Area Metropolitana: AREA-16 Avance hacia López y Planes


Pasado el mediodía, el agua del río Salado ya había ganado importantes áreas del oeste de la ciudad, al punto de encontrarse a sólo 100 metros de la Av. López y Planes, en su intersección con las calles Iturraspe y Perú, entre otras.

Los vecinos desesperados comentaron a El Litoral que tan sólo 200 metros más hacia el oeste -a dónde era imposible llegar a pie-, la masa líquida ya había llegado al techo de varias viviendas.

En Presidente Perón e Iturraspe


Por la mañana, el escenario era desgarrador en las inmediaciones de la avenida Presidente Perón e Iturraspe, en donde ya tenían más de 50 centímetros de agua dentro de las viviendas. El panorama se complicó enormemente en horas de la siesta, cuando todo quedó cubierto de agua.

Durante la madrugada, el río impiadoso sorprendió a los vecinos de esa zona y de Barranquitas, aunque la mayoría ya estaba en situación de alerta.

En Iturraspe y Brasil, justo hasta donde llegaba el agua en las primeras horas del día, un grupo formado por una treintena de hombres y niños acarreaba bolsas de arena y se apuraba en levantar una precaria defensa. El esfuerzo parecía inútil.

"Esto es una catástrofe. Perdimos todo", se escuchó sollozar a un hombre mientras se tapaba la cara con sus manos.

Al otro lado de la calle, el líquido ya llegaba a la cintura de los que se esforzaban por rescatar sus pertenencias más valiosas. Heladeras, televisores, colchones y roperos llenos de ropa. No alcanzaban las manos ni los pocos vehículos disponibles para ganarle al río.

El llanto de los niños más pequeños -descalzos, mojados y con frío- era constante. Los más grandecitos ayudaban en lo que podían. Los mayores también lloraban, pero de impotencia. Corrían de un lado a otro pidiendo ayuda e insultando a la autoridades que no actuaron a tiempo. Los ancianos eran rescatados en sillas de ruedas que levantaban con esfuerzo o en canoas.

Algunos colectivos del servicio de transporte urbano de pasajeros trasladaban a los vecinos hasta los centros de evacuados dispuestos por el municipio santafesino. Pero ellos estaban preocupados por salvar sus pertenencias y no querían subir.

El personal policial apostado en la zona estaba desbordado. Cargaban niños, ayudaban en lo que podían. Pero el agua no cesaba de avanzar.

Detrás del Cementerio


Con fuerza y en forma intempestiva, la crecida del río también sorprendió anoche a los vecinos de San Pantaleón, el barrio ubicado detrás del Cementerio Municipal.

Las precarias viviendas ubicadas contra el terraplén Yrigoyen quedaron bajo agua en pocos minutos, sin dar tiempo a los vecinos a salvar sus pertenencias. Sucede que nadie quiere dejar su casa a merced de los que aprovechan estas situaciones límites para robar. Algunos optaron por esperar arriba de los techos que el agua los obligue a irse. Otros corrían de un lado a otro con bolsas con ropa ya mojada y electrodomésticos con la intención de llevarlos a un terreno seco.

Sigue el peaje


Pese a la situación de emergencia que obligó a cortar el tránsito en la autopista a la altura del puente sobre el río Salado, la empresa Aufé sigue cobrando el peaje a los conductores que pretendan utilizar el resto de la vía que está transitable.

Así lo confirmaron voceros de la empresa ante una consulta efectuada por El Litoral este mediodía. También informaron que fue una decisión de la empresa la interrupción del tránsito por prevención y que técnicos e ingenieros de la compañía observan la situación.