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Adriana Varela: tango, que me hiciste bien
Eternizada en una canción de Cacho Castaña como "La gata Varela", esta sólida intérprete de la música ciudadana se posiciona como una artista indiscutida. Con un caudal expresivo digno de admirar, Adriana acaba de grabar su nuevo disco en vivo en el que recupera obras gardelianas.


Una mujer agradecida y segura, pero a la vez vulnerable. Así es la Adriana Varela que dice haber cumplido sus sueños gracias a su compañero inseparable: el tango. "Le adjudico al tango la responsabilidad de haber cumplido todos mis sueños en el momento justo, ya de grande, para poder hacerlos más llevaderos", dice la intérprete que en la última etapa del año 2003 protagonizó una serie de cuatro recitales en el Teatro Ateneo de Capital Federal, durante los cuales grabó en vivo su próximo disco.

Entre los sueños cumplidos, la intérprete que se convirtió en una suerte de eslabón hallado entre Goyeneche y el caudal expresivo, eligió "haber podido conocer a Serrat desde mi lugar de artista, a muchos años de haber sido una púber que tuvo sueños eróticos con él".

También en el ítem de las ilusiones concretadas relató sus encuentros con Caetano Veloso ("en una cena le canté `Mano a mano' ", evocó), con Gilberto Gil, con Pablo Milanés y con Joaquín Sabina, cantautor español al que definió como "un par" y del que interpreta en su más reciente espectáculo, "Con la frente marchita", "Canción para Magdalena" y "Contigo".

De esa suma de movilizantes cruces eligió, sin embargo, el que tuvo con el cubano Silvio Rodríguez. "Me lo presentaron después de un recital suyo en Buenos Aires, y como me invitó a una cena en Lomas de Zamora terminé compartiendo un remis con él y pasando por la puerta de la casa donde viví en Avellaneda, que está intacta y donde yo me devoraba todos sus casetes piratas, que circulaban clandestinamente en la época de los milicos".

Aunque para balancear tan buena estrella la cantante confió que "me faltan otras cosas más personales, y siento la insatisfacción y la histeria de tantas mujeres".

Luego se permitió retomar lo profesional y fantasear con que en su andar por la canción, "me gustaría hacer algún día un disco en vivo para reunir las canciones de todos los artistas que me marcaron y que no vienen del tango".

De sesgo gardeliano


A la hora de hablar de lo que será su próximo disco y su primer DVD, Adriana adelantó: "planteé formatos diferentes: uno para mi repertorio tradicional, otro con 4 guitarras para abordar tangos camperos de Gardel y uno eléctrico, donde suenan Joaquín Sabina y Jaime Roos".

Destacó especialmente el set de cinco antiguas obras gardelianas "por lo tiernas, por lo amables que son en todo el sentido de la palabra y porque, para mí, son las más difíciles porque no las hice nunca en la vida".

Adriana Varela arriesgó que detrás de piezas como las de carácter campero creadas por Gardel, "se esconde una síntesis que creo estar encontrando para mí a partir de lo que late en el tango al irse cada vez más atrás en el tiempo".

En otra mirada que liga los temas que abordará con el repertorio que recorrió antes de hallar la veta tanguera que la proyectó profesionalmente por todo el mundo, la artista aseguró que "como cantante soy la misma y me siguen interesando las mismas cosas aunque cambie la anécdota, el repertorio. Haga rock, canción social o tango, lo que me mueve a cantar es el pensamiento, la frescura, la no pretensión", aseveró Varela.

La vocalista que hoy día es una suerte de referencia en el tango, redondeó la idea de su personalidad por sobre los géneros apuntando: "yo conocí y admiré a Spinetta, Lennon, Hendrix, Led Zeppelin y Silvio Rodríguez antes que al Polaco Goyeneche".

Aún cargando con esa diversa mochila de gustos e influencias, Varela subrayó su elección por el tango, porque "allí están esas letras que hablan desde el paisaje, desde el entorno, desde la reivindicación de los objetos pobres que rodean al tanguero y que son una toma de conciencia que no niegan ni la esencia ni el origen".

En el cénit de una carrera profesional que le debe al género desde hace una docena de años (debutó en 1991 con la placa "Tangos"), apuntó que "es una música que denuncia el caretaje porque se eleva por sobre la pobreza y desnuda un montón de cuestiones muy profundas".

Conciente del peso del género ciudadano en su propia historia en la música que la llevó a brillar en buena parte del mundo, agregó que "el tango abre unas puertas insospechadas porque es la identidad, es la música de nuestra aldea y por eso logra que una sea internacional".

Quiénes somos


En otro enfoque sobre el valor cultural y testimonial del repertorio que encarna y que le permitió cantar con suceso en toda Latinoamérica, Francia, España, Italia, Portugal, Estados Unidos y Gran Bretaña, Adriana Varela consideró: "puedo salir a expresarme con autoridad porque la primera sensación de derecho la obtengo acá, ante mi gente, en mi lugar".

"Si supero el miedo de salir a los escenarios de La Plata, Rosario, Buenos Aires y Montevideo, que son los sitios donde tengo el público que más me quiere, luego puedo presentarme sin ningún tipo de problema en cualquier otra ciudad del planeta, porque siento que antes me lo gané en donde debía hacerlo".

Esas referencias a la importancia de lo local la empujaron a mirar más abarcativamente y a arriesgar que "actualmente hay un aire, un frescor que nos está permitiendo hablar sobre nosotros, sobre quiénes somos los argentinos".

Capaz de evaluar el rol de artista en esa incertidumbre en torno a identidades y destinos, la dama homenajeada por Cacho Castaña en "La gata Varela" señaló que "en este sistema capitalista fracturado que vivimos en la Argentina, cada artista hace lo que puede pero es necesario que tengamos un compromiso desde la obra y podamos sostenerlo a través del tiempo".

"Yo soy una artista inconsciente pero nunca irresponsable -reconoció Adriana-, y aunque pueda sorprenderme por cierta línea coherente que lleva mi trayectoria, creo que toda mi vida ha estado signada por la misma búsqueda y, por eso, nada es casual ni fortuito en ella".

"No soy hija del mundo"


Con siete placas grabadas, una legión de fanáticos en la Argentina y una variada y nutrida cadena de reconocimientos internacionales, Adriana Varela goza de un reconocimiento planetario que no llega a marearla.

Por eso, la artista reconoció que tuvo "un montón de ofertas para radicarme afuera en condiciones muy ventajosas, pero dije que no a desarraigarme porque no soy hija del mundo y elijo no perder mis afectos, mis cosas".

"Si no me fui en el tiempo de los shoppings como símbolo de una época, ahora remarco que hay que quedarse, hay que sostener", subrayó, negándose a atribuirle las responsabilidades del período menemista únicamente al ex presidente Menem ("que está desdibujado", opinó sobre uno de sus fans más notorios).

Para evidenciar su toma de posición, la cantante se preguntó "si se puede no ser solidario ante esta situación, si alguien puede no pensar en lo imperioso de hacer justicia social".

En otra referencia a su pensar y a su sentir, relató que este año canceló actuaciones en los Estados Unidos tras la invasión de ese país a Irak porque "no me lo banqué. Estaba muy enojada y aún lo estoy como para ir a contarle a los yanquis cómo es nuestra cultura".

Preservar a la cantante


Desde diciembre, Adriana Varela se sumó a la puesta de "Bajo Fondo Tango Club", que se está desarrollando en el Teatro Ópera. Se trata de un proyecto de Gustavo Santaolalla, para el que la intérprete cantó "Perfume", de Jorge Drexler.

Mientras espera iniciar en marzo próximo otra gira internacional por Colombia, Perú y España, atribuye su presente al hecho de "haber preservado a la cantante. Para ser quien soy dentro del tango tuve que decirle que no a muchas cosas que me habrían distraído, algo que no me gusta hacer", confesó.

Al repasar las ofertas recibidas, detalló: "Me propusieron hacer teatro, cine y televisión porque algunos productores apuestan a reunir en sus proyectos figuras convocantes, pero a mí nunca me interesó traicionar lo musical".

Pese a que se la vio cantar en los filmes "Flop" (de Eduardo Mignogna), "Al corazón" (de Mario Sábato) y "Tango" (de Carlos Saura), Adriana explicó que "lo hice porque en todos los casos me pidieron que cantara, que es lo mío. Pero después no me interesa hacer nada que me ponga incómoda. Yo no sirvo para plantearme una vida de levantarme a las 6 de la mañana, hacer tele, ensayar y después cantar. Yo necesito guardarme para poder vivir a pleno la impronta de la actuación en vivo, el placer de hacer un nuevo disco".

Sergio ArboleyaFotos: Agencias DyN-Télam