Pantallas & Escenarios: PAN-02 Relato en claroscuro
Por Laura Osti


La película comienza con un primer plano del rostro de Morvern que pasa de la luz a la sombra de manera intermitente. Luego, la cámara se irá alejando y se verá a la chica en el suelo junto al cuerpo de un muchacho, boca abajo. Después, se ve un poco más atrás una gran mancha de sangre en el piso; esto lleva a pensar que el muchacho está muerto.

No hay desesperación, ni en la mirada ni en los gestos de Morvern, hay como un estado de estupor, un vacío, un silencio aturdidor. Es la noche de Navidad, los regalos esperan al pie del arbolito y las luces no cesan de titilar.

En la computadora hay una explicación, un mensaje de despedida: el joven ha decidido terminar con su vida y le deja a su novia unos cuantos obsequios, unas palabras de afecto, un dinero en el banco y una novela inédita lista para ofrecerla a las editoriales. "La escribí para ti", le dice; "sé valiente", agrega, y también "te amo".

¿Qué hará Morvern? Por ahora, abrirá los regalos: una campera abrigada, un walkman, un casete con canciones grabadas para ella por el novio, un encendedor... Después, irá a buscar a su amiga Lanna para ir a bailar, como estaba previsto, y explicará la ausencia de él diciendo que se fue repentinamente, abandonándola. Nada más.

Al día siguiente, tratará de hacer la vida de siempre. Sólo que el cadáver seguirá en el piso de la sala y la sangre también. Hasta que de pronto se la ve (siempre enchufada al walkman que le dejó su novio) deshacerse del cuerpo de manera brutal y tomar otras decisiones "incorrectas", como sustituir el nombre del joven por el suyo en el original de la novela y enviarla luego a una editorial. Después, con el dinero que está en la cuenta bancaria resolverá viajar a España con su amiga Lanna.

En medio de ese viaje pleno de sensaciones, alcohol, sexo y aventuras, se enterará de que la novela ha sido aceptada y que le girarán 100 mil libras a modo de adelanto por los derechos de autor.

A su regreso a Escocia, se encuentra con el cheque y ¿qué hace Morvern? Decide emprender otro viaje, pero esta vez Lanna no querrá acompañarla.

Lynne Ramsay, directora del filme, no se propone indagar en los motivos que llevan a esta chica a asumir conductas tan extravagantes; tampoco la pone en conflicto con las normas y ni siquiera ahonda en el trauma psicológico. Simplemente muestra, apelando a insistentes primeros planos, persiguiendo los cuerpos con la cámara, enfocando escenas colectivas, paisajes, movimientos. Y penetra, eso sí, en la música que escucha Morvern a través de sus auriculares. Canciones cuyas letras terminan sugiriendo una suerte de clave de lo que pasa por el cerebro de la protagonista. Como si el novio le hubiera dejado escrito de esta manera tan particular el guión para su vida sin él, al que ella se aferra de manera irracional, casi como una autómata.

Extraña película, que genera una sensación de irrealidad, que muestra una sucesión de hechos ambiguos, casi fantásticos, insertados con suavidad en la vida de todos los días, sin generar grandes crisis y sin que las cosas, al menos en apariencia, se muevan violentamente de lugar.

Este filme es el segundo de la joven realizadora escocesa después de Ratcatcher, y ha sido distinguido con numerosos premios, entre ellos el de Fipresci a Mejor Directora en el Festival de San Sebastián 2002.

Un párrafo aparte merece la inquietante interpretación de Samantha Morton, en el papel protagónico, quien ya ha demostrado su talento para componer personajes insondables en Dulce y melancólico y en Minority Report.

El viaje de Morvern


"Morvern Callar", Gran Bretaña/2002. Dirección: Lynne Ramsay. Intérpretes: Samantha Morton, Kathleen McDermott, Raife Patrick Burchell, Dan Cadan, Carolyn Calder, Jim Wilson, Dolly Wells y Ruby Milton. Guión: Liana Dognini y Lynne Ramsay, basado en la novela de Alan Warner. Fotografía: Alwin H. Kuchler. Edición: Lucia Zucchetti. Diseño de producción: Jane Morton. Presentada por Eurocine. Duración: 97 minutos. Para mayores de 13 años.

Calificación: Muy Buena.