La actuación será en el Centro Cultural Provincial, a partir de las 21. La joven de 17 años interpretará, junto a la agrupación que dirige Chiappero Favre, composiciones del célebre artista ruso.
De la Redacción de El Litoral
Con sólo 17 años, la cordobesa Lucía Luque es poseedora de un particular talento que ha hecho que se destaque en el campo de la música. Este viernes, a partir de las 21, compartirá la escena con la Orquesta Sinfónica Provincial para presentar el "Festival Tchaikovsky", en la Sala Mayor del Centro Cultural Provincial.
Ganadora de diversos concursos, la joven violinista ha brindado recitales de violín solo y de violín y piano en varias salas de Córdoba y de otras localidades del interior del país. Y la del viernes será la primera vez que actúe en nuestra ciudad.
El próximo 28 de mayo la espera un compromiso más que importante para la trayectoria de su corta carrera: tocará por segunda vez con la Orquesta Sinfónica Nacional. Mientras tanto, ya recibió varias invitaciones para actuar en el extranjero, aunque no será la primera ocasión. En 2002 realizó cinco conciertos en Brasil, uno de ellos con la Orquesta Sinfónica de Porto Alegre.
EL GRAN COMPOSITOR
Al talento de esta joven intérprete, el programa de la agrupación local que dirige el maestro Jorge Chiappero Favre, añade un repertorio estelar. Los músicos instrumentarán el "Concierto para Violín y Orquesta opus 35", la "Sinfonía Nº 5" y las composiciones de "Música para Ballet", del célebre Piotr Ilich Tchaikovsky. Cada una de estas composiciones son un reflejo de cómo el artista ruso supo difundir el espíritu musical de su pueblo, sin dejar de contemplar la tradición clásica de Occidente, de lo que deriva su particular estilo.
La propuesta de la Orquesta Provincial -que cuenta con el auspicio de la Universidad Católica de Santa Fe y el patrocinio de LT 9 Radio Brigadier López- apunta a recrear el aporte realizado por Tchaikovsky a la música internacional, especialmente del siglo XIX.
El autor de "El lago de los cisnes" y de "La bella durmiente" -entre otras tantas creaciones- compuso su único concierto para violín y orquesta en 1878, con tres movimientos: el "Allegro Moderato" -el más extenso-, el "Andante" o "Cazonetta", que se diferencia notablemente de "Allegro Vivacisimo", el último fragmento que expresa lo más típico de la música rusa.
Según coinciden en señalar los especialistas, la obra de Tchaikovsky se caracteriza tanto por un tono melancólico -presente en buena parte de su producción-, como por una brillante capacidad instrumental a la hora de generar melodías para ballet. Se le atribuye el mérito de elevar el tratamiento sinfónico y de elevar la musicalidad de las piezas de danza, de lo que devino la consolidación de la "Música para Ballet" como género específico.