Ayúdame a mirar
Suelen ser un elemento más de atracción dentro de la variada oferta turística que puede ofrecer un lugar. Mirar la ciudad desde arriba es una experiencia diferente, que conviene intentar. Aquí, qué son, cómo son y dónde están los miradores más famosos.

Un mirador es un lugar situado estratégicamente en el centro de una ciudad y ubicado en lo más alto de un edificio o rascacielos. Este edificio puede ser público o privado, pertenecer a una repartición estatal o estar ocupado por viviendas u oficinas; y el acceso al mirador puede o no ser independiente del resto del edificio.

Asimismo, un observatorio-mirador puede estar instalado en la parte superior de una gran estructura en forma de "torre" que se construye con esa única finalidad. Sus ascensores, por lo general, son exteriores.

En muchas ciudades del mundo, por lo general del hemisferio norte, se encuentran observatorios o miradores, lo que les confiere un particular atractivo. Si bien esto puede tener mucho de turístico, no necesariamente todas las ciudades que lo poseen son urbes turísticas. Tal es el caso, por ejemplo, de Toronto y Cálgary en Canadá; Albany y Saint Louis en los Estados Unidos y Johannesburgo en Sudáfrica.

En otros casos, en cambio, son un elemento más de atracción que tiene una ciudad, dentro de la variada oferta turística que posee, como por ejemplo: Munich, Berlín, Frankfurt, Viena, Rotterdam y Estocolmo, entre otras, en el continente europeo; Vancouver y Niagara Falls en Canadá; la ciudad de México; Sydney en Australia; y Washington, Nueva York, Chicago, Los Angeles, San Francisco, San Antonio, Seattle y las Vegas, en los Estados Unidos. Desde luego que también existen en algunos países del continente asiático, como por ejemplo en Japón, Corea del Sur, Malasia y China.

Hay diversos tipos de estos observatorios-miradores. Los más comunes son una especie de "torres" de gran altura, construidas con cemento armado (o bien su estructura es metálica), realizadas casi exclusivamente para dicho fin. Son ejemplos de ello; la torre CN de Toronto, en Canadá, que es la más alta del mundo, con 553 metros; la torre de Sydney, en Australia; la de Johannesburgo, en Sudáfrica; la Torre de Frankfurt; la Torre de la TV, en Berlín; la torre Eiffel en París y la de Viena, en Europa; las de Seattle, Las Vegas, San Antonio, Saint Louis y Washington, en Estados Unidos.

Otros están instalados en lo alto de un edificio o rascacielos prominente de una ciudad. Ejemplos de ello son la Torre Latinoamericana de ciudad de México, y sus similares de Los Ángeles, Filadelfia, Boston, Cincinatti, Minneapolis, Nueva York y Chicago, en Estados Unidos.

"Mirador" que no es

Ahora bien, no hay que confundir a un observatorio-mirador con una confitería o restaurante con vista panorámica en lo alto de un hotel, donde -para observar el panorama- necesariamente uno está "obligado" a consumir, porque eso no es un mirador; hace las veces del mismo, pero no lo es. Es justamente eso, un restaurante o confitería en altura.

Por lo general, en un mirador se abona una entrada de valor variable, dependiendo esto del lugar, de la ciudad o el país de que se trate, que puede oscilar desde los 2 dólares hasta 5, 6 o más.

Uno puede quedarse en el lugar observando el panorama todo el tiempo que uno desee. En casi la mayoría de estos miradores, hay tarifas especiales para "seniors" o personas mayores de 60 años. Los niños menores de 10 años entran gratis.

Ahora, que el mirador tenga o no, en su piso superior o inferior un restaurante o confitería, por lo general con piso giratorio, para quienes deseen almorzar, cenar o simplemente tomar una copa, es algo optativo.

Vivencias desde lo alto

Mirar una ciudad desde arriba es una experiencia diferente, que conviene intentar. Veamos qué es lo que ocurre subiendo al observatorio-mirador del rascacielos "Sears" de la ciudad de Chicago, en Estados Unidos, que con 442 metros y 110 pisos, es el más alto del hemisferio occidental, situado en un edificio.

Si tomamos en cuenta las antenas gemelas que se encuentran sobre el edificio, alcanza una altura total de 520 metros, lo que convierte al "Sears" en el más alto del mundo.

Este enorme edificio tiene todas sus fachadas revestidas de cristal oscuro y desde su elevado mirador -los ascensores tardan un minuto en subir-, se tiene una sorprendente y singular vista de la ciudad y su extensa planicie, por un lado, y del inmenso lago Michigan, por el otro. En días claros, se pueden ver panoramas distantes a 95 kilómetros sobre cuatro Estados.

Pero si la vista es incomparable durante el día, lo es aún más durante la noche. Millones de luces multicolores resplandecen y se pierden a la distancia marcando calles, avenidas, autopistas... y un sinnúmero de luces dibujan el perfil de los rascacielos. Es una de las vistas más espectaculares que se puedan admirar.

El observatorio está abierto al público, todos los días de la semana, de 9.30 a 23.30 y la subida incluye la proyección de un audiovisual de 12 minutos, donde se dan detalles del edificio, como por ejemplo, que su construcción demandó tres años; que en los momentos de más auge, trabajaron 1.600 personas; que en su estructura se utilizaron 76.000 toneladas de acero; que toda la construcción tiene 222.500 toneladas; más de 16.000 ventanas; posee 106 ascensores. La Torre "Sears" no es un edificio de viviendas, sino de oficinas.

Otra vivencia de un mirador es que puede estar instalado en lo alto de una gran "torre". Estas estructuras se construyen para este único fin.

Son muchos los miradores de este tipo que están diseminados por todo el mundo. El ejemplo más emblemático lo da la altísima Torre CN de Toronto, Canadá, que con sus 553 metros, es la estructura más alta del mundo. Posee en sí misma dos miradores situados a diferentes alturas. El principal, que se eleva a 350 metros, es el más importante y también el más visitado. Posee un restaurante giratorio, una cafetería y tiendas de regalos.

Una particularidad de este mirador es que un sector posee su piso de cristal, es decir transparente, y quienes lo visitan por primera vez observan al principio con cierta desconfianza, antes de colocar con cautela sus pies.

El segundo mirador de esta torre, está situado por sobre los 420 metros y es de mucha menor superficie. Los ascensores con que cuenta la Torre CN son cuatro, tres de ellos con vista al exterior.

¿Y en nuestro país?

Casi todas las ciudades y países citados en esta nota como ejemplo de poseer por lo menos un mirador, pertenecen al hemisferio norte. La excepción para el hemisferio sur lo tenemos en dos de los tres continentes de esta parte del mundo, que son: Johannesburgo en Sudáfrica y Sydney en Australia.

En América del Sur y más precisamente en nuestro país, no se tiene conocimiento de que existe o se halla construido algún observatorio-mirador y que esté en funcionamiento para dicho fin.

Sin embargo, en la ciudad de Buenos Aires existe uno y es el lugar más alto de la capital y sus alrededores. Me refiero a la gran torre situada en el ex "Parque de la Ciudad" o "Parque Interama" que se encuentra en la zona suroeste; pero sucede que desde hace ya varios años, esta torre no funciona ni se la utiliza más como mirador. Es inconcebible que una ciudad como Buenos Aires posea una torre mirador y que no se la aproveche como tal.

Sin duda que para Buenos Aires, esto sería un atractivo más y algo diferente, que -bien publicitado- podría ser disfrutado tanto por los porteños como por los turistas que visitan la ciudad.

Propuesta para Santa Fe

En nuestra provincia, en la ciudad de Rosario, existe en funcionamiento y desde hace más de cuatro décadas, el más antiguo y probablemente único mirador de la Argentina, que no es otro que la "torre" del Monumento Nacional a la Bandera.

En nuestra ciudad, ¿no sería posible aprovechar el último piso y aún la terraza de la Municipalidad? Esto posibilitaría -y prácticamente sin costo para el municipio- incorporar un atractivo turístico más para la ciudad, que incluso se solventaría por sí mismo, cobrando una pequeña contribución tal como se hace en otras partes del mundo.

Esta sugerencia la dejo a disposición de las autoridades municipales y del ente respectivo de turismo (Safetur).

Sin duda que para nuestra ciudad sería algo diferente, que bien publicitado podría ser aprovechado, no solamente por los santafesinos sino también por los eventuales visitantes de la ciudad, quienes podrían apreciar desde ese piso elevado, todo el paisaje urbano, sus principales barrios, el río y sus islas y hasta la vecina ciudad de Paraná. Todo desde una perspectiva novedosa y singular.

Mario A. Laguzza

Las seis torres miradores y los tres edificios con su respectivo mirador, han sido visitados por el autor de la nota.