Las lecciones de un líder de la igualdad

El 4 de abril se cumplirán 37 años del asesinato, en la ciudad norteamericana de Memphis, del líder de los derechos civiles Martin Luther King.

No fue un soñador, aunque perseguía un sueño. Bajo su dirección, millones de norteamericanos negros se atrevieron a salir a las calles para proclamar sus derechos. Thomas Jefferson declaró indigno poseer esclavos y Abraham Lincoln los liberó de sus cadenas. Pero hubo que esperar hasta Martin Luther King, el combatiente pacífico, para que los hombres y mujeres de color fuesen conscientes de su verdadera fuerza. Él consiguió desenmascarar a los violentos y movilizar a los oprimidos con el sólo poder de las palabras. Pero el líder negro más importante de la historia no fue únicamente un modelo para su pueblo, sino también para miles de blancos.

El retrato de Martin Luther King puede verse hoy en muchos hogares de los Estados Unidos, aunque él mismo prohibió a su organización que lo difundiese: no quería ser idolatrado. Quería ser escuchado.

King nació el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia. Su padre era un clérigo bautista preocupado por la segregación racial y a lo largo de su vida participó en muchas actividades tendientes a conseguir la igualdad entre las razas. Este ejemplo iba a ser recogido por su heredero, pues Martin estaba destinado a ser uno de los dirigentes más importantes del siglo XX. En 1943, inició sus estudios secundarios en un colegio de Atlanta. Su inteligencia se desarrollaba a buen ritmo, siempre por encima de la media. Quería ser médico para ayudar a los demás, pero esta primera vocación cambió y decidió hacerse pastor y seguir las huellas de su padre. En ese sentido, inició sus estudios de Teología que culminaron cuando se doctoró en la Universidad de Boston.

Contra la violencia

El 30 de enero de 1956 estalló una bomba en su casa de Montgomery, Alabama, afortunadamente sin causar mayores consecuencias. Por primera vez, sus principios cristianos y su teoría de la no violencia pasaron una dura prueba. El atentado suscitó las iras de la comunidad negra y algunos hombres de color se reunieron, armados con palos, clamando venganza. Pero King los aplacó con estas palabras: "Por favor, regresen a casa y dejen las armas. No podemos resolver este problema mediante la venganza. Tenemos que tratar la violencia con la no violencia. Hemos de amar a nuestros hermanos blancos independientemente de lo que nos hagan. Hemos de transformar el odio en amor".

El triunfo logrado en Montgomery dio al pastor negro fama a escala nacional. Entre 1957 y 1960, Martin Luther King asumió su papel de líder de la minoría negra y desarrolló una febril actividad organizativa.

En 1959, realizó uno de sus mayores sueños: viajar a la India siguiendo las huellas y el espíritu de Gandhi, muerto en un atentado once años antes. En su lucha y en su trágico final, las existencias de estos dos hombres acabarían siendo paralelas. A su regreso, comenzó un breve período de peregrinaje por las cárceles, por promover manifestaciones no autorizadas. Primero fue arrestado, en Atlanta y luego en Albany. Días después de la primera detención, el senador y candidato a la presidencia por los demócratas, John F. Kennedy, intervino a su favor y consiguió su liberación. Fue el comienzo de una amistad que se prolongó por espacio de tres años, hasta que Kennedy, ya elegido presidente, fue asesinado en Dallas en 1963.

Fue precisamente 1963 el año de las grandes movilizaciones por los

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derechos civiles encabezadas por Martin Luther King. Primero tuvo lugar la campaña de Birmingham, Alabama, donde tras varios días de manifestaciones y protestas, se logró un amplio acuerdo según el cual quedaba abolida la segregación racial, se procedía a promocionar el empleo y el desarrollo profesional de la comunidad negra, y quedaban en libertad todos los detenidos durante la campaña.Como consecuencia de estos hechos, el presidente Kennedy presentó en el Congreso una nueva legislación de derechos civiles destinada a consagrar por escrito una mejora en la posición laboral, social y legal de los negros. Con el objeto de apoyar esta propuesta, King promovió lo que se llamaría la "Marcha sobre Washington", una gigantesca manifestación que el 28 de agosto de 1963 congregó en esa ciudad a más de 250.000 personas procedentes de todos los Estados de la Unión.Fue allí donde King, erigido en líder moral de la Nación, pronunció su más emotivo discurso: "Tengo un sueño... sueño que mis hijos podrán vivir un día en una Nación donde nadie será juzgado por el color de su piel sino según su carácter. Tengo el sueño de que un día los niños y niñas negras estrecharán las manos de los niños y niñas blancos y todos se reconocerán como hermanos y hermanas. Sueño que un día se levantarán los valles y cada montaña será sometida. Los lugares ásperos serán aplanados y los lugares desnivelados serán rectificados...".Pocos meses después de la entrada triunfal en Washington, el asesinato de Kennedy afectó duramente al movimiento de los derechos civiles. King estaba ligado personalmente al presidente y con él perdió a un amigo. El 10 de diciembre de 1964 le fue concedido el Premio Nobel de la Paz, tenía 35 años y era el hombre más joven que recibía el premio.El 4 de abril de 1968 cayó asesinado por los intolerantes de siempre.

Mario A. Laguzza