Se llevan animales
Zoológicos europeos son víctimas de los robos
El problema se produce sobre todo en Inglaterra y Francia. Se trata de un fenómeno de alcance internacional.

Los zoológicos europeos, confrontados a un recrudecimiento de robos de animales, desde flamencos rosa hasta pingüinos, pasando por monos y canguros, estudian la creación de un registro común de animales robados.

La necesidad de un banco de datos común es más urgente, dado el aumento de robos en los zoos franceses y británicos.

La Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), con sede en Amsterdam, ha tomado cartas en el asunto para intentar organizar la respuesta.

"Somos cada vez más conscientes de que se trata de un fenómeno internacional. Resulta claramente necesario instaurar un banco de datos para no perder de vista el tráfico transfronterizo", explica a la AFP Koen Brouwer, director de la EAZA, que reagrupa a unos 290 miembros de 34 países europeos y medio-orientales.

En 2004, unos 40 titíes fueron sustraídos en Gran Bretaña antes de que los robos cesaran bruscamente, como si se hubiera tratado de un pedido global proveniente de una red organizada.

Durante el año pasado, flamencos rosa, loros, wallabies, monos, aves de presa y pingüinos han desaparecido de parques franceses.

Recientemente, doce flamencos rosa fueron hurtados en Amnéville, un parque de animales del noreste de Francia. Los autores del robo, armados con buenas cizallas, se introdujeron de noche en el recinto y reventaron el techo de la jaula.

El daño

"No es la pérdida financiera lo que más me molesta, sino el daño hecho a los animales. Pensamos que los ladrones tienen un pedido de un número determinado de animales y se llevan más de la cuenta, porque saben que algunos van a morir", se indigna el dueño del zoo, Michel Louis.

Otros catorce flamencos fueron robados en el zoo de Amiens (norte) en junio, sin duda por encargo, según la directora de este establecimiento, Christine Morrier.

"Pegadas a los flamencos había unas especies raras, como unos pingüinos de Humboldt, que los ladrones ignoraron. Los flamencos han sido transportados de inmediato fuera del país", estima Morrier.

El parque de animales de Beauval (centro de Francia) ha perdido tres wallabies y un tití en mayo, después de varios loros y un buitre.

Las especies exóticas están muy cotizadas en el mercado negro: hasta 3.000 euros por un flamenco y 7.000 euros por un tití. La tortuguita de Madagascar puede llegar a valer 10.000 euros.

Son precios que no disuaden a los coleccionistas privados "cada vez más numerosos y con exigencias cada vez más exóticas", según Michel Louis.

Los zoos se han vuelto blancos privilegiados de los criminales en los últimos tiempos, desde que las aduanas acentuaron la lucha contra el tráfico de animales prohibido por la Convención sobre Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Amenazadas.

"Es mucho más fácil atrapar a un loro en un zoo y bastante más barato: sin billete de avión, intermediarios ni soborno", comenta Michel Louis.

"El comercio ilegal de animales exóticos es parecido al del arte y las antigüedades: pocos operadores pero especialistas de verdad", estima por su parte el británico John Hayward, coordinador del Registro Nacional de Robos de Animales Exóticos, único banco de datos de este tipo en Europa.

John Hayward ha propuesto poner la experiencia de su organización a disposición de la EAZA para crear una versión pan-europea. También defiende un incremento de las medidas de seguridad en los parques zoológicos. Por ejemplo, que todos los animales lleven microprocesadores y sean fotografiados para facilitar las pesquisas.

AFP