Todo entra por los ojos... ¿Qué ves cuando me ves?
La comunicación visual es la más potente herramienta de marketing. Por eso, cada paso que damos por las calles de la ciudad, nos enfrentamos a carteles con imágenes y palabras, que persiguen un sólo objetivo: seducirnos.

Comunicación visual es todo lo que ven nuestros ojos. Una nube, una flor, un dibujo técnico, un zapato, un cartel, un telegrama. Estas imágenes tienen un valor distinto según el contexto donde estén insertas, puesto que allí están dando informaciones distintas.

La comunicación visual se produce por medio de mensajes que forman parte de la gran familia que nuclea a todos los mensajes que actúan sobre nuestros sentidos: sonoros, térmicos, dinámicos, etc. Y el visual es un medio imprescindible para pasar información de un emisor a un receptor, pero la condición esencial para su funcionamiento es la exactitud de las informaciones.

Todos recibimos continuamente comunicaciones visuales, de las que extraemos conocimientos y consideraciones, sin utilizar palabras. No sólo las imágenes que provienen de las artes visuales proveen este tipo de información, sino también el comportamiento de una persona, su manera de vestir, el orden o el desorden de un ambiente, etc. Y estos tipos de comunicación visual son los que utilizan con frecuencia en la ambientación de lugares que han de dar una imagen de prestigio, de calidad, de trabajo, de confort, de informalidad, etc.

Más que mil palabras

Cabe preguntarnos entonces, ¿de qué nos sirve la comunicación visual? ¿Cómo podemos hacer de ella nuestra más importante herramienta de marketing?

En los desarrollos comerciales, cualquiera sea su magnitud y origen, es muy importante establecer una estrategia de comunicación para crear imágenes ciertas en nuestro público.

En esto juega un papel fundamental la cultura, entendida como el contexto donde estamos insertos, en el cual operamos y del cual recibimos constantemente estos mensajes.

La tan utilizada frase "una imagen vale más que mil palabras" es la síntesis de este recurso: ¿acaso no distinguimos por un envase si el producto es para hombres o para mujeres? ¿o por una representación o estilo si algo es informal o sofisticado? Del mismo modo que podemos "sacar conclusiones" cuando conocemos a una persona -por cómo está vestida, dónde vive, cómo habla, etc.- lo hacemos con los productos, los negocios, las marcas.

Una vidriera me habla del rubro, estación o tipo de comercio, una carpeta de presentación me habla de la empresa, ¿pero de qué modo podemos hacer hablar a estos productos?

Los recursos son múltiples y variados, y el Diseño Gráfico se ha ocupado de investigar acerca de las reacciones que nos generan diferentes composiciones, colores, texturas, tipografías, etc. Así como una tipografía antigua puede resultar elegante y distinguida, una opción sans serif o cursiva puede resultar más moderna o informal; una paleta de colores rojos o anaranjados resulta cálida, mientras que los azules y celestes fríos.

Generar una necesidad

En la década de los 70, el Diseño Gráfico ya tenía un papel destacado en las estrategias de marketing para identificar los productos junto a los consumidores, a través de la comunicación visual aplicada al diseño de packaging, creación de marcas y logotipos, y asimismo, a la identidad corporativa global.

El Diseño Gráfico se involucró en el proceso de comercialización de los productos y se transformó en un elemento importante para la industria del ocio y de los medios. Los años fueron pasando y los avances técnicos y tecnológicos hicieron de esta disciplina una herramienta indispensable para un buen desarrollo comercial.

La globalización y el alza en los mercados de consumo hicieron que este fenómeno sea universal, traspase fronteras geográficas, idiomáticas y de cultura, transformándose en un lenguaje universal capaz de transmitir información y sensaciones en pos de persuadir y transformar conductas.

Esta última apreciación tiene que ver con las estrategias de las empresas para captar más consumidores o adeptos a sus marcas, y la necesidad de hacer sus objetos deseables. El rol de la Publicidad y el Diseño Gráfico aquí es fundamental, ya que mediante la manipulación -entendida en buenos términos- podemos generar una necesidad en el consumidor que antes no existía.

Podemos decir entonces que la comunicación visual en la mejor herramienta de marketing con la cual podemos contar. No por nada hace ya varios años que las grandes empresas tienen sus departamentos de arte, de marketing, de publicidad, y existen disciplinas como el Diseño Gráfico que tienen la capacidad de guiar, asistir y desarrollar todo este tipo de proyectos.

Ya se trate de una gran empresa o un pequeño comercio, hay estrategias y planes que pueden llevarse a cabo con el fin de que nuestro público no vea lo que quiera, sino lo que nosotros decidamos que vea.