Diccionario Panhispánico de Dudas

Los hispanohablantes no deberían confundir la libido con el adjetivo lívido, ni emplear anglicismos innecesarios. Tampoco tendrían que decir antidiluviano o cónyugue, si quieren hablar bien, pero tan correcto es utilizar Amazonia como Amazonía, daiquiri o daiquirí, clubs o clubes.

Sobre estas y otras muchas cuestiones ofrece amplia información el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD), que se presentó en el Congreso de la Lengua Española y que ha sido elaborado durante cinco años por las Academias de la Lengua de los países de habla hispana.

Este diccionario, cuya edición impresa verá la luz en mayo de 2005, trata de resolver las dudas planteadas con mayor frecuencia y ofrece una solución consensuada para cada caso. Establece la norma común, pero no se olvida de las variedades regionales.

El DPD sigue el orden alfabético característico de este tipo de obras y contiene dos clases de entradas: unas, más amplias, en las que se tratan cuestiones como las normas de acentuación, el uso de mayúsculas o minúsculas, la concordancia o el género; y otras, breves, referidas a palabras concretas que plantean dudas.

Más de uno puede dudar al acentuar, por ejemplo, la región correspondiente a la cuenca del Amazonas: ¿Amazonia o Amazonía? Ambas formas son correctas, si bien la primera es la más extendida tanto en España como en América y la segunda se utiliza en Perú, Ecuador y Venezuela.

Hay más casos de doble acentuación válida: béisbol (se acentúa así en España y gran parte de Hispanoamérica) o beisbol (México, Guatemala, Colombia, Venezuela y Cuba), cenit o cénit (es preferible la primera), daiquirí (se utiliza en amplias zonas de América) o daiquiri (España).

Libido

Si de deseo sexual o libido va la cosa, conviene recordar que esta palabra es llana y no debe emplearse por tanto la forma esdrújula "líbido", utilizada así por influencia del adjetivo lívido, con el que no hay que confundir.

El Diccionario Panhispánico de Dudas, que publicará el grupo Santillana en mayo de 2005, sale también al paso de vulgarismos gráficos frecuentes.

Así, para las sabrosas albóndigas no debe usarse la forma "almóndiga", propia del habla popular. Incorrecto es igualmente decir "cocreta" por croqueta, "antidiluviano" por antediluviano, "barahúnta" por barahúnda (válida también la grafía baraúnda), "calcamonía" por calcomanía, "cónyugue" por "cónyuge", "disgresión" por digresión, "espúreo" por espurio.

El DPD ofrece novedades en cuanto al plural de los latinismos. Ya no tienen que permanecer invariables, sino que pueden acogerse a las reglas que rigen para el resto de las palabras: ratio pasa a ser ratios en plural, nomenclátor se convierte en nomenclátores, déficit en déficits, hábitat en hábitats y el plural de vademécum es vademécums.

La palabra club admite dos plurales, clubs y clubes, y aunque en la lengua culta es preferible decir bisturíes, tisúes y tabúes, también se admite bisturís, tisús y tabús. Sin embargo, si se trata de menú, se recomienda menús y no menúes.

Desde el principio, las Academias anunciaron que en el DPD iban a ser combativas con los extranjerismos, y así ha sido. Han procurado admitir los menos posibles, y no dudan en calificar de superfluos o innecesarios aquellos que consideran que lo son.

Innecesario es, pues, emplear "abstract" cuando existen las voces "resumen", "extracto" o "sinopsis"; lo mismo que "best seller", para el que proponen "superventas"; "consulting", sustituible por consultoría o consultora; "mailing", por "buzoneo"; "password", contraseña, y "overbooking", que debe sustituirse por "sobreventa" o "sobrecontratación". (EFE).