Angeles y cabaret comparten escenario

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Un drama musical aúna coro y coreografía. Se verá el sábado 25 en el Teatro Municipal. La idea, puesta, producción y dirección general son del maestro Héctor Bohamia. La interpretación estará a cargo del Coro Harmonie, de la Sociedad de Canto de San Carlos, dirigido por Daniel Yost.

Un espectáculo de singulares características se presentará el 25 de setiembre a las 22 en el Teatro Municipal. Se trata de un drama musical que aúna coro y coreografía en una puesta de vanguardia con un hilo argumental y lenguaje musical y corporal.

La interpretación está a cargo del Coro Harmonie, de la Sociedad de Canto de San Carlos (el más antiguo del país, ya que fue fundado en 1876) dirigido por Daniel Yost, con idea, puesta, producción y dirección general del maestro Héctor Bohamia, de larga trayectoria internacional.

Su título -"Der Verflossene"- remite a un pasado que tiene una latente actualidad. Daniel Yost afirma que es "una de las puestas más vanguardistas de nuestro país" y ha venido trabajando junto al coro y al maestro Bohamia largamente, en una labor que se inició con la investigación minuciosa de temas y partituras.

Opuestos que se complementan

El espectáculo está concebido en dos partes de temática aparentemente antagónica: la primera manifiesta mediante música, voces y lenguaje corporal, la mística de la espiritualidad con la figura de los ángeles. La danza y la música se conjugan en los negro spirituals en una manifestación artística de carácter universal.

En la segunda parte el cabaret berlinés golpea al desnudar las facetas más duras de la discriminación y la intolerancia, en un mensaje que adquiere una total vigencia a través de las canciones de Hollaender, Brecht, Kurt Weil, Spoliansky, Mackeben, Gessell, Gilbert, Nono, Schulte.

De aquí a Europa

El espectáculo que se presentará por primera vez en San Carlos Centro y Santa Fe, tiene ya asegurada una intensa temporada por Argentina, Uruguay, Bolivia y Paraguay para 2005 y un tour por España, Francia, Alemania, Italia y Suiza para 2006.

En Santa Fe se presentará en la fecha indicada, con los auspicios del Consulado de Alemania, el Instituto Cultural Argentino Germano y la Municipalidad de San Carlos Centro.

Luces que presagiaban sombras

En las décadas del 20 y del 30 proliferan en Berlín los cabarets, como un espacio donde la sátira política, en su sentido amplio, pretendió alertar acerca de la creciente xenofobia de entonces que desembocó en el nazismo.

Berlín tenía por entonces un gran movimiento lo que llevó a Stefan Zweig a llamarla "La nueva Babel". En la ciudad se unían expresiones culturales y el brillo nocturno, en tanto la decadencia corría como un río subterráneo.

El cabaret fue lugar de crítica, de ironía, de sátira donde los autores, artistas y las mismas piezas musicales eran parte del "arte degenerado" el calificativo con que el nazismo defenestró toda manifestación artística que aspiraba a la libertad.

Las canciones apelaban a la ironía, a la sátira mejor dicho, para hacer ver el autoritarismo creciente, ridiculizando al régimen que se molestaba no sólo por las alusiones directamente políticas sino por todo aquello que se oponía a la libertad, a la emancipación femenina, al pensamiento.

Los autores de textos y compositores de canciones fueron gente de la talla de Tucholsky, Karl Valentin, Hollander, Karl Weil, Brecht. Los cabarets antológicos (Schall und Rauch, Wilde Bühne, Simplicissimus) fueron cerrados uno a uno "por emponzoñarse con la vida política". Los integrantes de "Katakombe" fueron llevados al campo de concentración de Estenwegen. El "Molinillo de Pimienta" (Pffefermühle) fundado en 1933 por Erika y Klaus Mann, que disparaba sus dardos contra el nacionalsocialismo, se instaló en el exterior para evitar males mayores.

La palabra que no muere

Los nazis acallaron esas voces, pero quedaron las canciones, algunas de las cuales integran también el repertorio del espectáculo que presentará el Coro Harmonie en el teatro Municipal el 25 de setiembre.

La mayoría de ellas son bien conocidas por los germanoparlantes, pero no deja de ser interesante recordar algunas como "Fuera los hombres" abogando por la emancipación femenina. O las estrofas: "Mi cama perteneció a la Pompadur / soy una bruja como Juana de Arco / tengo una taza de Bertolt Brecht / he buscado algunos de mis tesoros como la Constitución de Weimar y el primer bigote de Hitler, en la basura ajena" (de "Soy una Vamp").

O la historia de "Lili Marlene", una pegadiza tonada que cantaban los soldados y prohibió el Ministerio de Propaganda nazi por considerarla "sentimental". Pero fue tal la fuerza de esta canción que pasó las líneas aliadas en la voz de Lala Andersen. La artista quiso refugiarse en Suiza, y al enterarse Goebbels ordenó su detención. La BBC de Londres difundió la noticia y esto le salvó la vida a la cantante a la vez que la canción se difundía en todos los frentes de batalla de uno y otro bando. Cuando Marlene Dietrich emigró a EE.UU. la popularizó en América. Se calcula que hay o hubo unas 40 letras diferentes de la misma canción en 27 idiomas.

Finalizada la guerra y durante la ocupación el Gral. Eisenhower quiso conocer a su autor, Norbert Schultze, porque -dijo- era "el único alemán que alegró al mundo entero durante la guerra".

María Alejandrina Argüelles