Zunilda Ceresole de Espinaco, presentada como"docente, jubilada, escritora, experta en Educación por el arte, capacitación en Bibliotecología, periodista y mitóloga" ofrece el libro Santa Fe y sus leyendas, publicado por Ediciones Culturales Santafesinas, dependiente de la Secretaría de Cultura de Santa Fe.
Con estos textos, algunos de los cuales fueron editados originalmente en las páginas de nuestro diario, Ceresole de Espinaco investiga, recuenta y ameniza esas historias populares que el tiempo y el anonimato instauraron como un saber común que mucho nos dice de nuestra historia, de nuestra idiosincrasia y de nuestros valores. Como expresa el prólogo, firmado por el Departamento de Literatura, en el que se citan palabras de Neli Garrido de Rodríguez, "el alma de un pueblo tiene múltiples expresiones, pero quizás ninguna tan auténtica como las que reflejan sus leyendas tradicionales. Bocas anónimas recogen desde los más remotos tiempos todo cuando sorprendió, alegró, atemorizó, guió o iluminó a los antepasados, y lo transmiten generación tras generación".
Así, la autora recoge y narra nuestras leyendas más cercanas, dividiéndolas por ejes temáticos, como Flora, Cursos de agua y peces, o Fauna. Una última agrupación general reúne a leyendas varias, como las de La Solapa, La tumba roja, La Virgen de Guadalupe, y otras.
Nuestra tierra, sus antiguos pobladores indígenas, sus flores y sus árboles, sus trabajadores con sus pesares y alegrías, los animales y sus costumbres, toda una cosmogonía cotidiana se da cita en estos cuentos populares, de profundo aunque liviano contenido.
Y el mencionado prólogo del Departamento de Literatura agrega, a propósito de la presencia tan vital en las leyendas de la flora y la fauna, de la naturaleza toda: "Ahora, más que nunca, esa cercanía del hombre con lo que lo rodea, es necesaria. No cuidar el planeta es comprometer peligrosamente el futuro de las generaciones próximas. Y es eso lo que se está haciendo: maltratar a la naturaleza con políticas económicas que no velan por su cuidado. Cuando el hombre desoye su voz, ésta reacciona castigándolo. La humanidad debe volver a convivir en paz con la naturaleza, debe oír sus voces dolientes de protesta, ante todos estos desmanes que él mismo produce. Y en la literatura, las leyendas nos recuerdan, nos hacen revivir y escuchar estas agónicas voces de los animales y las plantas que rodean al hombre. Las leyendas nos remiten a los eternos valores éticos del ser humano, valores a los que éste debe retornar".