La melodía ya no estaba envuelta en furia sino en una esperada mezcla de alegría y esperanza renovada. El grito de la gente, que bajó con entusiasmo pero cautela al inicio del encuentro, se levantó como firme estandarte al final, cuando el regalo desde el terreno de juego estaba cerrado, con moño rojo de raso incluido. El cántico, que en otros tiempos fue sinónimo de rugido de guerra, ahora se alzó como bandera de la ilusión, puesta más que nunca en los pies de esos jóvenes que muestran el entusiasmo de los que tienen sueños de gloria y la osadía de aquellos que no temen salir a hacerlos realidad.
"Vamos los pibes" retumbaba ayer en el 15 de Abril. Y los chicos, con sonrisas en sus botines, comprobaron que el público, como pasa la mayoría de las veces en el fútbol, no se equivocó en su reiterada demanda.
El brasileño demostró potencia, velocidad e inteligencia para ubicarse en la cancha. El goleador del partido, distendido y bromeando, se refirió a su actuación:
Û "En la semana había dicho que si me daban la camiseta titular después les iba costar sacármela. Creo que cumplí con lo mío. Sin embargo, quiero seguir mejorando en cada práctica y partido, porque me falta un poco. Quiero demostrar más cosas, al igual que todos mis compañeros, y para eso hay que seguir trabajando".
Û "Hoy (por ayer) era un partido para ganar o ganar, porque la gente ya no podía esperar más. Pedían mucho a los pibes y nosotros demostramos que teníamos muchas ganas y que se puede salir adelante. Es lindo porque la gente se fue con mucha ilusión de la cancha".
Û "Con Alexis (Weisheim) teníamos que movernos mucho por todo el ataque, para confundir a los defensores y buscar espacios. Así llegamos a los goles. Después pedí salir por un calambre debido al cansancio por el calor y la humedad, pero estoy muy bien en lo físico".
Û "En el primer gol Peirotti me la tiró larga, la corrí y definí abajo con fuerza. En el segundo, le quise pegar al segundo palo y no por arriba del arquero, como finalmente salió. En ésa le pegué mal a la pelota en serio (risas)".
Hacía rato que Unión no ponía en la cancha a un juvenil que se calce la número diez (quizás la camiseta más pesada) y demuestre un juego con tantas variantes: decisión, gambeta, pases gol y una rabona cerraron su impecable labor. El chico de Esperanza luego dijo lo siguiente:
Û "Estoy muy feliz por este momento, y quiero agradecer a mi familia y mis compañeros, que me bancaron siempre en los momentos difíciles. Luché y esperé mucho para esto, y ahora que finalmente se me dio tengo que dar todo y jugar cada pelota como si fuese la última para aprovechar la oportunidad. Hoy (por ayer) hice eso y por suerte salió todo bien".
Û "Siempre confié en mis condiciones. El técnico me dio la confianza para crear el juego en el equipo y creo que no lo defraudé. Pero todo el plantel respondió, porque todos los compañeros nos ayudamos, tanto los dieciséis que quedan en la planilla como los que están transitoriamente afuera. Somos un grupo unido".
Û "A mí me gusta jugar al fútbol de esta manera, con gambeta, toque y si se puede algún lujo, como la rabona que tiré. No sé si se enojó algún jugador de Huracán, pero siempre hice estas cosas en la cancha y no pienso dejar de intentarlas cuando pueda".
El tanque entrerriano también jugó un destacado partido. Metió un lindo gol de cabeza y luego tuvo dos claros mano a mano en los que no pudo definir bien. Su voz, una de las más experimentadas en el equipo de ayer, manifestó esto:
Û "Éste es un triunfo muy importante, tanto para nosotros como para la gente, que se tiene que quedar tranquila porque Unión demostró que está vivo. Acá hay que pensar solamente en ascender, porque en este club no sirve salir cuarto o quinto, ya que su historia exige que esté en primera. No hay excusas. No hay pibes en este equipo sino jugadores de 20 años que quieren triunfar. Lo único que importa es ascender".
Acostumbrado a tratar con los juveniles, el entrenador rojiblanco no dudó e hizo caso al sostenido pedido de la gente: cambió medio equipo y puso a los pibes. Después habló con la prensa.
Û "El triunfo fue muy lindo, la gente se fue contenta y se jugó bien. Estoy conforme con el juego pero siempre hay cosas que quedan por mejorar, y en eso me tengo que enfocar yo. El equipo cumplió de acuerdo a lo que pretendía y planeé en un ochenta por ciento. Pudimos ganar por más goles pero igual estoy muy conforme".
Û "Ésta no fue una patriada mía sino simplemente una decisión que tomé de acuerdo a lo que creí mejor. Ése es mi trabajo. Lo que quiero dejar en claro es que antes no éramos un desastre y ahora tampoco somos unos fenómenos. Hay que seguir trabajando".
Û "Le quiero agradecer en forma especial a los jugadores más grandes del plantel que no jugaron hoy (por ayer). Su aporte es muy importante adentro del grupo, ya que acá no hay ningún pibe sino jugadores sin experiencia, y por eso los grandes son imprescindibles para darle el ejemplo y ayudarlos a crecer. Eso es vital en cualquier equipo".
Marcelo [email protected]