actualidad.

De todos modos, aclararon que "no tenemos la medición directa del Salado y nadie exige que la realicemos. Los recursos hídricos son propiedad de la provincia, por lo que a ella le compete la responsabilidad de hacer un control permanente de los mismos".

No obstante, la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación tiene una red que mide parámetros hidrológicos en todo el país, dentro de la cual una de las estaciones está ubicada en la Ruta 70. Pero esto no es suficiente.

Los especialistas explicaron que "el nivel al que puede llegar el Salado en esta zona en la cual desemboca depende de dos factores: de la crecida propia que tiene el río y del nivel en que se encuentra el Paraná, porque si éste último está muy alto, el Salado no puede desaguar y se produce una sobre-elevación de todo el pelo de agua, por lo que la inundación en la zona de su desembocadura es muy importante. Además, desagua con poca velocidad porque el Paraná hace un efecto tapón".

En este momento, el Paraná no tiene una altura importante y está dos metros por debajo de lo que ha alcanzado en las grandes crecidas (4,60 hoy).

Además, afirmaron que entre el 60 y el 70% del agua que trae el Salado proviene de la salida de los bajos submeridionales. "La característica es que el agua corre muy lento y no va a traer grandes picos pero sí demora mucho en drenar. Por eso va a permanecer entre 60 y 90 días como mínimo. Esto hace que si en ese período se producen precipitaciones el agua se superponga. Es lo que ocurre ahora: grandes precipitaciones en el Cululú en la zona de San Cristóbal que se superponen y tardan en drenar porque hay muy poca pendiente, típico de ríos de llanura. Esto originó los cortes de las rutas".

Decisión política


Paoli y Giacosa aclararon que para precisar los datos se basan en la experiencia de más de 25 años y en algunos datos que manejan. "Pero hay métodos de ingeniería actual que permiten tener todo bajo control con sistemas de alerta", aseveraron.

Para esto, "falta en primer lugar la decisión política del gobierno provincial; completar un estudio para implementar ese sistema que implica tener sensores remotos en determinados lugares que transmita a distancia la información; y una oficina que reciba la información y que tenga montados distintos tipos de modelos de previsión. Esto requiere una inversión inicial de poco más de 60 mil pesos, o sea que técnicamente es factible".

De todos modos, "las inundaciones por lluvias intensas o crecidas de ríos son imposibles de evitar, pretender que nunca más haya inundaciones es impensado y la población debe estar preparada para convivir con ese riesgo. Pero hay que usar todas las herramientas técnicas para prevenir y por eso son fundamentales los estudios permanentes", dijo Paoli.

Incluso puede determinarse por la cantidad de agua caída y por las zonas en donde hubo precipitaciones cuándo se dará el pico máximo de crecida del Salado, pero requiere de información a tiempo real que la provincia no tiene.

Atenuar las consecuencias


Giacosa agregó que los estudios son importantes "para poder atender la cuestión operativa y tomar a tiempo medidas de acción civil sobre gran parte del casco urbano ubicado en el sector oeste, es decir, sobre terrenos muy bajos. Si uno sabe con cierta antelación que se va a producir un pico, se puede preparar un buen sistema de bombeo. Hoy por hoy con el río Salado muy alto, el agua no puede escurrir por gravedad y hay que sacarla por bombeo. De este modo, se puede atenuar las graves consecuencias".

Por último, aseveraron que "los barrios del oeste están muy complicados por la lluvia de los días pasados, pero hubiera sido mucho más grave si esta lluvia se hubiera producido después de que se registre el pico de El Salado porque el río no dejaría escurrir el agua y se sumaría la lluvia. Éste es el problema que provoca ocupar sectores bajos".

Previsible


Según los especialistas, ya en el mes de marzo se presentaron anomalías en las precipitaciones que se apartaron del promedio del mes en la zona central de la cuenca del Salado. Es decir, que desde ese mes hay una gran acumulación de agua en la cuenca, lo que con las precipitaciones importantes durante abril produce una concentración preocupante de agua.