El "loco de la escopeta" volvió a atacar un colectivo en Rosario

En esta ocasión, las municiones, que en anteriores irrupciones del atacante causaron dos muertes, no alcanzaron a nadie. Foto: Agencia Rosario. 

Disparó con perdigones de acero contra un colectivo con 53 pasajeros. Hubo dos chicas heridas por astillas de vidrio. En abril de 2003 una nena fue asesinada y la policía descuenta que es el mismo tirador.

Rosario (C).- El tirador serial que azota a Rosario con ataques contra el transporte urbano reapareció con la misma violencia y las mismas señas que delatan su inequívoca identidad.

Poco después de las 9.15, descargó una perdigonada de acero con escopeta contra un colectivo en el que viajaban 53 personas por avenida Pellegrini al 1100, dos de las cuales recibieron heridas, aunque provocadas por el estallido de los vidrios.

El "loco de la escopeta" se acercó al centro como nunca y actuó en una zona muy transitada.

No solamente mostró su transparente propósito homicida. Esta vez, el llamado "loco de la escopeta" también exhibió su mayor osadía, al acercarse como nunca al centro y abrir fuego en una zona atiborrada de peatones, dada la alta concentración de comercios y entidades públicas en la zona.

En la cuadra donde se produjo el ataque hay un inmenso supermercado, dos bancos, dos estaciones de servicios, establecimientos educativos y negocios de variados rubros.

A las 9.15, un colectivo de la línea 112 de la empresa Cotal avanzaba por avenida Pellegrini hacia el oeste. Terminaba de cruzar calle Sarmiento cuando hubo una explosión seguida por el estrépito de vidrios rotos, los de la última ventanilla del lado del conductor.

Los heridos

Los fragmentos del cristal lastimaron a dos personas: Georgina Pereyra, de 23 años, sufrió una herida en el pómulo izquierdo, y Lucía Fernández, de 14, un corte en el antebrazo izquierdo. A una tercera mujer de 53 debieron llevarla a un hospital por un golpe en la cabeza, en medio de una crisis nerviosa.

La policía, según los testigos, tardó menos de dos minutos en surgir tras el escopetazo. Pero, como otras veces, nadie había visto al escurridizo tirador, que saca provecho de la confusión para escabullirse.

El colectivo quedó estacionado en doble fila y el tránsito fue inmediatamente cortado en los dos carriles de la avenida y la zona acordonada por el Comando Radioeléctrico, la Patrulla Urbana y la Guardia Urbana municipal.

La policía estableció que el arma utilizada fue una escopeta calibre 12.70: la misma que en los últimos ataques.

El hallazgo del taco donde van los perdigones terminó de confirmar la huella del "loco de la escopeta", dado que era de la misma marca que la que mató a una nena de 12 años en abril de 2003.

Las marcas de los perdigones quedaron en la parte superior trasera de la carrocería del interno 27 de la 112.

Se presume que el disparo, como en otras ocasiones, se efectuó a no más de 10 metros de distancia del colectivo.

"Hay dos jóvenes heridas, pero no como consecuencia de los perdigones, sino de los vidrios rotos. Son lesiones muy leves, fueron atendidas, están fuera de peligro y ahora prestan declaración en la seccional", dijo a 30 minutos del hecho José Luis Juárez, el jefe de la comisaría 2, con jurisdicción en la zona.

Misterio

La primera incógnita ante cada ataque es siempre la misma: desde dónde y cómo actuó el agresor.

La primera indicación policial era que, como otras veces, lo hizo desde un vehículo en movimiento que se desplazaba en sentido contrario al colectivo, en el momento en que casi terminaba de cruzarse, lo que explica el lugar donde impactó el escopetazo. También la mayor chance de quedar fuera del alcance visual de los pasajeros y huir.

El chofer del colectivo, Alberto Aredes, recordó el intenso tráfico al momento del ataque. "Había otros vehículos en la avenida, pero cuando miré por el espejo no identifiqué nada. Sentí una explosión fuertísima. Nadie entre los pasajeros dijo haber visto nada", manifestó.

La presencia de una videocámara externa de una sucursal del Banco Bersa ubicada justo a la altura que quedó el colectivo era, para la expectativa de los investigadores, un elemento que eventualmente podría contribuir con alguna imagen sobre el tráfico de vehículos al momento del incidente.

"Yo venía del lado derecho, escuché una explosión y vi vidrios saltando para todos lados. Me di vuelta porque un pedacito de vidrio me dio en el hombro", contó Emilse Demichelis, una de las pasajeras. "Estoy un poco nerviosa porque éste es el colectivo que tomamos todos los días. Ahora pienso que me podría haber pasado algo más grave", exclamó.

Los pasos de un demente

La acción del "loco de la escopeta", que hace doce años enloquece a la policía rosarina, alcanzó su mayor resonancia pública el 25 de agosto de 2003, cuando perforó un colectivo de la línea 110 en 27 de Febrero y Corrientes, a unas 14 cuadras de la aparición de hoy.

En esa ocasión también reventó una ventanilla y causó heridas a dos adolescentes, sólo afectados por los cortes de los vidrios.

El mismo día se determinó que la acción había sido perpetrada por el mismo criminal que el 19 de abril de 2003 asesinó a Florencia Rubino, una nena de 12 años que regresaba a su casa de una iglesia evangélica.

La constante de los últimos ataques del "escopetero" es que dispara desde un origen en movimiento -un vehículo- contra colectivos.

El ataque más terrible fue cuando apuntó contra un coche de la línea 131 en 27 de Febrero y Pueyrredón, frente a la Sociedad Rural de Rosario.

Cinco perdigones del escopetazo le dieron en la cabeza a Florencia Rubino, que viajaba sentada detrás del conductor, y la mataron en el acto.

Agresivo

Desde marzo de 2003 el maníaco demostró mayor agresividad: empezó a utilizar munición de plomo en lugar de la de posta de goma que habían distinguido los ataques previos.

Desde 1992 hasta la fecha, hay 115 denuncias judiciales de ataques con escopeta contra comercios y vehículos públicos en Rosario. Hay seis fotofit confeccionados, pero la policía estima que el agresor que disparó ayer es el mismo que concretó los ataques previos.

En 1995 murió baleada la empleada de una heladería en un ataque que se atribuye al tirador. Se llamaba Carolina Salgado.

Perfil criminal

El hábito criminal tiene homogeneidades que se reiteran. El atacante disimula su conducta, demuestra su intención de hacer daño sin escoger una víctima en especial y por eso no utiliza un arma de tiro direccional.

Presumen que usa una escopeta de caño recortado, que confiere mayor radio de alcance y su portación es más fácil de disimular. Durante toda la etapa de ataques, hubo detenciones fallidas, de personas que no tuvieron responsabilidad en las acciones.

Niña baleada está en coma

Una niña de 8 años fue herida de gravedad tras recibir un balazo en el rostro al quedar en medio de un tiroteo entre dos hombres, en proximidades de una villa de emergencia de la zona norte de Rosario, informaron hoy fuentes policiales.

El hecho ocurrió poco después de las 20 de ayer en la calle Cullen al 1100 bis del populoso barrio Empalme Graneros, donde dos hombres, uno de ellos montado a caballo, comenzaron a tirotearse.

En esa circunstancia, la niña se encontraba en la puerta de su vivienda y resultó herida de un balazo que le impactó en el ojo izquierdo, sin orificio de salida.

De inmediato, vecinos del lugar trasladaron a la menor al Hospital Zona Norte, para posteriormente ser derivada al Hospital Municipal de Niños "Víctor J. Vilela", donde ingresó en estado de coma.

Sin embargo, el globo ocular estaría preservado y no tendría daños neurológicos, según informaron fuentes médicas del centro asistencial.

El hecho es investigado por la comisaría 20a. con intervención del juzgado de instrucción penal en turno.