El gigante de hierro se está despertando. Una historia forjada en el amanecer del desarrollo ferroviario en la Argentina pesa en sus paredes. Más de treinta kilómetros de vías lo recorren. La memoria de los trenes surcando estas pampas y fundando pueblos anida en los hombres que dejaron su vida ahí dentro. Esa herencia de ferroviario repiquetea en el presente de estos otros hombres, que aceptaron el desafío de volver a levantarlo.
Los talleres ferroviarios de Laguna Paiva están habitados. Después de estar a punto de desaparecer, tras varios años de inactividad, y luego de un pasado reciente enturbiado por una gestión que pisoteó la historia y la vació de trabajo, la cooperativa está poniéndose otra vez de pie. Lentamente, como sucede con los gigantes que han sido maltratados.
La Industrial Laguna Paiva, Cooperativa de Trabajo, Producción y Servicios Limitada, es hoy un orgullo de esa ciudad santafesina que ostenta una larga tradición ferroviaria. Erigidos en un predio de 285.552 metros cuadrados, a lo largo y a lo ancho de sus 52.000 metros cuadrados de galpones, los talleres paivenses van recuperando su lugar referencial como planta reparadora de estructuras ferroviarias y desarrollan una serie de actividades en la faz metalúrgica.
Sostenida por 150 socios -trabajadores de los ex talleres del Belgrano- y dirigida por un consejo de administración encabezado por el presidente, Luis Gómez, la cooperativa está en una etapa de crecimiento para adentro -a partir de la recepción de nuevos trabajos- y de fortalecimiento en la relación con la comunidad. De allí que hoy abra sus puertas a las escuelas, entidades intermedias y a la población de Laguna Paiva en general para que visite sus instalaciones y conozca la actividad que allí se desarrolla.
"Cuando nosotros asumimos, uno de los objetivos fue que la cooperativa estuviera no sólo cerca de las instituciones, sino también del pueblo. Y hoy podemos decir que la colaboración es permanente con todas las entidades: con el centro de acción familiar, con la escuela, con la biblioteca", explicó Luis Gómez, recientemente reelecto por un período más al frente de la cooperativa.
"Ahora, la idea es comenzar con recorridos por los talleres, ya que, a veces, se conoce más sobre la cooperativa en Santa Fe que acá en Paiva. Vamos a hacer visitas guiadas con distintas instituciones, con la ayuda de compañeros jubilados ferroviarios que se emocionan cuando entran. Hay personas que han pasado más de 40 años aquí adentro. La idea es abrirnos a que la población conozca realmente lo que estamos haciendo", subraya Gómez.
El 9 de abril de 2002, el entonces flamante Consejo de Administración de la Industrial Laguna Paiva Cooperativa de Trabajo, Producción y Servicios Limitada se hacía cargo de los que muchos consideraban una lucha perdida. "Con una cooperativa prácticamente quebrada, $ 200 de Lecop en caja, el teléfono que nos cortaron al día siguiente y sin trabajo, hacerse cargo de esto era una locura", sintetizaba Luis Gómez, quien fue elegido por ex obreros y compañeros ferroviarios para timonear el desafío.
Hoy, Gómez y el grupo de trabajadores que integra el Consejo miran con tranquilidad el presente y con grandes expectativas el futuro próximo de la cooperativa, esta empresa surgida en 1993 como resultado de la privatización del ex taller de reparación de vagones del Ferrocarril Belgrano.
"Gran parte de las instalaciones está funcionando. Incluso, un porcentaje de los operarios está haciendo doble turno y trabajando los fines de semana. La entrada de trabajo a los talleres permitió que incorporásemos 18 jóvenes, hijos de socios, con la idea de asociarlos también en el futuro. Sumamos un estudiante de Ingeniería que estuvo becado en Alemania y está haciendo una pasantía, y queremos que se quede. La capacitación está a cargo de los asociados. El personal que entra va recorriendo distintas secciones: está un tiempo en tornería; otro, en soldadura, y así va aprendiendo todas las funciones", explica Gómez.
La Industrial Laguna Paiva es una empresa con experiencia en el mantenimiento y la transformación de vehículos ferroviarios, tanto de cargas como de pasajeros. En sus instalaciones, una de las pocas en el país adecuadas para este tipo de trabajos, se ha hecho el mantenimiento integral del parque de vagones de carga del ferrocarril Belgrano desde 1997.
"Hoy, el principal cliente que tenemos es Ferrovías, con una obra importante que consiste en la reparación de 18 coches de pasajeros, 19 vagones de carga y fabricación de repuestos ferroviarios. A Metrovías le hacemos mantenimiento permanente de bogies para los subtes y ahora vamos a reparar 24; asumimos el compromiso de entregar dos por mes, así que eso nos dará una continuidad de un año de trabajo. También tenemos como cliente a Sefecha, el ferrocarril que maneja el gobierno del Chaco, y al concesionario del Tren a las Nubes", repasa el presidente de la cooperativa.
"A esta cartera de clientes hay que agregarle los trabajos metalúrgicos, tales como fabricación de estructuras metálicas para empresas de diferentes rubros, silos de almacenamiento y tanques de combustible, entre otros.
"Podemos decir con orgullo que estamos entre los mejores talleres y los más competitivos en el país. En cuanto a reparaciones ferroviarias, no tengo dudas de que es el que está mejor preparado. El modo en que están posicionadas hoy esta planta y la cooperativa nos hace ver con mucho optimismo el futuro. Por ejemplo, todo indicaría que el Estado se haría cargo del Belgrano; si vienen a preguntarnos si podemos reparar mil vagones, podemos responder que estamos en condiciones de hacerlo. Si llegamos a cerrar lo del Belgrano y si se cierran algunos acuerdos que se abrieron con otros clientes, podemos hablar de más de 200 personas trabajando en los talleres", augura Gómez.
Además de la planta de Laguna Paiva, la cooperativa integra también a los talleres de San Cristóbal, que tienen una superficie cubierta de 27.020 metros cuadrados, con un tendido de 4,5 kilómetros de vías internas. Allí se reparan los bogies para Metrovías.
En su etapa de mayor plenitud, los ex talleres del Belgrano, llegaron a trabajar en las instalaciones paivenses hasta 2.000 personas. Hoy, se hace necesario agudizar la imaginación para potenciar sus capacidades y aprovechar su porcentaje ocioso. "Si bien hoy existe rentabilidad, hay que ser muy creativos. Acá, con el dinero que entra todavía estamos pagando algunos juicios, porque la herencia fue muy pesada. Cuando nosotros comenzamos, tuvimos que empezar dando a los socios un bolsón que recibíamos de Promoción Comunitaria de la provincia. Después, 50 pesos o menos, que recibíamos como pago por nuestro trabajo y, además, nos hicimos cargo en el peor momento del país. Esta cooperativa había sido vaciada, estaba saqueada, con deudas y, durante dos años, prácticamente no desarrolló ninguna actividad, estuvo cerrada. En ese tiempo no percibíamos ningún ingreso. Por eso decimos hoy que cuando nosotros decidimos asumir este compromiso era un gran desafío, sobre todo, porque nosotros éramos todos trabajadores, no tuvimos tiempo de aprender. O sea, la lucha estuvo muy bien, nosotros movilizamos al pueblo de Laguna Paiva -que tiene 12 mil habitantes- y, cuando le hacíamos escraches a los antiguos consejeros, reuníamos a 5.000 personas. Si se quiere, lo nuestro fue una revolución porque tomamos un poco por la fuerza a la cooperativa, echando a la mafia instalada que había acá y, después, los sacamos democráticamente en una asamblea -cuenta Gómez-. Pero el problema fue el día después. Acá no estaba el pueblo para manejar la cooperativa, y de a poco empezamos a salir adelante".
Edgardo Sosa (vocal), Alcides Busquet (secretario), Ovidio Mendoza (vicepresidente primero) recorren los talleres de Paiva y saludan por su nombre a cada uno de sus compañeros. Con 30 años de servicio, Oscar Tonetto maneja el puente grúa que atraviesa por el aire uno de los galpones. Sergio Rostirola trabaja en la sección de carpintería y Miguel Chlus no despega los ojos de la tarea que, con presteza, realizan sus manos.
Hay ruido de trabajo en los talleres de Paiva. "Nosotros en el fondo nos seguimos sintiendo ferroviarios -dice el presidente, Luis Gómez-, pero acá tenemos que dar respuesta a 150 compañeros, y por eso a veces nos hemos visto obligados a hacer trabajos extra-ferroviarios. Este año tuvimos elección de Consejo, cumplimos el mandato de 3 años y fuimos reelegidos. La gente evaluó nuestra gestión, pero, en la medida en que vos no das resultados, esto no funciona. El Día del Ferroviario nos emocionamos todos, nos abrazamos todos, pero todos sabemos que mañana hay que salir otra vez a buscar más trabajo".
La Cooperativa de Laguna Paiva está en condiciones de concretar una amplia variedad de trabajos relacionados no sólo con la industria ferroviaria, sino también con la metalúrgica.
Revista NosotrosFotos: Martín Scandol y Alejandro Villar