Calesitas de Buenos Aires serán declaradas patrimonio cultural
Es una decisión inédita que busca evitar que sean vendidas o subastadas.

Cerca de 30 antiguos carruseles de Buenos Aires hechos por artesanos argentinos serán declarados patrimonio cultural de la ciudad. La directora de Coordinación de la Jefatura de Gobierno de Buenos Aires, Sandra Castillo, tras hacer un informe de las 28 calesitas que posee la ciudad desde principios del siglo XX, explicó: "Hace unos tres años, las concesiones se habían vencido y los carruseles estaban a punto de ser subastados. Por ese motivo, se suspendieron los remates y se comenzó a hacer un relevo para poder incorporarlos a la ley de patrimonio cultural".

La iniciativa llevó a que un grupo de vecinos de los barrios porteños de Palermo y Villa Urquiza reunieran más de 5.000 firmas para evitar la venta de las calesitas de la zona y conseguir un fuerte apoyo para que sean declaradas patrimonio cultural.

"Estas calesitas representan algo histórico. Están hechos en forma artesanal con piezas de madera talladas que poseen un importante valor cultural. Además, son muy visitados por los chicos", manifestó Lucía Carew, titular de la Asociación de Asiduos Concurrentes a la Plaza de Palermo Viejo.

En el barrio de Villa Urquiza, incluso, aún conservan un carrusel de los años 40 que en sus comienzos era tirado por un caballo para que el carruaje girara.

LUGARES SIMBOLICOS

Castillo indicó que ninguna de las calesitas son iguales porque poseen piezas únicas hechas a mano a comienzos del siglo XX y guardan detalles de esa época.

"Son lugares simbólicos que hacen a la preservación histórica de las ciudades" señaló Castillo, quien explicó que aún falta la aprobación de la Legislatura de Buenos Aires para la declaración de patrimonio cultural.

"Pero este mismo año se concretará la declaración", auguró la funcionaria.

De todas formas, los vecinos reclamaron el arreglo de algunas de las calesitas, ya que el paso del tiempo ha visto el deterioro de sus piezas, compuestas por grandes animales y llamativas figuras de colores.

De las 28 calesitas existentes en la ciudad, 26 están situados en plazas, mientras que otras dos están ubicadas en terrenos privados, pero con acceso al público.

"Uno está instalado en el patio de una casa, pero su dueño abre el portón de su vivienda y deja entrar a los chicos que quieran dar una vuelta por una modesta suma de 50 centavos", un precio similar al que cobra el resto de los cuidadores, contó Castillo. (EFE).