El espectáculo empezó un poco tarde, pero valió la pena: la convocante banda no paró en casi tres horas. El vocalista repitió que no fue casual la elección de un escenario santafesino, volvieron al lugar donde más de una vez se sintieron cómodos. El estadio tatengue repleto mostró banderas de piojosos de distintas partes del país. Muchos volverán a vivir hoy, después de las 21, la segunda parte de esta entrega de rock.