Para la enorme mayoría fue una desagradable sorpresa. Otro disgusto. Seguramente también para muchos, un nuevo drama. A unos 8.000 hogares que sufrieron el desastre del Salado por estos días llegaron boletas de la EPE con cuentas enormes, producto de un consumo intenso, extraordinario.
Tras su distribución y las lógicas reacciones de los involucrados, la Empresa Provincial de la Energía salió a explicar que será considerada la situación de cada uno de los clientes afectados y que se buscará la forma de convertir en montos más lógicos los consumos excepcionales.
En rigor, desde que la ciudad sufrió la peor experiencia colectiva de su historia hasta que, poco a poco, los damnificados pudieron retornar a sus hogares, los usuarios de la EPE recibieron una información sobre ese servicio que -más allá de las intenciones de quienes la proporcionaron- resultó confusa.
Tras marchas y contramarchas en el gobierno -cuestión que se analiza más adelante-, la EPE está cumpliendo la disposición gubernamental vigente, que indica que a los afectados se les deben condonar dos bimestres.
Lo que ocurre es que, en muchos casos, los cuatro meses transcurridos desde el 29 de abril a hoy no coinciden con los bimestres de facturación.
En esa situación están los aproximadamente 8.000 clientes de los planes 26, 28 y 29 de la EPE (en todas las facturas, junto a los datos del cliente, figura el número de plan).
Por estos días, a esos usuarios les llega una factura en la que pesa sobremanera el uso intenso de la electricidad que consumieron estufas y lavarropas, entre otros electrodomésticos. Hay boletas con montos que van desde los 300 hasta los 500 pesos, para clientes de la EPE que normalmente no pagaban nunca más de 70 ó 100 pesos.
Los clientes de los planes 26, 28 y 29 contaron efectivamente con la eximición de dos bimestres: los número dos (con vencimiento en mayo, antes de la inundación) y el tres (ya durante la emergencia). Por eso, ahora comienzan a recibir las facturas según la última lectura del medidor (de aproximadamente mediados de agosto).
Tras las primeras reacciones de los clientes en los medios, la EPE decidió otorgar todo tipo de consideraciones para no convertir en impagables esas facturas.
Así, oficialmente se informó a todos los clientes que consideren que sus consumos actuales no tienen nada que ver con los históricos (figuran en la propia factura, los últimos 5 bimestres), que pueden concurrir a las oficinas comerciales de la empresa para hacer el correspondiente reclamo.
Aunque sin ofrecer mayores detalles sobre cómo se hará para superar el problema de cada usuario, se asegura que se procederá bajo un espíritu solidario, el mismo con que se dictó el decreto de condonación por dos bimestres.
Las facturas con consumos extraordinarios llegan a unos 8.000 hogares incluidos en los planes 26, 28 y 29. La mayoría ya tiene el servicio en condiciones reglamentarias de prestación, pero aún subsisten algunos casos en los que aún los clientes no tienen puesto el medidor.
También en esos casos (si el plan lo indica) llega la factura, aunque con un consumo estimado (un promedio sobre el consumo histórico).
Hay clientes que aún no regresaron a sus hogares por el daño causado por el agua, a los que no se les colocó el medidor, no utilizaron la energía eléctrica para secar las paredes y ahora se les cobra su consumo histórico.
Los consumos extraordinarios de unos 8.000 clientes de la EPE se produjeron en una situación especial, además influida por una información confusa.
Aún hoy subsiste la idea en los barrios afectados por el Salado de que la energía sería gratuita hasta diciembre, producto de una ley aprobada por la Legislatura, que el Ejecutivo vetó.
Otro aspecto que confunde es la equiparación incorrecta entre los dos bimestres y los cuatro meses (que ya transcurrieron desde el inicio del desastre).
A esta altura está claro que lo mejor hubiera sido determinar entre qué fechas la energía sería condonada, en lugar de adaptar la decisión al sistema de facturación de la empresa.