Más de 60 muertos en nueva ola de violencia en Irak
El ejército de EE.UU. asegura que su aviación realizó "ataques de precisión".

Bagdad. - Sesenta insurgentes muertos por bombardeos estadounidenses en Ramadi y Faluja, y al menos trece víctimas mortales por un ataque suicida en Bagdad, es el resultado de la nueva ola de violencia que recorrió en las últimas horas Irak.

Según portavoces militares estadounidenses, los ataques sobre Ramadi y Faluja tuvieron anoche como objetivo edificios donde se escondían supuestos terroristas árabes llegados del extranjero, en tanto que el atentado de esta mañana volvió a ensangrentar un nuevo viernes santo islámico en esta capital.

Los bombardeos sobre esas dos ciudades del triángulo suní -escenario de la mayor parte de los ataques de los insurgentes de esa comunidad- parecen formar parte de la campaña desplegada por las fuerzas norteamericanas para desactivar los grupos internacionalistas musulmanes implantados en el país.

Tanto Faluja como Ramadi figuran entre los principales feudos de los insurrectos suníes y podrían albergar al considerado jefe de las operaciones armadas de Al Qaeda en Irak, el terrorista jordano Abu Musaba Al Zarqawi, y a buen número de sus acólitos foráneos.

El ejército de EE.UU. afirmó hoy en un comunicado que su aviación había realizado un "ataque de precisión y destruido un conocido refugio de terroristas del grupo de Abu Musab al Zarqawi", en referencia a los ataques de Ramadi y Faluja.

Y en un esfuerzo por aparentar un control absoluto del gobierno provisional iraquí sobre la escena política, los militares estadounidenses precisaron por primera vez que los bombardeos se realizaron "con la autorización del primer ministro (Iyad) Alaui".

ATAQUE SUICIDA

Horas después, al menos trece personas murieron y más da una veintena resultaron heridas por un ataque suicida registrado a media mañana en pleno centro de Bagdad.

El atentado se produjo por medio de un coche-bomba manejado por un conductor que se inmoló en la explosión, que se produjo a la altura de la plaza Al Rasafi, en las cercanías de un mercado popular muy frecuentado a esa hora por el carácter festivo de la jornada.

Según algunas versiones, el objetivo del atentado era un puesto de control en el que había estacionados cinco vehículos de las fuerzas de seguridad iraquíes.

De acuerdo con otros testimonios, la explosión se produjo al paso de un convoy de la policía local.

Las fuentes oficiales iraquíes informaron de que entre las víctimas figuran tanto policías como civiles, que fueron trasladados en ambulancias a diversos centros hospitalarios de la zona.

Testigos presenciales dijeron que tropas norteamericanas cortaron al tráfico las calles aledañas y efectuaron disparos al aire para dispersar a la multitud que se había congregado en el lugar del atentado.

El ataque tuvo lugar al poco de que violentos combates hubieran enfrentado de nuevo en el centro urbano a tropas norteamericanas y grupos de insurgentes tras la explosión controlada de otro coche-bomba en la calle de Haifa. (EFE)