Reclamo mexicano por violencia fronteriza

México hizo una dura reclamación al embajador de EE.UU. en este país, Antonio Garza, por sus "preocupantes" declaraciones sobre la imparable ola de violencia que azota a Estados mexicanos fronterizos.

El vicecanciller para América del Norte, Gerónimo Gutiérrez, fue el encargado de decir al embajador Garza que "sus recientes comentarios son preocupantes" para el gobierno mexicano "y que no han sido bien recibidos".

Gutiérrez dijo además a Garza que su selección de palabras fue "francamente desafortunada y no corresponde al papel de un embajador".

El diplomático expresó el martes, en un acto en una universidad estadounidense, que se puede interpretar como un "castigo" a México el cierre del consulado de EE.UU. en la norteña ciudad de Nuevo Laredo, urbe asolada por la violencia del narcotráfico, que ha dejado este año más de un centenar de muertes.

México y Estados Unidos comparten una extensa y porosa frontera de 3.200 kilómetros y siempre han tenido una convivencia difícil por asuntos bilaterales espinosos, como la migración, algunos aspectos del comercio y el narcotráfico.

Esta vez la crispación entre ambos comenzó a detonar en julio cuando el embajador Garza alertó a los estadounidenses sobre la violencia que padece la zona fronteriza del lado mexicano y seguidamente ordenó el cierre durante una semana del consulado de EE.UU. en Nuevo Laredo.

Garza fue más allá el martes en sus polémicas declaraciones, en las que dijo que "cuanto más tiempo continúe esa violencia más difícil será para muchos estadounidenses hablar de los mexicanos como socios confiables".

Estado de emergencia

A la serie de opiniones del embajador Garza se sumó la decisión de los gobernadores de Nuevo México y Arizona, Bill Richardson y Janet Napolitano, respectivamente, de decretar el estado de emergencia en ocho condados ante la violencia en la frontera y para combatir el flujo de drogas y personas.

El gobierno mexicano, a través de su portavoz presidencial, Rubén Aguilar, ha dicho que estas medidas no suponen "ninguna tensión particular" entre los dos países.

Para el analista Rafael Fernández de Castro, especialista en asuntos sobre México y EE.UU., las declaraciones de ambas partes son fricciones diplomáticas delicadas.

Fernández de Castro dijo que "México no está entendiendo la gravedad del asunto de la frontera, ni que después de los ataques del 11 de setiembre de 2001 Estados Unidos está muy irritable en todos los temas de seguridad".

EFE