Culminó la descontaminación del suelo y ahora se prosigue con la remediación del agua.
Desde hace dos años, en un sector del Puerto de Santa Fe la empresa petrolera Repsol-YPF viene llevando adelante trabajos de remediación de suelo y agua subterránea donde estaba ubicada la vieja terminal de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
Según arrojó un informe del Ente Portuario, ese sector había quedado contaminado con hidrocarburos luego de que Repsol -adquirente de YPF- decidiera levantar la planta del Puerto que incluía un área de tanques de almacenamiento de combustibles.
En abril de este año finalizó el saneamiento del suelo. Se colocó la tierra contaminada sobre una membrana de polietileno donde comenzó a ser tratada con un accionar conjunto de oxidación por aire y ataque con bacterias específicas para hidrocarburos. Se movieron un total de 23.000 m3 de suelo contaminado y se lo reemplazó por arena del río. Una vez remediada esa tierra (hasta llegar a grado cero de contaminación) se la redistribuyó en sectores bajos del Puerto.
El Ing. Adrián Mariani, responsable de Higiene, Seguridad y Medio Ambiente de esta obra que lleva a cabo la empresa Repsol-YPF, señaló que se elevó el informe final a la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia para su aprobación.
Agregó que en todo momento, las tareas fueron auditadas por esa repartición que tomaba sus propias muestras, mientras que el Ente Portuario encargó sus propios informes al Vintec/Ceride. Por su parte, "como empresa encargamos los análisis de muestras al Incape (Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica de la Facultad de Ingeniería Química)", especializado en la materia.
EL AGUA
Ahora, los trabajos están orientados a remediar el agua de las napas en ese sector específico, tarea que insumirá un plazo aproximado de un año y medio.
Aquí el tratamiento es más complejo. El Ing. Mariani explicó que primero se efectuaron 5 perforaciones para extraer el agua de las napas a través de un equipo. El líquido se conduce hasta un tanque intermedio de vacío donde se separa una primera parte de volátiles (hidrocarburos) que se ventean, previo paso por un equipo desodorizador.
Una bomba lleva el agua a un equipo separador de fases, por medio del cual se retira y procesa todo el agua subterránea para quitarle el hidrocarburo. Ese proceso se realiza en un plazo de por lo menos 72 horas. Después, el líquido se manda a una pileta de decantación (API) y luego se lo echa al río, libre de todo contaminante.
"Hemos sembrado camalotes en esa pileta y están en perfecto estado, lo que da la pauta de que el agua ya no tiene hidrocarburos, porque de lo contrario se hubieran quemado", señaló Mariani.
El volumen de agua promedio tratado es de 2 m3 por día. El proceso se cortará "cuando tengamos información de que no sale más agua contaminada", dijo el ingeniero. Cada 40 ó 50 días se realizan monitoreos para controlar que el proceso se cumpla en forma, y en unos 15 días se presentarán los primeros informes técnicos a Medio Ambiente.