Nosotros: NOS-02
Nosotros
Libros que viajan, libros que esperan
En el marco de un gran proyecto encarado fundamentalmente en 2003, la Biblioteca Pedagógica no sólo organizó actividades para quienes la visitan sino que desandó caminos con valijas y mochilas llenas de literatura para compartir.


Apenas donde San Martín deja de ser peatonal está la biblioteca Sarmiento, la Pedagógica y Popular. Un espacio siempre abierto, siempre útil a los santafesinos que necesitan consultar material bibliográfico, una hemeroteca o sentarse a leer un rato.

Y en estos tiempos de televisión y estímulo audiovisual, la biblioteca también se hizo propaganda de sí misma y de la lectura. En 2003, en medio de la catástrofe que azotó la ciudad y los cambios geográficos, sociales y en la escala de prioridades que ésta trajo junto con las aguas del Salado, la Pedagógica no cesó de prestarse en servicio a la gente de la región.

Como parte de las tareas de promoción de la lectura, las bibliotecarias, profesoras de Letras, estudiantes y hasta narradoras orales, llevaron a cabo un trabajo incesante durante el año que pasó. La biblioteca dejó de ser la casa de consulta de calle San Martín, para ser una montaña enorme de literatura que fue a Mahoma, a las escuelas y los niños.

No obstante, el trabajo en la sede nunca se descuidó y tal como comentaron a Nosotros Dora Alassio y Ana María Horisberger, dos integrantes de la Sección Infantil de la biblioteca, en el marco del proyecto "Aquí los libros... conozco y disfruto una biblioteca", el establecimiento se atendió a 25 grupos escolares que sumaron más de 600 alumnos y 60 docentes con tareas adecuadas a las edades e intereses de los chicos.

Fue una propuesta de acercamiento a la biblioteca, los libros y la lectura, iniciándolos en el conocimiento de los distintos materiales y su organización e incitando nociones de valoración y cuidado de los libros, despertando la curiosidad y gusto por el placer de leer algo nuevo, mediante narraciones orales y lecturas compartidas.

"Hay que tener en cuenta -dijo Ana María- que muchas escuelas ni siquiera tienen biblioteca, y que cuando los chicos se acercan a un libro es para estudiarlo o para analizar tal o cual cuento. Nosotros les ofrecimos para que conozcan el placer de leer y de leer por leer, por el solo placer de hacerlo".

Contar cuentos


Pero como la literatura se puede saborear de distintas formas y no hace falta saber leer para acercarse a ella y comenzar a amarla, Joselina Martínez tuvo a su cargo los talleres de narración oral tanto para adultos como para niños.

El objetivo de estos talleres fue formar narradores orales que difundan el placer de los textos a nivel educativo y comunitario. Desde abril, también esta posibilidad fue para chicos de 8 a 12 años, con los que se partió de los intereses y posibilidades del grupo. Allí, los niños se acercaron a temáticas y autores en un clima de lectura y de oralidad, por sobre la producción escrita.

La valija viajera


"La valija viajera" es un proyecto de promoción de la lectura que está en marcha desde 2001 y por el cual ya se visitaron numerosas escuelas de esta ciudad y del interior. Así, con una enorme valija llena de libros Dora Alassio, Stella Ayllón, Ana María Horisberger y Joselina Martínez viajaron llevando parte del cúmulo literario que existe puertas adentro.

Entre los meses de abril y noviembre fueron recibidas por tres escuelas de Coronda y otra de Desvío Arijón.

"En todos los casos se renovó la satisfactoria experiencia, estimulándose en los chicos el gusto por la lectura, se revalorizó el libro, se promovieron hábitos de responsabilidad en el uso y cuidados del mismo y se desarrolló en los chicos la imaginación creativa, sentido crítico y valores positivos, alcanzando goce espiritual y cambios actitudinales".

Pero la función social de la bliblioteca no se agotó allí. Sensibilizadas por el flagelo que provocó la inundación en un tercio de la comunidad santafesina, las docentes y bibliotecarias pergeñaron un ataque a la tristeza de los chicos y los adultos visitando algunos de los centros de evacuados con libros, narraciones y material periodístico solicitado por los habitantes de estos centros.

El Club Náutico Sur fue uno de los lugares que más visitas recibió de este gupo que también llevó un programa de actividades de expresión para los más chicos.

Recordó Alassio, que muchas de estas personas que estaban evacuadas tenían el hábito de la lectura "pero en ese momento no podían contar con ese placer y nos manifestaron que se sentían felices de poder hacerlo en esas circunstancias. El resto, los que no estaban habituados a la lectura, se interesaron e, incluso, copiaron algunos fragmentos literarios".

Placer para todos


La escuela Manzitti que se especializa en la educación de niños ciegos o con pronunciada minusvalía visual, fue una de las más perjudicadas por la creciente. La comunidad educativa debió trasladarse al centro de la ciudad y los alumnos, en muchos casos provenientes de localidades del interior, se vieron obligados a adaptarse al nuevo edificio compartido.

En medio de todos estos cambios, entre la Asociación Amigos del Ciego y la gente de la biblioteca, sintieron la necesidad de dar la posibilidad a los alumnos de la EGB de acercarse a la literatura por medio de la palabra y la capacidad lúdica.

Era un encuentro semanal de una hora, durante el cual se leían o narraban cuentos, poemas, juegos verbales y leyendas centrados en el ritmo y musicalidad de las palabras. Ana María Horisberger fue junto a Marcela Rincón una de estas hadas de las palabras que ahora define como "fantástica" la experiencia. "Fue algo increíble. Ver a estos chicos tocar los libros, a nosotras, con tanta energía... fue algo que no tiene precio", dice.

Lo que tampoco tiene precio es la voluntad de este grupo que, muchas veces, extrae dinero de sus bolsillos para no abandonar el camino que se trazaron y compartir con los demás el placer de leer, acercar los libros a quienes no tienen la posibilidad o, simplemente, contar un cuento que busca siempre su final feliz.

De acá para allá


Unicef Argentina, en cooperación con el gobierno de la provincia y organizaciones no gubernamentales, convocaron a miembros de diferentes instituciones para llevar a cabo una propuesta de lectura compartida, con motivo de la inundación que atravesó la ciudad.

Desde el 27 de junio se visitaron semanalmente hogares de día y escuelas afectadas por la emergencia hídrica que funcionan en ámbitos que no les son propios, las escuelas de Cristo Obrero, Santa Lucía y Fundación Creciendo. El objetivo es compartir espacios de lectura placentera con los niños, brindándoles así la contención y el apoyo, que ayuden a superar las dificultades y secuelas psicológicas producidas por la emergencia. De esta manera se contribuye a reconstruir el tejido social y las actividades comunitarias por medio del placer y la alegría de la lectura compartida.

A partir de la consigna "dar de leer" -equiparada a "dar de comer"- una vez por semana y durante una hora se visitaron las escuelas y hogares ya aludidos, provistos de mochilas (cedidas por Unicef) con material bibliográfico adecuado (cuentos y poemas) para leer o narrar.

Reunidos en pequeños grupos, cada uno a cargo de una responsable del proyecto, se propicia el acercamiento y exploración de los chicos con el material de las mochilas. Posteriormente escuchan poemas o cuentos, leen ellos mismos o realizan actividades de recreación.

Para esta tarea se contó con la colaboración de un grupo de voluntarias que gustosamente nos acompañaron e hicieron suya la consigna. Son las alumnas de la carrera de bibliotecología del Instituto Superior Nº 12, Anabel Tomatis y Andrea Alegre; una socia de la biblioteca, Carmencita Ramírez, y una bibliotecaria jubilada, miembro de la Sociedad Protectora, Nelly Villaverde.

El proyecto contó con la colaboración de la narradora oral Joselina Martínez junto a dos de sus alumnos del taller de niños, quienes leyeron y narraron ante el público infantil. También participaron Stella Ayllón, Marcela Rincón y Ana María Horiberger.

Araceli B. Retamoso. Fotos: Luis Cetraro y gentileza Biblioteca Pedagógica.