El nadador español de grandes distancias David Meca Medina se enfrentará mañana a otro gran reto al atravesar el lago Ness, en el que la fría temperatura del agua, entre 5 y 7 grados, será su principal enemigo.

Meca nadará 36 kilómetros aproximadamente con una temperatura media del agua entre 7-8 grados, aunque a 30 centímetros de profundidad, y debido a la suspensión de partículas de turba, que impide la incidencia de los rayos de sol, la temperatura desciende a cinco grados.

"Llevaré gafas oscuras para evitar la visibilidad dentro del agua. Si veo a Nessie, creo que incrementaré la brazada, y conseguiré un tiempo excelente. Como ya he dicho en anteriores ocasiones, y aunque a la gente le sorprenda, temo a las criaturas acuáticas", declaró Meca.

El reto de atravesar el lago Ness es un proyecto que el nadador tenía en mente desde hace dos años, cuando visitó la zona para evaluar las posibilidades de realizarlo. Es ahora en invierno, cuando las condiciones, aunque parezca contradictorio, son mejores, pues el nivel de las aguas permanece estabilizado, al no sufrir el incremento de caudal que se produce a partir de marzo con el deshielo.

"El agua estará muy fría. Para ello, además del traje de neopreno, y de los tres gorros que llevaré, tengo que intentar olvidarme de la temperatura. Imaginaré que estoy nadando en Hawai, Los Angeles o Barcelona, lugares de donde tengo grandes recuerdos. Soy consciente de que la hipotermia será mi peor enemigo. Mi estado de forma es óptimo, y no temo a la distancia ni a la soledad", subrayó.

El nadador se mostró optimista de cara a la prueba de mañana. "Es imprescindible para superar un reto de estas características, adoptar una mentalidad muy positiva, y no hundirse pensando en los factores externos que uno no es capaz de controlar o predecir".

"No siempre la recompensa está en el podio de una gran competición. A veces, la consecución de un logro a nivel personal, es tan importante, como la más preciada de las medallas. Así es como intento vivir mis retos, y así es como intento transmitir el entusiasmo con que los afrontamos a todas las personas que me siguen, me apoyan y me acompañan", concluyó David Meca.

El nadador ruso Alexander Popov, decidió poner fin a su carrera a los 33 años y ya se lo comunicó a su familia y su técnico, Guennadi Turetski, lo dará a conocer oficialmente desde Suiza, donde radica, desde hace tiempo, según publicó el diario francés L'Equipe.

La decisión del recordman fue tomada en agosto pasado, luego de su regreso de los Juegos Olímpicos de Atenas, donde no pudo ganar ninguna medalla.

Según una información publicada el jueves por el diario francés L'Equipe, que cita fuentes confiables de Volvogrado, Rusia, lugar donde el nadador comenzó a convertirse en leyenda.

"El Zar" o "Ice Man", como se lo conoció, comenzó a destacarse en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, cuando ganó medallas de oro en las pruebas de 50 y 100 metros libres.

En total en toda su carrera acumuló 46 medallas en distintas competiciones, y 32 de ellas fueron de oro.

Popov, nacido en Sverdlovsk, en los Urales, fue considerado el mejor nadador europeo de todos los tiempos por delante de figuras como Michael Gross o Vladimir Salnikov.

El recordman, que hoy tiene 2 metros de estatura y 90 kilos, no aprendió a nadar hasta los ocho años, cuando fue capaz de vencer la fobia que le inspiraba el agua.

En 1996, cuando en una pelea callejera en Moscú fue acuchillado por vendedores de melones azeríes, el nadador se debatió entre la vida y la muerte en la cama de un hospital.

Pero Popov se recuperó, le quedó una cicatriz de 20 centímetros, perdió 6 kilos, y siguió siendo una figura de la natación.

El holandés Pieter Van den Hoogenband cuya aparición en la escena de la natación comenzó a empalidecer la figura de Popov, dijo de él que "le respeto como nadie, es grandioso".

Casado con una nadadora rusa, Dasha Shmeleva, Popov dijo alguna vez que "nosotros los rusos tenemos una manera diferente de pensar. Si no eres el número uno, no eres nadie".