Otras escuelas también fueron víctimas

Estudiantes del Almirante Brown denuncian a vendedor estafador


Se hace llamar `Cacho' y engaña a quienes de buena fe hacen negocios con él. Se quedó con la plata de la venta de las camperas de 20 alumnos, no pagó el alquiler, robó muebles, un equipo de alarma, y desapareció sin dejar rastros.

Alumnos de la escuela de enseñanza media N° 331, "Almirante Guillermo Brown", denunciaron por este medio, haber sido estafados por la persona a la que le encomendaron la confección de las camperas del curso.

El hombre se apoda `Cacho', y se llevó $473, correspondientes a la mitad del pago por el trabajo prometido. Pero no fueron únicamente los estudiantes los engañados. Aparentemente, la propietaria de la casa que alquilaba, se quedó sin poder cobrar 3 meses, o lo que es peor, recibió cheques sin fondo para saldar la deuda.

Otros casos similares son los de estudiantes de al menos otras 3 escuelas, que también habrían caído en la trampa. Esto se supo cuando los chicos del Almirante Brown fueron personalmente a la dirección que figura en el comprobante de pago, y se encontraron con la fachada de la casa escrita con aerosol, con insultos y reclamos.

El bordado

Los 20 estudiantes de 3er año (N°4) del polimodal, que cursan la terminalidad Producción de Bienes y Servicios, contaron que "el 25 de abril cerramos el trato y le entregamos la mitad de la plata. Eran $473, por 20 camperas, y nos pidió plazo hasta el 25 de mayo". Hubo algunas demoras y el período de tiempo convenido se extendió. "Desde ahí nos empezó a inventar que tenía problemas con el bordador", hasta que "en un momento desapareció por 3 días", y no contestó nunca al teléfono.

Fue entonces, cuando estudiantes de otras escuelas, con el mismo problema, "le hicieron escraches en el frente de la casa".

Luego de visitarlo varias veces sin encontrar a nadie, lograron comunicarse con `Cacho', que prometió entregar el pedido la semana siguiente. Desconfiados, pidieron ver algunas camperas, para demostrar que estaba trabajando. "Nos entregó un modelo, que era de las que nosotros queríamos, pero sin bordar. Entonces nos quedamos más tranquilos, pensando que sólo faltaba el bordado".

"No dejó nada"

"Yo iba todos los días a la casa, y la última vez estaba todo cambiado de lugar", relató uno de los estudiantes. Según pudo observar, "la casa estaba cada vez más escrita y con más carteles".

La dueña de la vivienda, con temor a que los alumnos estafados sigan atacando su propiedad, decidió poner un cartel que dice: "J A G se busca, estafador y ladrón. Huyó sin pagar los alquileres. Se robó todos los muebles. Dio cheques sin fondos. Si alguien conoce su paradero avisar a la policía".

Más adelante previene que "el nuevo inquilino no tiene nada que ver" y pide a los estudiantes que "no escriban más el frente de la casa".

El último tramo del cartel refiere al propio `Cacho', diciendo que "tiene antecedentes penales. Ha estado en la cárcel. Avisar a las escuelas que sigue estafando".

Hasta el momento la propietaria no quiso hacer la denuncia por miedo a las represalias, y por lo tanto se mantiene en el anonimato. Pero le comentó a los jóvenes estudiantes, que además de los muebles, el embustero "se robó la alarma de la casa, y lo único que dejó fue una cocina que se ve que no pudo llevar".

Los vecinos contaron que J A G, hizo la mudanza el martes pasado, a las 2 de la madrugada. Esa misma mañana, el propietario de la casa fue acompañado por un funcionario judicial, para recuperar el inmueble, pero `Cacho' ya no estaba. Hacía tres meses que alquilaba y no pagó nada.

La intención de los estudiantes del Almirante es comunicarse con colegios que crean haber sido estafados por la misma persona, para realizar una denuncia conjunta. El número al que pueden hacerlo es el 154-189790, preguntar por Jorge.

La escuela

no se hace responsable por la estafa, porque no fueron las autoridades del Almirante Brown las que permitieron el ingreso de una persona ajena al colegio. Las reuniones con los alumnos se hacían fuera del horario de clases y en domicilios particulares, a pesar de que las camperas serían para usarlas en el establecimiento.

"Cacho de trucho"

Los estudiantes engañados firmaron un comprobante de pago informal con los datos personales de uno de ellos, que figuraba como responsable de la transacción. `Cacho' firmó con un garabato y puso el número de documento real, dato que las víctimas se encargaron de cotejar con el padrón electoral. En la boleta se invoca un local comercial llamado "Imagen Publicitaria", pero en ningún momento figuraba el nombre de su propietario, ni números de inscripción legal o registro.

La forma de operar de este hombre consiste en hacer una entrega efectiva de camperas en una escuela, y después engañar al resto de los colegios cercanos, utilizando como propaganda el trabajo realizado.

Como si esto fuera poco, el propio estafador mostró a los encargados de cerrar el negocio, cuáles eran sus otros clientes, y dijo que trabajaba con alrededor de 40 establecimientos educativos. La veracidad de esta afirmación está en duda, no obstante es una señal de alarma, para evitar que continúe con los fraudes. Además refirió que tiene clientes en Santo Tomé, Recreo y otras localidades aledañas.

Juliano Salierno