Tal como confiesa Philippe Greffet, en una visita nostálgica que realiza en 1992 a nuestro país, y durante una recorrida por Cruz Chica de El Paraíso, que había albergado a Manuel Mujica Láinez en sus últimos años, nació en él el propósito de comenzar a escribir una serie de notas. "Después de consultar a mi entrañable amigo Néstor Lammertyn y luego de una charla muy amena con don Enzo Vittori, que en aquel entonces era todavía director de El Litoral, tomé la decisión de redactar unas notas que el diario se comprometía a publicar para evitar que se escribiese la palabra Fin en la última página de aquella novela sentimental entre Santa Fe y Francia, cuyas primeras líneas se escribieron hace más o menos un siglo".

Para Greffet esas primeras líneas habían comenzado a escribirse en 1949, cuando llegó la Argentina. En Santa Fe lo recibieron ("con cariño y generosidad", escribirá él mismo) los "viejos franceses del ferrocarril y los argentinos amigos de Francia". Una larga carrera, en la que se cuenta su brillante paso como director de la Alianza francesa santafesina, coronaría su estadía argentina; posteriormente llegaría a tener el más alto cargo en las Alianzas Francesas a nivel mundial.

De regreso a su Lyon, pues, Greffet comenzó a enviar regularmente colaboraciones, que eran publicadas en las páginas editoriales y de opinión de El Litoral. Ahora se han compilado y publicado unas cien de esas notas, escogidas de las doscientas redactadas por Greffet entre 1992 y 2002.

La tapa de la publicación, de Jean Ducroquet, subraya la importancia del intercambio entre los pueblos, en este caso entre Santa Fe y Lyon, simbolizados a través del Puente Colgante y de la Basílica de Nuestra Señora de Fourviere.

El centenar de notas publicadas están enmarcadas en secciones que las agrupan, como "Francia de hoy y de siempre"; "Francia, hija mayor de la Iglesia"; "Historia: porvenir de la política"; "La cultura es lo que queda cuando uno lo olvidó todo"; "Ser de pocas palabras pero siempre tener la última" y "Éxitos, hazañas, fracasos". Los artículos se reproducen en la tipografía y con las ilustraciones con que originalmente aparecieron en nuestro diario.

Los temas elegidos para estas notas y su estilo siempre ameno y reflexivo demuestran la curiosidad amplia y vital de su autor, que espacia de sus recuerdos de vida argentina a los avances, problemas y conflictos de Francia y del mundo contemporáneo. Como escribe Gustavo Vittori, en la carta en que saluda el anuncio de esta publicación: "Su vínculo con Santa Fe, sus recuerdos afectuosos, su interés por nuestras cosas, su amistad, su ojo periodístico para detectar temas y sus escritos de buena pluma siempre han sido reconocidos y valorados por quienes integramos El Litoral. De modos que no podemos menos que felicitarle por su decisión y enorgullecernos de que nuestro nombre quede asociado al suyo en un libro evocativo".

Greffet, por su parte, en una nostálgica evocación de su pasado santafesino y de un pasado que soñaba construir un mundo tan distinto al actual, escribe: "Hace 50 años Santa Fe, 50 años. ¿Qué hicieron de ti, puente Colgante? ¿Qué hicieron de ti Alianza de mis años verdes? ¿Qué ha ocurrido con el diálogo de las culturas y el derecho a la diferencia que enriquece al otro? ¿Qué ocurrió con aquel fogón cuyas llamas atizaron cien años de amistad?

"Como lo canta Charles Aznavour, `soy de una época que los jóvenes no pueden conocer'. Hace 50 años Santa Fe, 50 años, `era el tiempo feliz cuando a los hombres de buena voluntad, después de una larga guerra horrorosa, sólo les preocupaban la gauchada y el abrazo'. Los que han compartido mi `aquel entonces' han de entenderme bien".

"Nos queda un tesoro eterno, que no se puede borrar: basta cerrar los ojos y volver a las verdes praderas de nuestra juventud, cuando el olor a nafta de la lanchita de Paraná nos mareaba el corazón, cuando el `tire dié' de las chinitas del Salado nos llenaba los ojos de lágrimas, o cuando en el Paraná, como un grito de hombre, se iba río abajo un camalote con yuyos, con bichos y con flores".