El Senado sigue hablando sobre el 23

En las reuniones del Senado se han sentido más los efectos de la elección del 23 de octubre por los resultados de pequeñas localidades, que por los números más trascendentes y generales del comicio. Además, el malhumor entre el oficialismo y la oposición se ha pronunciado con el paso del tiempo (en lugar de aplacarse).

El bloque radical volvió a la carga con acusaciones sobre "arbitrariedades" del Tribunal Electoral, que tomó decisiones que terminaron por definir elecciones muy reñidas, en favor del peronismo. El PJ respondió con muestras de hartazgo y acusó al senador Felipe Michilig (UCR-San Cristóbal) de usar su banca para una campaña por la reelección en la presidencia del comité provincial, lo que recalentó aún más los ánimos.

Los argumentos de uno y otro lado fueron los mismos que El Litoralha venido reflejando. Eso sí, ahora hubo expresiones más duras: Carlos Fascendini (UCR-Las Colonias) trató de "tramposos" a quienes marcaron votos en Ramona; Alcides Calvo (PJ-Castellanos) habló de cierta "vulgaridad" en el lenguaje de Michlig al hacer las denuncias y pidió que se acepten los resultados. Daniel Depetris, titular de la bancada oficialista dijo que es de hombres aceptar cuando se pierde. Ricardo Spinozzi (PJ-General López) también se sumó a la discusión. La bancada socialista, en cambio, prefirió no tomar parte.

El mensaje de las urnas

En el ámbito parlamentario es común que unas sesiones antes de las elecciones la labor legislativa decaiga, y que luego retome su ritmo anterior. Sin embargo, a dos semanas de la celebración del comicio, ninguna de las 15 preferencias que llegaron a la sesión tuvo despacho para su tratamiento.

Un pequeño grupo de proyectos pasó para el orden del día del próximo jueves, y con la enorme mayoría se renovó -como tantas veces- el compromiso de privilegiar su tratamiento en una o dos reuniones.

Entre los proyectos aprobados, la mayoría comunicaciones, son pocos los que despiertan algún interés más allá del departamento, la jurisdicción o la institución directamente involucrada.

En rigor, hoy más que de una baja labor parlamentaria, cabe más hablar de una baja producción de despachos de comisiones y sanciones sobre asuntos de importancia.

¿Es sólo de un problema de productividad en el más mezquino sentido del término o hay un asunto de más importancia, y por lo tanto de orden político? Seguramente cuestiones de este tipo habrán figurado en las discusiones que los 15 senadores de la mayoría trataron anoche con el gobernador Jorge Obeid.

Luis Rodrigo