Area Metropolitana: AREA-08 Recreo desespera bajo agua
. 
El río Salado avanzó en pocas horas y anegó todo el pueblo. Los evacuados son trasladados a la ex estación del ferrocarril Belgrano, en Santa Fe. Claman por comida, abrigos y botes.


Desde el Liceo Militar General Belgrano -también inundado- salen permanentemente camiones del Ejército para buscar gente y evacuar lentamente, pero en grupos numerosos, a los vecinos que hasta el mediodía de hoy eran alojados en la estación del ferrocarril Belgrano, en Santa Fe.

Al cierre de nuestra edición, el número de evacuados y autoevacuados de Recreo ascendía a 9.000 personas. Algunos vecinos buscaron refugio en la Iglesia San Miguel Arcángel -emplazada en un lugar más alto-, donde este mediodía se improvisó un almuerzo para los niños que llegaron hasta allí.

Sin embargo, la emergencia sorprendió a la comuna, a los asistentes sociales, a los agentes sanitarios, por lo que toda organización para asistir a los damnificados se ve desbordada. Los evacuados piden en forma urgente que les hagan llegar frazadas, ropa, colchones y, especialmente, que quienes dispongan de lanchas o canoas que las ofrezcan para evacuar a gente que todavía sigue en sus casas, trepada a los techos.

Si bien hasta el momento no se han detectado problemas sanitarios, el temor es qué pasará con el transcurrir de las horas debido a la falta de atención médica y a la persistencia de las intensas lluvias que se registran desde anoche.

Esta mañana, algunas ambulancias del Hospital Protomédico y de servicios privados de salud circulaban por la ruta 11 para sacar enfermos o vecinos en delicado estado de salud. Pero nada es suficiente.

Ordenar la catástrofe


Varios móviles policiales están apostados en la intersección de la ruta nacional 11 con la provincial 5 -el punto donde el agua comienza a sitiar la cinta asfáltica-, procurando ordenar la catástrofe, organizar los vehículos, el desesperado tránsito de personas a pie y la permanencia de los vecinos que esperan sobre la ruta.

Desde anoche se interrumpió el servicio de energía para prevenir accidentes y hoy la mayoría de las líneas telefónicas no funcionaban.

Al costado este de la ruta 11, esta mañana se podía ver grupos de pobladores rompiendo con palas el alteo de la vía ferroviaria para que el agua corra y descienda aunque sea unos milímetros.

El presidente comunal Juan Carlos Patricelli, conmocionado por el drama que asola a su comunidad, graficó la situación en escasas pero contundentes frases: "esto es muy grave hermano, el famoso Salado tapó el pueblo. Llevamos más de tres mil evacuados y el doble de la gente que se va por sus medios a otro lugar".

Comentó que desde el gobierno provincial se hizo llegar un subsidio que será destinado a dar de comer a los evacuados, "pero no sé hasta cuándo nos alcanzará. No hay lugar donde no haya agua, tenemos que sacar la gente del pueblo, llevarlos a la estación Belgrano. Estamos desesperados".

Testimonios del drama


  • AL COSTADO DEL CAMINO. Una familia entera, con ancianos y niños, decidió esperar a que bajen las aguas viviendo en la parte trasera de un camión. La abuela, conmocionada, repetía: "¿Adónde vamos a ir?, si no vamos a encontrar lugar seco por acá. ¿Y los chicos?". Mientras tanto, una de las adolescentes de este grupo, buscaba agua alrededor para tomar mate.

  • ÉXODO. Con lo que podían acarrear, con lo poco y lo mucho, la columna, familias enteras aparecían por la curva que marca el ingreso al casco urbano de Recreo. Y los que iban, desesperados, peleaban contra el embate del agua para buscar a sus seres queridos.
  • SÓLO SALIR. ¿Adónde van?, preguntó la periodista. "No sé", respondió la joven madre con su bebé de meses en brazos, "adonde el agua nos llegue abajo de la rodilla".
  • POR FAVOR. Todos pedían ropa, frazadas, que los trasladen, comida, un teléfono, una canoa, un caballo, que avisen, lo que sea. Ayuda. "¿Así será la guerra?", preguntó el colega.
  • LA FUERZA. Por debajo de la vía que pasa al este de la ruta 11, en varios sectores fueron abiertas perforaciones en el terraplén. La violencia con que pasaba el agua era de temer. Ahí nomás, cerca, una familia entera con niños pequeños se autoevacuaba sin saber hacia dónde.
  • LOS ROSTROS. Los que se topaban con el panorama abrían los ojos y la boca. Los que salían del pueblo sólo miraban para abajo.
  • EL LICEO. Con más voluntad que recursos, los soldados del Liceo Militar Belgrano ayudaban a la gente a descender de los camiones de rescate, aunque todo el edificio se encontraba anegado.
  • PARA LOS CHICOS. "Anoche -dijo Tina-, en la iglesia hicieron hamburguesas. Para los chicos nomás".