Aunque bajó la tensión

La situación en Bolivia sigue siendo todavía de gravedad

Agradecimiento. Pobladores de Sucre, despidieron ofreciendo naranjas a los mineros que viajaron desde sus localidades a la capital boliviana, para pedir la nacionalización de los hidrocarburos y nuevas elecciones. Foto: AGENCIA AFP. 

La toma de posesión del presidente Eduardo Rodríguez en la convulsionada Bolivia abría una tregua de duración incierta con los mineros y campesinos que mantienen su demanda central de nacionalizar los hidrocarburos.

Bolivia aguarda que las protestas, huelgas y bloqueos concluyan después de que el nuevo presidente, Eduardo Rodríguez, iniciara hoy su gestión acompañado de una tregua social que permitió el desalojo de los campos de petróleo ocupados por los campesinos.

Aunque las protestas remitieron, la Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto, aledaña de La Paz, anunció que endurecerá sus medidas de presión y proseguirá con la huelga general convocada hace tres semanas en demanda de la nacionalización de los hidrocarburos y de una Asamblea Constituyente.

Este paro es el principal causante del desabastecimiento de estas dos urbes bolivianas, que han dejado prácticamente sin alimentos y combustible a sus habitantes.

En consecuencia, el presidente Rodríguez pidió una tregua a los líderes vecinales y sindicales de El Alto y los invitó a dialogar.

Rodríguez hizo el llamamiento mediante cartas enviadas a los líderes sindicales y vecinales alteños en las que insiste en que una solución favorecerá a los niños, mujeres y ciudadanos del El Alto y La Paz.

La decisión de estos dirigentes sociales contrastó con los buenos augurios que suscitó el líder indígena y diputado del Movimiento Al Socialismo, Evo Morales, uno de los impulsores de las protestas de las últimas semanas, al conceder a Rodríguez una tregua.

Aún así, Morales recordó al presidente que su gobierno es de transición y que debe convocar elecciones anticipadas.

Desocupan pozos de petróleo

También los campesinos desocuparon hoy seis campos y dos pozos petroleros operados por la hispano-argentina Repsol YPF y la británica British Petroleum (BP), en el departamento oriental de Santa Cruz.

De esta manera volvieron a operar los pozos Penocos y Arroyo Negro, de Repsol-YPF, así como los campos Víbora, Sirari y Yapacaní de la misma empresa, a unos 150 kilómetros al norte de la capital cruceña, después de cuatro días parados, dijeron fuentes de la empresa.

Asimismo, la compañía Chaco, perteneciente al grupo británico BP, confirmó que los campos Los Cusis, Humberto Roca y Patujusal fueron desalojados por los manifestantes que los mantenían ocupados hace una semana, también en el norte de la capital cruceña.

En medio de esta distensión del conflicto, la Cruz Roja Española realizó hoy su primer envío de fondos, en total 18.000 euros, para reforzar su intervención humanitaria tras los altercados y disturbios de las últimas semanas.

Por su parte, Estados Unidos donó ocho toneladas de alimentos a los hospitales y orfanatos de las ciudades bolivianas de La Paz y El Alto, que se comenzarán a repartir mañana a través de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (Usaid).

Mediante esta donación "se espera que unas 2.000 personas puedan cubrir sus necesidades alimenticias durante las dos próximas semanas" y está previsto que esta ayuda llegue a 1.200 familias que se encuentran en hospitales y 800 niños que viven en orfanatos, según Usaid.

El nuevo presidente

Rodríguez asumió sus funciones tras despedirse de sus colaboradores en Sucre en la Corte Suprema de Justicia, donde ejerció de presidente hasta el jueves.

Desde allí tomó por primera vez el avión presidencial que le trasladó a La Paz para dirigirse al Palacio de Gobierno, donde fue recibido por el mandatario saliente, Carlos Mesa, quien le deseó suerte y puso a su disposición el plan económico y social elaborado durante su gestión.

Inmediatamente después de que Rodríguez asumiera la presidencia del país se sucedieron los mensajes de satisfacción de la comunidad internacional por el desenlace de los acontecimientos en Bolivia.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, elogió a las autoridades bolivianas por resolver la crisis "por una vía institucional".

De la misma manera se expresaron los gobiernos de Chile, Argentina y Brasil, entre otras naciones latinoamericanas, mientras que España expresó su "respaldo y colaboración" al nuevo presidente de Bolivia.

El Ministerio español de Asuntos Exteriores subrayó en una nota oficial que las reformas que necesita el país deben hacerse "desde el respeto a la estabilidad institucional y constitucional, a la democracia y a la legislación vigente".

Por su parte, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, aconsejó un marco jurídico "estable y realista", tras recordar que la nación andina tiene una deuda "considerable" y un alto nivel de pobreza.

Pérdidas

El Estado y los empresarios bolivianos perdieron más de 160 millones de dólares por las protestas que sacuden al país, informó hoy la prensa local con datos gubernamentales y financieros.

El viceministro del Tesoro boliviano, Waldo Gutiérrez, dijo al diario La Razón que Bolivia dejó de percibir 40 millones de bolivianos (cinco millones de dólares) en ingresos de aduanas y de impuestos en 20 días de crisis, a razón de dos millones por día.

Además de resentir los ingresos aduaneros de Bolivia, la crisis política y social también ocasionaron millonarios perjuicios a los empresarios exportadores. La cifra a nivel nacional llega a los 8 millones de dólares diarios, lo que da un total de unos 160 millones de dólares en 20 días de conflicto.

El Alto estrangula a La Paz

Hoteles sin calefacción ni agua caliente y restoranes sin comida por falta de gas para las hornallas. La Paz padece las consecuencias de haber vivido de espaldas a la populosa ciudad satélite de El Alto, que formó un alero de 400 metros por sobre su nivel luego de la destrucción de la minería tradicional.

La ola de protestas sociales con piquetes y bloqueos de rutas y caminos comenzó a dar ayer las primeras muestras de remisión en la mayor parte del país luego de que el nuevo presidente, Eduardo Rodríguez, prometiera adelantar las elecciones.

Sin embargo, las organizaciones sociales de la contestataria El Alto anunciaron que continuarán con sus medidas de fuerza hasta que el gobierno acceda a su reclamo de nacionalizar los hidrocarburos del país.

El Alto bloquea el acceso a la planta de Senkata, desde donde se distribuye gas envasado para la red domiciliaria, y es uno de los puntos sensibles del cerco que hace más de tres semanas incide en la resolución de la crisis institucional boliviana.

Sin embargo, el dirigente de las organizaciones barriales nucleadas en la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) Abel Mamani informó que iniciaron "gestiones hace tres días con personeros de Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) para que (los 70 empleados) vayan a engarrafar el gas licuado".

Mamani desmintió así que fuera la Fejuve la organización que impide que el fluido vital, en una región de cero grado por la noche, saliera de Senkata.

"Hace días que no hay garrafas de gas licuado en Senkata", denunció el dirigente, quien hoy, al frente de 400 dirigentes barriales, decidirá si acepta la invitación por carta que le hiciera ayer el presidente Rodríguez para mantener una reunión en el Palacio del Quemado, la sede del gobierno.

"Con la nacionalización de los hidrocarburos, por lo menos que recuperemos nuestro gas", dice una mujer que se ocupa de mantener las ollas populares que alimentan a miles de piqueteros alteños.

A unos 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, los piqueteros desafían lo que piensan muchos bolivianos e incluso lo que dijo el propio presidente Rodríguez: "Todos sabemos que la nacionalización de los hidrocarburos es un tema muy difícil y complejo".

EFE-AFP-Télam/SNI