Recomiendan invertir para reducir la pobreza

América Latina y el Caribe deben invertir más y mejor en el campo para reducir la pobreza, aseguró el Banco Mundial en un informe difundido en Washington.

"La contribución del campo al desarrollo en América latina y el Caribe es mayor de lo que comúnmente se cree", afirmó el economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe y coautor del estudio, Guillermo Perry. Según el trabajo, mientras las actividades rurales sólo conforman el 12 por ciento del PBI regional, su efecto sobre el crecimiento nacional y la reducción de la pobreza es casi el doble por sus vínculos crecientes con otras actividades económicas y su aporte significativo a las exportaciones.

Sin embargo, "la contribución rural al desarrollo de la región se ha visto entorpecida por una inversión insuficiente en servicios públicos", acotó Daniel Lederman, economista senior del Banco Mundial para América latina y el Caribe y coautor del informe.

Cerca del 37 por ciento -unas 65 millones de personas- de los pobres en América latina y el Caribe viven en áreas rurales, de acuerdo a definiciones oficiales.

"Las comunidades rurales enfrentan las tasas más altas de pobreza, falta de acceso a servicios públicos y mercados privados, y una infraestructura inadecuada que impide que alcancen su máximo potencial", destacó el organismo.

No obstante, el estudio advirtió que el gasto público todavía tiende a beneficiar más a las actividades urbanas que a las rurales y que el gasto público en el sector agropecuario es inferior a su aporte al desarrollo general.

Bienes públicos

Para el Banco Mundial, el problema es que "una parte sustantiva del gasto rural adopta la forma de subsidios a grupos de productores específicos en vez de que se invierta en la provisión de bienes públicos como educación rural, salud y protección social, infraestructura rural, investigación y desarrollo, protección medioambiental y programas dirigidos a combatir la pobreza".

Por otra parte, el estudio señaló que, si bien el aumento de la liberalización mundial y del acceso a mercados en los bienes agropecuarios beneficiará a América latina y el Caribe, la reducción de los subsidios a productores de las naciones industrializadas tendrían un impacto desparejo en la región.

Así, mientras los países exportadores agrícolas netos, como los del Cono Sur, se beneficiarían de una reducción de los subsidios en los países ricos, las naciones importadoras de alimentos en la región verían aumentar los precios.

"El desafío para América latina y el Caribe es cómo sacar provecho de los sectores agropecuarios más dinámicos mientras se ayuda a los más vulnerables con programas especiales de reestructuración y de combate a la pobreza", afirmó Perry.

El éxito en reducir la pobreza de las regiones marginadas dependerá de la capacidad tanto de los gobiernos centrales como locales de trabajar con las comunidades en la identificación de oportunidades económicas y obstáculos, y de equilibrar las necesidades locales con los intereses nacionales, concluyó el trabajo (Télam).