Un millón doscientos treinta y siete mil argentinos mayores de 65 años no cobran una jubilación, y dentro de siete años, cuatro de diez no tendrán cobertura previsional, como consecuencia de la desocupación y el imparable crecimiento del trabajo en negro, según las conclusiones a las que llegó un estudio de la consultora Equis y que fue difundido por el matutino La Nación.
De acuerdo con las proyecciones del informe y más allá de los cambios en el sistema previsional que vaya a introducir el gobierno nacional, en el año 2010 habrá 1.600.000 mayores de 65 años que no cobrarán ninguna jubilación, si sigue creciendo el trabajo informal y por más que haya leves caídas en los índices de pobreza y desempleo.
El informe de la consultora que conduce Artemio López revela que en 1991 la falta de cobertura previsional afectaba al 24,7 % de las personas en edad jubilatoria, lo que indica que en 10 años las personas excluidas del sistema crecieron en casi un 40 %
La mayor cantidad de argentinos desprotegidos viven en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires y en la ciudad de Buenos Aires por ser las más habitadas; pero las provincias con mayores índices de personas sin ingresos jubilatorios -en proporción a su población- son Formosa (55,9 %), Misiones (54,6 %), Chaco (51 %) y Corrientes (50,9 %). Los menores índices están en la ciudad de Buenos Aires (25,4 %) y en La Rioja (27,3 %).
El estudio indica que entre 1990 y 2003, el trabajo informal, una de las principales causas del deterioro del sistema previsional, pasó del 25,3 al 45,1%, en tanto que el desempleo pasó del 6 al 21,4% (si no se considera como ocupados a quienes reciben planes sociales) y el subempleo subió del 8,1 al 18,8 %.
El informe de Equis analiza la relación entre pobreza y falta de acceso a un haber previsional: los datos de la encuesta de hogares del Indec de mayo pasado indica que en la franja que agrupa al 40 % más pobre de los trabajadores, más del 70 % no realiza aportes jubilatorios, en tanto que en el grupo que reúne al 20 % de mejores ingresos, el índice cae al 20,4 %.
La encuesta permanente de hogares revela, además, que el 28,3 % de los mayores es pobre, mientras que en diciembre de 2001, antes de la devaluación, el índice era del 15,6 %.