Opinión: OPIN-03 Intentan traducir la Biblia a más lenguas


La Biblia, el libro más publicado y leído en la historia de la humanidad, ha sido traducida sólo a 400 de las 6.800 lenguas existentes en el mundo, por lo que en Jerusalén se ha desarrollado una escuela para interpretarla a dialectos africanos, alguno de los cuales tradujo "uva" como "pomelo".

"La uva no existía en un país africano, en el que se tradujo la Biblia del inglés, y se pensó que había un error de traducción, por lo que se interpretó la palabra uva por pomelo, lo que cambia radicalmente uno de los pasajes del libro de Josué", asevera Yohanan Ronen, un noruego-estadounidense que, junto a su mujer Miriam, han sido los promotores de la iniciativa.

Se refería al Libro de los Números, en el que Josué narra el envío de mensajeros israelitas a la Tierra Prometida y, a su regreso del valle de Eskol, próximo a Hebrón, aparecieron con un racimo de uvas enormes, lo cual fue traducido en el país africano como racimo de pomelos.

En el proyecto de traducción de las Sagradas Escrituras al mayor número de lenguas y dialectos posibles, colaboran la Universidad Hebrea de Jerusalén y el Ministerio israelí de Asuntos Exteriores.

Un instituto fundado por los Ronen en 1996 invita a representantes de tribus y grupos étnicos, en su mayoría de África, a pasar un año en Jerusalén, durante el que podrán traducir con su ayuda la Biblia a su lengua materna.

El Ministerio de Exteriores colabora con la financiación de la estancia de algunos de los traductores en Jerusalén.

Yohanan Ronen y su esposa concibieron su proyecto como una escuela en la que pudieran vivir traductores de la Biblia de todo el mundo.

Como parte de la preparación para comenzar con su trabajo de traducción en Jerusalén, se les exige a los futuros traductores (entre seis a trece por año) que reciban un curso de hebreo bíblico en su país de origen, explica Yohanan.

También considera que, en estos momentos, existe una "necesidad urgente" de traducir la Biblia a varias lenguas, traducción que debe realizarse directamente del hebreo.

"Como cristiano creo que una persona que ha leído el Nuevo Testamento sin haber leído el Viejo Testamento es como una flor en el agua sin raíces", explica.

Para Arieh Sher, representante del departamento de Educación del Ministerio de Exteriores de Israel, el proyecto de traducción de la Biblia ha supuesto una oportunidad sin precedentes de estrechar los lazos con varias naciones africanas.

"Cuando escuchamos que los africanos venían a Israel, decidimos apoyar el proyecto y convertirlos en embajadores de buena voluntad", agregó.

Al concluir el año de estudios en Jerusalén, los estudiantes regresan a sus casas y enseñan la Biblia utilizando una copia del Libro en su propio idioma.

Entre las lenguas a las que ha sido traducida la Biblia está el ati, hablado por unos 318.000 personas en Costa de Marfil, gracias a la labor de un estudiante que tomó parte en el programa del Instituto Ronen en 1996.

Otros dos compatriotas de ese país africano la tradujeron al nyaboa, hablado por 43.000 personas, y al baoul, lenguaje de 2,1 millones en el país.

En 1999, también fue interpretada al obolo, hablado por 100.000 personas en Nigeria, y en 2000, al soninke, hablado en Mali, en África Occidental Mali.

Las Sagradas Escrituras fueron traducidas también al sabaot, hablado por 143.000 kenianos, después de que otro estudiante participara en el proyecto en 2000; y en 2003, al lama, hablado por 173.000 personas en Togo.

Todas las traducciones fueron directamente efectuadas del hebreo. Desde que se inició el proyecto en 1996, la Biblia ha sido traducida a 40 lenguas y dialectos. (EFE).