Posesión simbólica en una ceremonia indígena en Tiwanaku
Evo Morales investido como máxima autoridad aymara
Física y culturalmente indio, el aymara Evo Morales será el primero entre sus iguales en fajarse la banda presidencial en Bolivia, gobernada los últimos 180 años por blancos y mestizos.

EFE-AFP

El aymara Evo Morales asumirá mañana ante el Congreso como nuevo presidente de Bolivia en un acto que estaba precedido hoy por una ceremonia ritual seguida de fiesta andina en el templete indígena de Tiwanaku, cerca de La Paz.

El ritual de entronización del poder indígena que se celebra en Tiwanaku, un centro ceremonial emplazado en el altiplano andino a 70 km de La Paz, pertenece al período de la cultura tiwanacota (siglos VIII y XII), igual que la vestimenta reservada a los sacerdotes del Inti (el dios Sol).

El gobernante será vestido con un manto, recibirá un báculo o cayado tallado con cabezas de cóndor (ave sagrada indígena) con incrustaciones de plata y cobre y será coronado con un "unco", gorro de cuatro puntas de telar multicolor.

La ceremonia ritual -que se celebra en el centro de Akapana y la explanada de Kalasasaya- contiene elementos cósmicos, mágicos y andinos, según el experto en filosofía antropológica Jorge Miranda.

Desprovisto de la vestimenta occidental, Morales recorrerá descalzo la tierra de sus antepasados y meditará unos momentos frente a un altar lítico, en una ceremonia de profunda trascendencia mística, según Miranda.

Luego de la ceremonia, que congregará entre 30 y 50.000 personas, según los organizadores, la fiesta se trasladará a la plaza principal del pequeño poblado de Tiwanaku, donde Evo Morales dará un discurso de agradecimiento y compromiso.

En medio de música autóctona se servirá un "aptaphi" (especie de buffet comunitario) con alimentos andinos como diversos tipos de queso, carne de llama (auquénido andino), patata, "chuño" y "tunta" (especie de papa deshidratada).

La comida será coronada por un postre de quinua (cereal andino) y luego seguirá la celebración con licor de uva, cerveza y música.

Visitantes extranjeros

Diez jefes de Estado latinoamericanos y uno europeo, además del príncipe Felipe de España, representantes de los Estados Unidos, la Unión Europea, la ONU, de la OEA y delegaciones de más de 50 países son esperados en La Paz para la ceremonia de investidura del primer indígena que llega a la presidencia de Bolivia.

El líder cubano, Fidel Castro, que era esperado en La Paz, finalmente no asistirá y será representado por Carlos Lage, vicepresidente del Consejo de Estado cubano.

Castro no asistirá "por imprevistos de última hora", dijo ayer el embajador cubano en La Paz, Luis Felipe Vásquez.

El gobernante cubano "tenía todo el deseo de venir pero se lo impiden imprevistos de última hora", señaló Vásquez sin dar precisiones.

Ayer se aceleraban en La Paz las tareas de acondicionamiento de la sede del Congreso y los centros de prensa. La operación de seguridad, en la que intervendrán entre 8.000 y 10.000 policías, estaba totalmente definida.

Los presidentes de Eslovenia, Janez Drmovsek, y del Paraguay, Nicanor Duarte, fueron los primeros en llegar a La Paz.

El gobernante venezolano, Hugo Chávez, llegará a La Paz esta tarde. También arribarán los presidentes de Ecuador, Alfredo Palacio, y de Colombia, Alvaro Uribe.

Los presidentes de la Argentina, Néstor Kirchner; del Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva; del Perú, Alejandro Toledo, y de Panamá, Martín Torrijos, llegarán mañana.

Por primera vez en medio siglo llegará a La Paz un presidente chileno. Ricardo Lagos, invitado especial de Morales, arribará mañana como símbolo de la distensión que existe entre ambas naciones luego de largos períodos de rispideces.

Bolivia y Chile son las únicas naciones de América del Sur que no mantienen relaciones diplomáticas, rotas desde 1978 como consecuencia de los desacuerdos derivados de la guerra del Pacífico en el siglo XIX, que privó a Bolivia de su acceso al mar.

Mientras que la Unión Europea estará representada por el español Fernando Solana, Estados Unidos enviará a su subsecretario para América latina, Thomas Shannon, con quien Morales tiene proyectado sostener una reunión.

Morales y Estados Unidos decidieron "volcar la página" de una problemática relación plagada de acusaciones en el pasado, según anunciaron por separado el embajador estadounidense David Greenlee y el propio líder cocalero.

Morales recibirá el mando de Eduardo Rodríguez, quien asumió en junio pasado para reemplazar al renunciante Carlos Mesa. Tras ese acto oficial, Morales asistirá a una celebración en la Plaza de los Héroes del centro de La Paz.

Reencuentro con milenaria cultura

La milenaria ciudadela de Tiwanaku, en el altiplano andino, será hoy escenario de la ceremonia más emotiva entre los actos que convertirán en presidente de Bolivia al aymara Evo Morales.

Pasado, presente y futuro se conjugarán durante una jornada en la que Morales será investido por los indios como su máxima autoridad en un ritual cargado de mística, después de someterse a la purificación y bendición de los sacerdotes.

El lugar elegido para la singular ceremonia es el complejo arqueológico de Tiwanaku, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Esta cultura precolombina se originó en el año 1000 antes de Cristo al oriente del lago Titicaca y se prolongó hasta el siglo XIII de nuestra era.

Pese a su antigüedad, no hay vestigios arquitectónicos anteriores al siglo II antes de Cristo, cuando se construyó la gran pirámide Akapana (también llamada montaña sagrada), de más de 15 metros de altura y desde cuya cúspide se aprecia a un lado el nevado Illimani y al otro el Titicaca, ambos lugares sagrados.

Ante este majestuoso monumento, Morales agradecerá hoy a las deidades andinas el triunfo electoral obtenido en las urnas el 18 de diciembre, cuando obtuvo la presidencia de Bolivia por mayoría absoluta.

Durante la etapa imperial, que comenzó en el siglo VIII, los dominios se extendieron hasta el sur del Perú y el norte de la Argentina y Chile y sobre su desaparición, seis siglos después, los historiadores José de Mesa y Teresa Gisbert apuntan que fue consecuencia del cambio climático y la sequía.

Algunos expertos creen que, por su vetustez, Tiwanaku pudo ser la madre de las civilizaciones de América.

En setiembre de 2004 se hallaron restos humanos y de animales supuestamente sacrificados, así como una escalinata de acceso a la pirámide de Akapana.

Fue cuando un grupo de arqueólogos se propuso develar los secretos de esta civilización y descubrieron además muros, sistemas de desagüe, puntas de flechas, conchas de caracol, huesos humanos y de camélidos, cuñas talladas con precisión en piedra, cerámicas y un fogón colonial.

Las ruinas en su totalidad representan un centro ceremonial y cívico y están cercadas en una superficie de unas 30 hectáreas.

El centro urbano está organizado en torno de un impresionante complejo sagrado recubierto de piedras talladas y ornamentado con impresionantes esculturas.

Los restos de cerámica tiahuanacota muestran su delicadeza y sobre todo sus diseños vanguardistas, lo que hace pensar que se trató de una civilización muy avanzada para la época.

La cosmovisión andina está tan presente en este tesoro, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2000, que los miles de visitantes que se acercarán para ser testigos del ritual de Morales quedarán perplejos.

Cientos de personas se encuentran ya en Tiwanaku, pero se prevé que hoy lleguen hasta 50.000, entre invitados, curiosos, turistas y periodistas.

Hoy, en medio del caos y la ilusión, los originarios del altiplano intentarán recuperar su pasado, cuando el aimara Evo Morales esté a punto de convertirse en el primer presidente indio de Bolivia y rinda tributo a sus antepasados en Tiwanaku.