El Ejecutivo reglamentó la ley antitabaco
Primer paso para una sociedad sin cigarrillo y con más salud
En la provincia, hay 800 mil personas que fuman. Ahora, no podrán hacerlo en espacios cerrados ya sean públicos o privados. Un proyecto de ley complementario prevé multas de entre 500 a 5 mil pesos para los infractores.

Finalmente ayer, ante las cámaras, micrófonos y periodistas, el gobernador firmó el decreto que reglamenta parcialmente la denominada ley antitabaco. Ello permite la plena vigencia de la norma, aunque el régimen sancionatorio recién estará operativo cuando la Legislatura apruebe un mensaje complementario que también ayer, Jorge Obeid remitió a las cámaras.

La reglamentación prohibe la venta fraccionada de cigarrillos, ya sea en establecimientos al por menor o mayor. También, la venta en lugares diferentes a los habilitados por municipios y comunas para tales efectos. Los autorizados para comercializarlos podrán colocar letreros en su interior indicando las marcas y precios respectivos, pero sin que estos carteles sean visibles desde el exterior. Además, deberán exhibir leyendas que adviertan sobre los daños sanitarios que causan. La venta y ofrecimiento de tabaco tampoco podrá hacerse a través de distribuidores automáticos. Estas disposiciones sobre los modos y lugares de venta regirán en 90 días.

No se podrá fumar en lugares cerrados ya sean públicos o privados; en su interior, deberán colocarse letreros que indiquen dicha prohibición y que se trata de un establecimiento "libre de humo de tabaco".

La venta estará prohibida a menores de edad, aunque esta disposición comenzará a regir dentro de 60 días. Y se prohibe también la publicidad y propaganda de tabaco u otros artículos o productos, restricción que se hará efectiva a los 120 días de publicada esta reglamentación en el Boletín Oficial.

.

Las sanciones

El incumplimiento de la ley conllevará la aplicación de diferentes sanciones: si el infractor cumple funciones en el Estado, será sometido al procedimiento sumarial; si no tiene relación con la administración pública, deberá someterse a las sanciones que impone el Código de Faltas.

En realidad, el régimen preciso de castigos está previsto en el mensaje complementario enviado ayer por el gobernador a la Legislatura; las autoridades del Ejecutivo esperan que sea sancionado a la brevedad.

El texto plantea una escala de multas para el propietario, inquilino, gerente o responsable del local o negocio considerado libre de humo, que esté permitiendo la transgresión de la ley. Esa sanción pecuniaria, que ha generado la reacción adversa del sector comercial (ver nota relacionada), podrá ser de 500 a 1.000 pesos en el caso de la primera falta, y de hasta 5.000 pesos en las subsiguientes. Si en los lugares de la infracción hubieran niños hasta los 10 años de edad o mujeres embarazadas, las multas se duplicarán.

La reiteración de las faltas dará lugar a una multa que podrá ser equivalente al 20 por ciento de las ganancias mensuales netas obtenidas en las actividades que son específicas en dicho local, y hasta a la clausura del establecimiento por un plazo de entre 10 y 30 días.

El proyecto también establece que el particular que concurra a un lugar cerrado donde se esté fumando, puede solicitar que se apague el cigarrillo. Pero si advertido, el infractor persiste en su actitud, entonces la autoridad del lugar podrá ordenar su desalojo y hasta recurrir a la fuerza pública.

.

Un primer paso

Obeid estuvo acompañado durante el acto por el diputado provincial José Pividori, autor del primer proyecto de ley antitabaco; por el ministro Coordinador, Rubén Michlig; el de Salud, Juan Sylvestre Begnis, y el presidente del Concejo municipal de Santa Fe, Rubén Mehauod.

"Esta no es una ley que busque la represión sino todo lo contrario. Lo que estamos haciendo es sancionar y reglamentar una norma que lo que busca es la modificación de hábitos culturales. Y siempre que esto se plantea hay problemas, porque los hábitos se implantan a través del tiempo", dijo Obeid.

El mandatario se consideró parte de una generación y sociedad, que "enaltecieron el cigarrillo como sinónimo de triunfo y de éxito. La secuela que dejó esa cultura fue la de enfermedades sociales trágicas", sostuvo.

Pero admitió que combatir este hábito no se logra de un día para otro. "No es que va a salir un policía a prohibirle a la gente que fume. Hemos dado el primer paso en una tarea que significa eliminar con el tiempo, la cultura del tabaquismo como se hizo en otras sociedades", subrayó.

Sylvestre Begnis habló con la crudeza de los números. "Hoy, 800 mil santafesinos están consumiendo tabaco, alterando su salud y el futuro propio y ajeno. Por eso, ésta es una lucha contra la peor y más mortal de las epidemias, la que produce la mayor cantidad de invalideces y de lesiones, y altera como ninguna otra, la calidad de vida de la gente", advirtió.

Además del régimen

sancionatorio, el proyecto de ley complementario firmado ayer prevé disposiciones para "la participación ciudadana y el control comunitario". Así, se autoriza al Ministerio de Salud a celebrar convenios con organizaciones no gubernamentales, que deseen colaborar como complemento mediante el control ciudadano directo, con el fin de verificar que no se infrinjan las restricciones previstas en la ley. En tanto, el decreto reglamentario dispone que las inspecciones se realizarán a través de una delegación de funciones que hará la cartera sanitaria sobre inspectores provinciales, municipales y comunales.

Por qué no sancionar al fumador

Como se expuso, el proyecto de ley complementario firmado ayer por el gobernador determina que cuando se fume en locales cerrados, el responsable de la infracción y, en consecuencia, el sancionado, será el dueño o responsable del establecimiento y no quien esté fumando. Tal disposición desató una fuerte polémica entre propietarios de bares y locales comerciales, quienes consideran injusto pagar por la falta que comete otro.

Ayer, el ministro de Salud explicó los argumentos de tal disposición. "El fumador es un adicto, es un enfermo por adicción. Y a los enfermos por adicción en nuestra sociedad no se los condena. En algunos otros países se los multa. Pero ya tienen bastante castigo. Las compañías de seguro, por ejemplo, ponen mucho más alta la prima de los fumadores y en algunos casos ni siquiera se la dan. Algunas empresas ya no toman empleados fumadores, porque saben que va a ser un ausentista, un individuo que se va a enfermar, que será conflictivo con los demás compañeros. Pero tenemos que poner a alguien responsable de preservar un espacio; de la misma manera que el dueño de un local tiene que controlar que haya higiene, así tendrá que verificar que no se cometa esta nueva falta en su establecimiento. Por eso sancionamos al responsable", fundamentó Juan Sylvestre Begnis.

De todos modos, aclaró que no se trata de abandonar al fumador. "Primero, habrá una campaña de información muy fuerte; segundo, habrá una cantidad de información mural que permitirá, a veces mesa por mesa, concientizar a la gente para que no transgreda esta ley, porque pone en situación molesta y en riesgo de cobrar una multa al dueño del local", explicó.